Si queremos hablar de comunicación política, tenemos que empezar por la publicidad gubernamental


  • El modelo de comunicación político de nuestro país no está funcionando bien
  • Estamos en una democracia que privilegia el spot sobre el debate
  • Iniciativa sobre propaganda gubernamental fue redactada por el Senador Manuel Camacho

 

Intervención en tribuna del Senador Zoé Robledo A., del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar iniciativa proyecto de decreto por el que se reforma penúltimo párrafo del artículo 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de propaganda oficial.

 

Zoé Robledo A (ZRA). Muchas gracias, Senador Presidente.

 

Me da gusto acudir a un Senado donde hay más alumnos de la Universidad de Zumpango que Senadores, déjenme decirles que me preocupa que el tema que voy a tocar el día de hoy, que ha estado en los medios de comunicación, que ha estado en el debate nacional recientemente y puesto ahí por los presidentes y ex presidentes de los partidos políticos, no haya forma de lograr que los senadores estén en la sesión.

 

De verdad lo digo con preocupación, me hubiera encantado que los compañeros del PRI nos hubieran escuchado, sin embargo sólo hay dos senadores de ese partido que es mayoría en esta Cámara, tres con los de la Mesa Directiva.

 

Creo que hay que hacer algo para que estas sesiones no luzcan tan desoladas, sé que no es un problema ni de la mesa ni de un grupo parlamentario en particular, pero estos jóvenes que nos viene a ver, creo que les debe de llamar la atención este escenario, esta visión que ojalá las cámaras del Canal del Congreso puedan hacer un paneo para ver.

 

De verdad lo digo con respeto porque justamente en los momentos en donde dos senadores presentaron iniciativas, estoy por presentar una iniciativa de reforma a la Constitución no haya senadores que puedan escucharnos para empezar un debate al respecto.

 

Lo digo de verdad molesto por un razón adicional, la iniciativa que presento hoy a nombre de mi grupo parlamentario tiene un significado profundo por dos razones, la primera tiene que ver con la forma como estamos desarrollando nuestra democracia, tiene que ver con la forma como nos manifestamos frente a los ciudadanos y como estamos desplegando la democracia en los estados y en los municipios.

 

Pero además es muy sensible para los senadores del PRD y seguramente para todos ustedes porque fue la última iniciativa que redactó nuestro compañero Senador Manuel Camacho Solís.

 

Manuel Camacho y su equipo de trabajo, Hugo, Carolina, todos ellos trabajaron esta iniciativa, no la alcanzó a presentar por las razones que todos ustedes conocen y hoy me da pena tener que presentarla a nombre de mi grupo en memoria de él con un Pleno casi vacío. Ni modo, así será.

 

Tiene que ver justamente con este falso debate que se ha generado respecto a la comunicación política porque hay que empezar diciendo una verdad, el modelo de comunicación político de nuestro país no está funcionando bien, el gobierno como empleado de los ciudadanos está actuando de una manera irracional, está actuando como un empleado que insiste comunicarle a su patrón, en este caso los ciudadanos, que está haciendo bien su tarea, que la está haciendo de manera honesta, puntual, rigurosa y lo quiere convencer repitiéndoselo una y otra vez y otra vez, hasta llegar a miles y a millones de repeticiones que terminan saturando y terminan hartando a quienes dan el dinero para que esas campañas y esas acciones se puedan llevar a cabo.

 

Nuestro modelo de comunicación política efectivamente no está funcionando bien, pero qué es lo que están debatiendo hoy los presidentes de los partidos abrir el modelo electoral. ¿El modelo electoral está funcionando? No, seguramente no, porque estamos en una democracia que privilegia el spot sobre el debate, pero ese no es el problema fundamental, no está el asunto en el modelo electoral de compra o de adquisición de medios, el problema está en la propaganda gubernamental, pero de eso nadie dice nada.

 

De la propaganda gubernamental, de las cantidades que llegan a miles de millones de pesos que gasta, no solamente el Ejecutivo, los gobiernos en los estados, los gobiernos municipales, los poderes como nosotros, el propio Senado de la República, ese gasto que verdaderamente podría significar un ahorro para otras acciones del gobierno en vez de estar comunicando algo que es nuestra responsabilidad hacer, eso no se quiere tocar.

 

Ahí no está el debate sobre si el presidente de Acción Nacional o el Presidente del Consejo de un partido político aparece en los spots.

 

Tampoco he escuchado a los amigos del PRI decir que sus presidentes estatales aparecen también en las pautas publicitarias que les asigna el Estado, pero eso es un falso debate.

 

El verdadero debate está justamente en modificar por completo el modelo de comunicación y empezar por la propaganda gubernamental.

 

Si no empezamos por ahí es como si estuviéramos en una epidemia de cólera y decidiéramos atender el tema de la (Inaudible) porque creemos que es lo más importante.

 

El problema democrático que está generando ilegitimidad, falta de confianza, falta de credibilidad tiene que ver también con una deficiente forma de comunicar.

 

Los ciudadanos tienen que estar informados de la acción del gobierno, desde luego que sí, pero no de esta forma, no con spots que no dicen nada que en el umbral de atención de los ciudadanos están prácticamente desaparecidos, que no cuentan una narrativa que tenga que ver con su realidad, con la realidad que viven todos los días.

 

Déjenme darles unos datos, compañeras, compañeros y a los alumnos que nos acompañan, según el informe de la Libertad de expresión en venta, de acceso a la información y censura indirecta en publicidad oficial, un informe del año 2014, realizado como ya de manera anual tanto por Artículo 19 como por Fundar, el Ejecutivo federal gastó más de 14 mil 663 millones de pesos en publicidad durante los dos primeros años, 14 mil 663 millones de pesos.

 

En 2013 27 estados de la República de los que tiene la información a disposición porque esa es la otra, la información de propaganda gubernamental muchas veces está reservada y los estados no la dan a conocer. En 27 estados se gastaron 5 mil 639 millones de pesos en publicidad oficial, esto sumado a los gastos federales de ese año documenta un total de 13mil 640 millones de pesos.

 

Pero déjenme decirles también, compañeras y compañeros, que este no es un problema de la actual administración, en el Informe el Costo de la Legitimidad también de Fundar y de Artículo 19, en 2011 27 entidades federativas se gastaron 4 mil 518 millones de pesos, cuánto es 4 mil 158 millones de pesos, para que se den una idea es el doble del monto de la producción y distribución de todos los libros de texto gratuitos del país. Podríamos repartir el doble de libros de texto gratuitos si brindáramos todo ese gasto en publicidad gubernamental, solamente de 27 estados de la República.

 

Además, se había dado ya a conocer en 2011 y en 2011, que casi las dos terceras partes de los estados sobre ejercieron los montos aprobados por sus respectivos congresos en publicidad oficial.

 

¿Qué es lo que ocurre? Pues, que la entrega de recursos a medios de comunicación permanece y seguirá, mientras no abramos ese debate en la opacidad; permanecerá sin reglas claras y se convertirá simplemente en una forma con la que los gobiernos, ya sean los gobiernos federales, locales, municipales o incluso los otros poderes, sigan controlando la libertad editorial bajo la famosa amenaza de retirar ese financiamiento. Y eso, compañeras y compañeros, en el fondo afecta de manera directa a la democracia.

 

¿Qué es lo que está ocurriendo? Pues, que están generando mercados negros de contenido, se están generando intercambios a partir de esos famosos y jugosos contratos de publicidad gubernamental.

 

Por supuesto que uno de los elementos fundamentales de un sistema democrático es la forma como la autoridad se comunica con los gobernados.

 

En un sistema democrático vigoroso, el poder público rinde cuentas sobre el ejercicio de sus funciones e informa, pero lo hace de manera verídica, informa y lo hace de manera útil para la ciudadanía y sobre todo, lo informa en actos que no tienen que ver con esta sobrespotización, que van desde dependencias gastando en narrativas que nadie entiende o hasta el famoso “Ya chole con tus quejas” que tuvo que ser bajado a las pocas horas porque la verdadera o la otra realidad, la de las redes sociales, esa que no está comprada y pagada, pues manifestaban que era un insulto y una agresión por parte del gobierno federal.

 

¿Qué es lo que ocurre en una democracia endeble? Pues sí, ahí es donde ocurre que un esquema institucional diseñado para que las autoridades rindan cuentas a la sociedad sea utilizado justamente para promover una imagen de un gobernante.

 

Conocemos casos reiterados de todos los partidos en varios estados, revistas que tienen más espectaculares que lectores; tenemos casos de comerciales que se venden y se introducen en los noticieros como si fueran parte de la información; casos de pautas y de publicidad encubierta; contenidos y entrevistas que se están vendiendo en radio y televisión también.

 

Bueno, llegamos al extremo de un político que decidió clonarse en el Estado de México en un ejercicio municipal, para decir que él no era el que aparecía en la imagen, que era solamente alguien muy parecido a él, para gastar dinero público en la promoción de la imagen personal. Es un tema que quizá ya se nos olvidó, fue central en la campaña electoral del 2012.

 

El propio Ejecutivo Federal, en el Manifiesto a la Presidencia Democrática dijo lo siguiente: Que había que crear una instancia ciudadana y autónoma que supervise que la contratación de publicidad de todos los niveles de gobierno y medios de comunicación se lleve a cabo bajo los principios de utilidad pública, transparencia, respeto a la libertad periodística y fomento al acceso ciudadano a la información. Eso a la fecha, tres años después, no ha ocurrido.

 

El modelo, compañeras y compañeros, aceptémoslo, no sirve, pero el debate que se está dando en los medios, no en la Cámara, es el incorrecto. Si queremos hablar de comunicación política, tenemos que empezar por la publicidad gubernamental.

 

Creo que es válido decirlo y decirlo hoy en nombre de mis compañeros y también en nombre de quien tuvo esta idea, esta propuesta y que hoy hago uso de su voz.

 

Finalizo citando al senador Manuel Camacho Solís, cuando él de su  pluma escribió:

 

“Es más saludable para nuestra democracia cambiar de un régimen que permite la propaganda oficial bajo ciertas limitaciones a otro que la prohíba de manera absoluta. Mientras no contemos con una autoridad reguladora fuerte que pueda hacer cumplir adecuadamente las diversas modalidades que establezcan para la propaganda oficial, siempre será mejor prohibirla para evitar que se abuse de ella en perjuicio de la democracia y del erario público.

 

Únicamente se permitirá la difusión de información gubernamental de suma importancia para la sociedad, tales como lo son las materias de campañas de salud, educación, protección civil y para fomentar el ejercicio de los derechos de las personas, la que en ningún caso incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos que implique la promoción personalizada de cualquier servidor público. Lo que buscamos es que la autoridad sólo transmita a la sociedad información necesaria para su seguridad y para que haga valer sus derechos.

 

Por eso, una modificación como la que se propone no lesiona la rendición de cuentas que establece nuestro orden jurídico. El Presidente de la República y los gobernadores deberán de seguir rindiendo informes sobre el estado que guarda su administración; los Secretarios de Estado y de Despachos, sean federales, locales o del Distrito Federal deberán de comparecer ante los órganos legislativos correspondientes y no se afectan los medios que los ciudadanos tienen para solicitar el acceso a la información pública, la rendición de cuentas, la que fortalece una democracia, no se materializa a través de la propaganda gubernamental.”

 

Eso nos dejó como legado nuestro compañero senador Manuel Camacho.

 

Hoy lo pongo a disposición y consideración de todos ustedes para que hagamos una reflexión seria de cómo estamos llevando nuestra democracia y de sino la baja credibilidad y confianza en las instituciones y sino, la cada vez más baja lealtad a la democracia mexicana tiene que ver con una mala forma de comunicar que solamente está llenando los bolsillos de algunos y está haciendo nugatorio el derecho a la información de millones de mexicanos.

 

Es cuanto, senador presidente. Le agradezco su consideración con el tiempo.

 

Gracias.

 

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