Versión del senador Antonio García Conejo, del Grupo Parlamentario del PRD, para fijar posicionamiento referente al Protocolo Modificatorio del T-MEC.


Ciudad de México, 12 de diciembre de 2019

? Versión del senador Antonio García Conejo, del Grupo Parlamentario del PRD, para fijar posicionamiento referente al Protocolo Modificatorio del T-MEC.

Muy buenas tardes queridas senadoras, senadores, con el permiso de la presidenta y demás integrantes, medios de comunicación, público presente y pueblo de México, vengo aquí en representación de mi Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, a expresar un posicionamiento respecto a lo ya comentado y anunciado por la presidenta y en este caso quiero aprovechar rápidamente para -de entrada- decir que sin duda ha sido un tema muy complejo el de negociar este nuevo tratado comercial entre México, Estados Unidos de América y Canadá.

No puedo dejar pasar el reconocimiento a todo ese equipo de México que ha venido dándole seguimiento a este tema desde el año 2017, compañeras, compañeros senadores, hace 25 años entró en vigor el Tratado de Libre Comercio con los países de Estados Unidos y Canadá, nadie puede negar que desde entonces vivimos un importante cambio económico que ha impulsado el desarrollo y la calidad de vida de quienes han podido aprovechar los beneficios del libre comercio.

En la década de los 90, México pasó de una economía cerrada a un modelo de libre mercado que implicó en gran medida una profunda transformación de cambios legales, transformaciones institucionales, limitación de las competencias del sector público, modificaciones en la organización de los mercados y la propiedad privada, concretamente en la que se refiere al dominio y uso de tierras de uso agrícola, muchos cambios que se generaron en esta década produjeron beneficios sociales que no pueden negarse.

Bien planeado y con una visión que privilegie el sentido social, el libre comercio puede convertirse en una herramienta de desarrollo estable, sustentable y sostenible, el modelo de libre comercio se siguió replicando los años posteriores, el Gobierno Mexicano siguió negociando otros tratados comerciales semejantes al TLCAN y varios acuerdos bilaterales en materia de inversión, a la fecha y según información de la Secretaría de Economía, México cuenta con una red de 10 tratados de libre comercio con 45 países, 30 acuerdos para la promoción y protección recíproca de inversiones y en el marco de la asociación latinoamericana de integración, nueve acuerdos más.

Sin embargo, pese a todos los beneficios económicos de los tratados, aún tenemos una deuda pendiente con nuestros ciudadanos y ciudadanas mexicanos, las reglas de origen establecidas en el TLCAN, en el caso de las manufactureras y armadoras de vehículos, no han generado un crecimiento parejo en la industria mexicana, es decir, la presencia de más empresas transnacionales en nuestro país no significa un impacto positivo en la creación de empleos para las y los mexicanos, pues estos se concentran solamente en las empresas sin que sus beneficios se vean reflejados en las industrias 100 por ciento mexicanas y en las y los trabajadores.

Desde 1994 existe claramente un incremento mayor de informalidad laboral, gran parte de la población ocupada tiene bajos ingresos y existe un amplio segmento de trabajadoras y trabajadores mexicanos que laboran por encima de las 50 horas semanales, los datos de ocupación en el país corresponden a un pobre crecimiento del Producto Interno Bruto y desde la entrada del TLCAN, ni la austeridad, el equilibrio fiscal y las reformas estructurales, han modificado dicha situación, nuestro país, laboralmente hablando, es más desigual desde la firma del tratado.

Por ello, si bien la ratificación del T-MEC es una gran noticia pues genera confianza en los inversionistas nacionales e internacionales, no podemos ignorar que los retos laborales continúan en el T-MEC, debe garantizar más y mejores empleos para las y los mexicanos; en este punto, la Fracción Parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática reconoce y aplaude la labor del equipo de negociación del tratado, felicitamos por su dedicación y trabajo al subsecretario Jesús Seade y por supuesto, al canciller Marcelo Ebrard Casaubón.

Sin embargo, el principal punto de discusión sobre este protocolo modificatorio, son los compromisos laborales acordados, no tenemos claridad sobre los efectos que a futuro generarán estas nuevas responsabilidades, no sabemos tampoco si las empresas mexicanas tendrán la capacidad para establecer condiciones de trabajo similares a sus homólogos canadienses y estadounidenses y en relación con el nuevo diseño de política sindical, tampoco sabemos si el cúmulo de reformas que han sido aprobadas en este periodo alcanzarán a ser comprendidas, aplicadas y ejercidas a tiempo en beneficio de las y los trabajadores.

Por lo tanto, nuestro reto es analizar, discutir y diseñar un nuevo modelo de política económica que fomente el empleo, aprovechando las bondades del libre comercio; esperemos que la celebración por la firma de este protocolo no nos desvíe del objetivo principal que le debemos a las y a los ciudadanos, cuidemos que en México se generen oportunidades de empleo tan buenas como en los países vecinos, Estados Unidos y Canadá, solo así estaremos celebrando todos juntos la ratificación del tratado que se hará en beneficio de las y los mexicanos, mientras no resolvamos esas profundas desigualdades, queridas compañeras y compañeros senadores, será difícil celebrar con esa satisfacción que esperamos.

Pero no puedo dejar de reconocer que ha sido un gran esfuerzo de nuestros compañeros ciudadanos para lograr que se ratifique este tratado comercial que el Ejecutivo ya lo firmó, así es que no podemos cantar victoria pero tampoco podemos decir que es un mal acuerdo, así es que reconozco ese trabajo y solicito a esta soberanía, ojalá que en lo sucesivo se conforme, se constituya una comisión plural para que le dé seguimiento a este tratado, hoy llamado T-MEC, entre México, Estados Unidos y Canadá.

Por su atención, muchas gracias.