Se pronuncia Senado de la República a favor de un mejor concierto entre los países del mundo y de un mejor destino para la humanidad


Miguel Barbosa, Luz María Beristain

Discurso pronunciado por la Senador Miguel Barbosa Huerta, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante el Acto Luctuoso en Conmemoración del 13 Aniversario de los Atentado del 11 de septiembre de 2001.

 

Miguel Barbosa Huerta (MBH). Buenos días a todas y a todos, Excelentísimo señor embajador de los Estados Unidos de América, Anthony Wayne.

Señoras y señores senadores que están presentes en este evento.

Senador Marcela Guerra, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte.

Amigos todos.

Yo primero destacó la presencia muy noble, muy fraterna de este cuerpo de rescate que se hizo ya tradición, se hizo ya un emblema mexicano desde el desastre del sismo de 1985 aquí en la Ciudad de México y que va por el mundo en un acto de solidaridad para aquellos casos en donde la valentía, la pericia, el talento y desde luego la fraternidad del género humano impera para ir a ayudar a otros, a otros y a otras que lo necesitan.

                                                                                          

A esta brigada de rescate internacional: “Tlatelolco Azteca”. Bienvenidos, felicidades y las y los senadores les brindamos un saludo y un aplauso en reconocimiento a su labor.

Efectivamente el 11 de septiembre del año 2001 fue una fecha parteaguas, donde el mundo cambio.

Fuimos testigos, gracias a la tecnología existente, de hechos verdaderamente alarmantes que ocurrían allá en la ciudad de Nueva York respecto de varios sitios estratégicos del país vecino.

Le pedimos al senador Gamboa nos acompañe, y al senador Teofilo. Bienvenido senador Gamboa.

Y decía yo que ese 11 de septiembre cambió la historia del mundo.

Fuimos testigos de actos provocados por el fanatismo y el odio entre los pueblos que derivan de muchas razones, pero que de ninguna manera se justifica frente el atentado de personas civiles, el atentado de la vida entre los pueblos, y desde luego, el atentado contra la paz.

En México en ese momento y hoy ratificamos nuestro rechazo a cualquier forma de violencia, nos pronunciamos por la paz en el mundo, nos pronunciamos por un mejor orden en el concierto de las naciones, también por eso nos pronunciamos.

Nos pronunciamos por la autodeterminación de los pueblos.

Pero sin duda, por sobre todo, por el respeto a la vida y el respeto a la paz en nuestro planeta.

Ese es el mensaje es el mensaje que queremos dar desde la Cámara de los Senadores, de las Senadoras, al país, y por eso es muy importante que la Comisión de Relaciones Exteriores de América del Norte lleve a cabo hoy este evento.

Por eso, por tener presente que la paz en el mundo es lo más importante, que sin la paz no puede haber felicidad, sin paz hay tragedia, sin paz hay muerte.

Bienvenido a este lugar para que aquí se sigan llevando a cabo cada uno de los eventos que le interesen al género humano, a las mujeres y a los hombres preocupados por el destino de sus hermanos de todo el mundo.

Nuevamente, decirle al Embajador, al Excelentísimo Embajador, que ésta es la casa del Senado de la República, ésta es la casa del pueblo y es usted bienvenido.

Y lleve, lleve este mensaje de paz al Estado, al gobierno de Estados Unidos, de que estamos preocupados por la paz a favor de un mejor concierto entre los países del mundo y a favor de un mejor destino de la humanidad.

Muchas gracias y que sea para bien este evento que hoy llevamos a cabo.