Violencia, inseguridad, corrupción, estancamiento económico y desigualdad social, son los problemas centrales a resolver: Dolores Padierna


Discurso pronunciado por la senadora Dolores Padierna Luna durante la sesión inaugural de la 7ª Reunión Plenaria del Grupo Parlamentario del PRD llevada a cabo en las instalaciones del Senado de la República.

 

Dolores Padierna Luna, (DPL): Buenos días. Muchas gracias a todas y todos por su presencia. Compañero Carlos Navarrete, Presidente Nacional del PRD, señor doctor Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, medios de comunicación, estimadas y estimados senadores.

 

El próximo primero de septiembre se inician los trabajos formales de la LXIII Legislatura, entra en funciones la nueva Cámara de Diputados, se reinstala la Cámara de Senadores, y con ello también empieza la segunda mitad del gobierno de Enrique Peña Nieto.

 

El gobierno actual vive un profundo desgaste a mitad de su gestión. Al igual que el PRI y los partidos de las derechas, enfrentan una crisis de legitimidad y de credibilidad en su proyecto político.

 

La izquierda en sus diversas acepciones partidarias enfrenta el problema de la división, una profunda polarización a su interior. La derecha es mayoritaria, pero no hegemónica. La legitimidad y el consenso del régimen están en franco declive. Las bases en las que se sustenta son la política represiva, la cooptación política, la manipulación mediática y el control de las instituciones. No tienen un discurso que las articule más allá de las multicitadas reformas estructurales.

 

Existe una inconformidad social y disgusto con el gobierno federal. Enrique Peña Nieto está reprobado entre la sociedad. Los errores, los escándalos, el descrédito internacional lo persiguen, lo impactan y son una verdad irrefutable.

 

México padece un gobierno y un modelo oligárquico, un modelo funcional para una élite, pero un modelo fracasado en función del interés general y del avance del país. El descontento y la efervescencia social crecen y se manifiestan. Los hechos criminales de Iguala las han capturado, los escándalos de corrupción como la Casa Blanca las han alimentado, y la falta de crecimiento económico y la profundización de la pobreza son el claro ejemplo de un modelo fracasado para las mayorías.

 

Todo ello es real y, sin embargo, no existe una fuerza política, liderazgos y programas que articule la indignación profunda y dé perspectiva a un cambio en 2018.

 

La tarea principal de las izquierdas será ganar la batalla ideológica, se requiere ganar la batalla por la hegemonía a las derechas. Sólo así podremos ganar en el 2018.

 

La violencia, la inseguridad, la corrupción, el estancamiento económico, la profunda desigualdad social, esos son los problemas centrales a resolver, esas son las principales preocupaciones de la sociedad, esas son las banderas para construir el cambio. Esas y muchas otras son nuestras prioridades, esos y muchos otros son los temas de nuestra agenda nacional.

 

El neoliberalismo a la mexicana está haciendo agua. Son más de 30 años prácticamente sin crecimiento económico, el salario está depreciado, la pobreza crece cada año, el petróleo se privatiza en la ronda uno, se enajena la soberanía, los precios del petróleo caen, cae también la producción, aumentan las importaciones de gasolinas, gas, petroquímicos, el peso de devalúa todos los días, se imponen los recortes al gasto público, la riqueza se concentra en cada vez menos manos ensanchando la brecha de la desigualdad social a niveles preocupantes.

 

La izquierda debe alzar la voz, ser una verdadera oposición, ser opción de cambio, debe ganar el debate y la propuesta, dar la batalla para evitar que el neoliberalismo se profundice.

 

Hay que denunciar y combatir la corrupción, hay que defender los intereses populares, defender los recursos estratégicos del país. Hay que promover a la paz y la seguridad, encabezar la lucha en la defensa de los derechos humanos, ganar la batalla de las ideas, construir la unidad de las izquierdas, ser voz de los movimientos populares, exigir la justicia, exigir empleo, exigir el incremento general de salarios, y también resulta indispensable una evaluación del Grupo Parlamentario del PRD en el Senado.

 

El gobierno busca que las oposiciones estén domesticadas, sometidas a su agenda y marca a veces los tiempos. En la ruta del 2018 se trata no sólo de frenar el intento de restauración del viejo autoritarismo, sino de avanzar en la construcción de un programa, de impulsar nuestra agenda, las banderas que nos permitan una renovación profunda del sistema político mexicano, una reforma integral del Estado que camine hacia la transición democrática, la eliminación del fuero presidencial, la institucionalización de una efectiva división y contrapeso de poderes, la prevalencia de posturas ancladas en las tesis de la izquierda.

Los datos oficiales nos muestran con claridad la gran tragedia mexicana, la enorme desigualdad social, la creciente pobreza en México. Desde los espacios partidistas y legislativos debemos trabajar para revertir esas tendencias, trabajar en propuestas que vayan al fondo de esta tragedia y la resuelvan.

 

En los próximos tres años tenemos el enorme reto de reivindicarnos, diferenciarnos de las derechas que han hundido al país, ser una izquierda congruente, organizada, disciplinada, con capacidad de respuesta, con propuestas y soluciones. Debemos combatir con firmeza los conflictos de intereses, la corrupción, el abuso de poder, defender las causas justas del pueblo de México, ser el contrapeso a la derecha, ser la voz del hartazgo de la sociedad y propiciar la transición democrática.

 

Tales son los enormes retos que tenemos frente al inicio de la LXIII Legislatura. En ello trabajaremos con el profesionalismo que siempre nos ha caracterizado.

 

Sean estas palabras la bienvenida para dejar inaugurado la 7ª Plenaria del Grupo Parlamentario del PRD. Doy la palabra ahora al senador Miguel Barbosa Huerta, coordinador del Grupo Parlamentario en el Senado.

 

 

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