Propone Mario Delgado que fondo de capitalidad sea incorporado en la Ley de Coordinación Fiscal


Mario Delgado

Intervención en tribuna del Senador Mario Delgado Carrillo, del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar reservas al artículo VII, VIII y IX Transitorios y la  adición de los artículos XVIII y XIX Transitorios del dictamen con proyecto de decreto por el que se reforman, se adicionan y se derogan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de reforma política de la ciudad de México.

 

Mario Delgado Carrillo, (MDC): Aunque no lo crean, coincido con el orador anterior, que hay una crisis de corrupción en la Ciudad de México, sobre todo en las Lomas de Chapultepec, donde están pululando casas que nadie nos puede explicar cómo han sido financiadas.

 

Intervención del presidente de la Mesa Directiva del Senado

 

MDC: Senador, pero, quien inició este debate fue el orador anterior.

 

Intervención del presidente de la Mesa Directiva del Senado

 

MDC: Regreso a las reservas.

 

Intervención del presidente de la Mesa Directiva del Senado

 

MDC: Bueno, quiero presentar el resto de mis reservas, señor Presidente, si así me lo autoriza, en esta exposición, se trata del Séptimo Transitorio, del Octavo, del Noveno, y adicionar un Décimo Octavo y un Décimo Noveno.

 

Hablamos aquí de que haya bases importantes para la Ciudad de México, sin duda que los hay. Pero el corazón de la reforma de la Ciudad de México, es dotarla de una Constitución.

 

La materialización de su autonomía radica en tener un texto que nunca ha tenido la ciudad, que sea reflejo de los sueños y aspiraciones, derechos y obligaciones de los capitalinos, que sea un gran acuerdo de hacia dónde vamos como ciudad y qué queremos ser.

 

De tal manera que es muy importante, pues, la definición que se hace en estos artículos transitorios de ¿quién va a hacer la constitución? ¿A quién le encargamos que haga la constitución?

 

En la capital de la república, el motor de la democratización en nuestro país, donde están los ciudadanos más informados, más participativos, más politizados, mejor comunicados del todo el país.

 

Por ello, desde noviembre del 2013 propusimos una iniciativa para que se hiciera un Congreso Constituyente, electo expresamente para tal fin, para ello, y que abriera espacios a los ciudadanos.

 

Y no es una cuestión menor, esta ciudad así lo exige. Es el reconocimiento a que la democratización de la capital, ha sido un logro de la ciudadanía, informada, crítica, y ha marcado la agenda democrática, no solo en la ciudad, también en el país.

 

Y hoy, cuando estamos en medio de una crisis de credibilidad en los partidos, del alejamiento de los mismos con la gente y de una crisis terrible de confianza, ya no solo en los partidos, sino en el sistema de partidos y en nuestra democracia para lograr una transformación del país, le cerramos la puerta a la ciudadanía; en lo que debería ser un momento fundacional en la historia de la capital y detonar con ello una revolución ciudadana en el resto del país.

 

Efectivamente, se está proponiendo una fórmula para permitir que haya candidaturas independientes, que haya una representación plural más amplia en el Constituyente. Pero ya sabemos que estás fórmulas siempre son muy inequitativas para los ciudadanos.

 

Una pregunta, ¿por qué después de tantos años, hoy el PRI está de acuerdo en esta reforma? Cuando todo lo que hemos visto, desde su regreso al poder, ha sido una centralización y la destrucción del federalismo con las múltiples reformas que aquí se han aprobado.

 

Puse de ejemplo, la de deuda, pondría la de Educación, la creación del INE, en fin, todas son reformas que van centralizando el poder y en contra del federalismo.

 

Porque hay un pago de esta reforma. El costo de esta reforma, es entregarle una representación artificial al PRI, que los habitantes de la ciudad le han negado una y otra vez con su voto desde 1997.

 

En las negociaciones, en esta legislatura, en este Senado, siempre se pretendió que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, electa en el 2015, se le dieran facultades extraordinarias para que aprobara una Constitución, cuyo proyecto era enviado por el Jefe de Gobierno. Como si fuera una ley cualquiera, con un cálculo político de muy corto plazo. Que revelaba que en realidad no se quería la gran transformación de la ciudad, sino tener una bandera de una supuesta victoria política.

 

¿Y por qué de repente se abandonó esa idea?

 

¿Por qué de repente optaron por una Congreso Constituyente?

 

¿Se habrán vuelto de repente progresistas?

 

No, simplemente las cuentas ya no les empezaron a salir. Ese cálculo que tenían, que se hizo hace un par de años, año y medio, de que iba a ser un día de campo la aprobación de la Constitución, con la mayoría que estaba planteando esta vía de aprobación de la Constitución, pues ya de repente no les sale las cuentas, porque hay un equilibrio que se está configurando en la capital diferente.

 

Sin embargo, pues esta cambio de opinión, para apoyar el Constituyente, que propusimos, pues tiene truco. Es un Constituyente a modo, al incorporar designaciones, por parte del Congreso, por parte del Presidente y por parte del Jefe de Gobierno.

 

Por supuesto que hay modelos parecidos, no se está cuestionando la legalidad de este Constituyente, porque es una reforma constitucional, pero sí la legitimidad de lo que se está haciendo, de lo que significa.

 

El Poder Constituyente es el pueblo, es el poder de origen. El poder originario radica en el pueblo.

 

Entonces, si queremos un Constituyente más representativo, tendríamos que abrir la representación, no solamente al sistema de partidos.

 

No se trata de hacer una distribución de poder entre los partidos y el gobierno, sino entre la gente. Lo que se propone, es una Asamblea corporativa de los partidos, desde una visión partidocentrista.

 

El Constituyente de la Ciudad de México debe representar la devolución del poder a los ciudadanos.

 

Un proceso de distribución del poder, que tenga como destinatario principal a la ciudadanía, a sus organizaciones, al tejido de lo que llamamos la sociedad. Como dice Porfirio Muñoz Ledo.

 

El mantener estas designaciones, en el fondo lo que revela, es que todavía hay un rezago de tutelaje, de paternalismo, de miedo al cambio, a que sea esta comunidad política que vive en la capital, la que decida plenamente.

 

Entonces, si tenemos un Constituyente con estas características, qué podemos esperar como Constitución. Si proviene de un Constituyente de esta naturaleza, que es un arreglo, una distribución de poder entre los partidos.

 

¿Con esto garantizamos que estén las mejores ideas progresistas?

 

¿Cómo vamos a darle a esta ciudad el texto que necesita, que realmente la represente, que sea una Constitución que respete los derechos humanos, que tenga ideas progresistas?

 

Pues estamos planteando que será un acuerdo, reflejo de intereses de un partido y no un gran acuerdo ciudadano. Un momento fundacional.

 

Por eso, se echa a perder todo el esfuerzo de esta reforma política, porque este acuerdo, para pactar este Constituyente y controlarlo y que el PRI esté sobre representado y que pueda incluso el Presidente tener a enviados de manera directa, pues echa al traste con todo lo que se pretende ganar.

 

También se propuso, desde 2013, en una iniciativa, que este Constituyente o de que fuera además muy abierto, que en él no recayera la aprobación final de la Constitución, sino que fuera a un referéndum, para que todos los ciudadanos en la capital de la República nos volviéramos constituyentes.

 

Todos los que habitamos aquí, tenemos algo que decir; todos debemos ser constituyentes, la aprobación final debería estar en el pueblo.

 

Por eso, presentamos esta reforma, para que el proyecto que se apruebe, pues tenga carácter de anteproyecto y la aprobación final recaiga en la gente, a través de un referéndum. Es lo que esta ciudad se merece.

 

Y por último, el artículo, bueno, quisiera decir también, que si va a haber designaciones, si se está planteando la fórmula de designación, si se quiere validar ese modelo de designaciones, decir, no es algo que se está inventando, es algo que es legal. Bueno, pues abrámosla a los ciudadanos.

 

Qué tal si ponemos en el Séptimo Transitorio, que los requisitos para ser electo, en este Constituyente, pues sean, que sean ciudadanos reconocidos, luchadores de los derechos humanos, representantes de organizaciones no gubernamentales, de la sociedad civil, académicos, especialistas, en fin, aprovechar el gran capital humano que tiene esta Ciudad de México, la principal ventaja que tiene sobre muchas ciudades en el mundo.

 

Y por último, estamos pidiendo un artículo transitorio adicional, que sería el Décimo Octavo, para pedir que estas nuevas figuras de concejales, que estarán en las alcaldías, pues que no se convierta en un botín político. Que no se vaya a convertir en una estructura gubernamental que represente un gasto oneroso para la capital de la República.

 

Hemos visto como en muchos municipios del país, hay regidores, hay síndicos que tienen sueldos estratosféricos. Tenemos que poner, sé que hay limitaciones, en cuanto qué podemos desde esta Constitución; pero me parece que en un transitorio sí podríamos hacer un exhorto a que haya un límite a estos ingresos que recibirán estos concejales y evitar que se vuelva en un gran motín político.

 

A mí me parece que más allá podrían ganar entre 15 y 20 mil pesos, lo que gana actualmente un Jefe de Departamento en nuestra ciudad, sería más que suficiente, estas personas estarán asistiendo a las reuniones de consejo dos o tres veces por semana, y no debe constituir su principal fuente de ingresos, no debe de ser su modus vivendi, porque entonces se va a volver a viciar esta representación que se trata de tener, en donde los concejales estén cerca de los barrios y las colonias, y sean un contrapeso efectivo a la hora de tomar decisiones por parte del alcalde.

 

Creo que una fórmula de blindar esto y evitar lo que ha pasado en muchas partes sería limitar esta ganancia.

 

Y por último, sugiero, propongo, adicionar un Décimo Noveno Transitorio.

 

A ver, otra de las cuestiones que se presenta como un gran avance en esta reforma es la definición de capitalidad y que se reconozca efectivamente como se está planteando que para la ciudad tiene un costo ser la capital de la República, y hay costos que tienen que ser compartidos.

 

Qué bueno que se plantee que el Congreso debe de determinar anualmente el fondo de capitalidad, pero si no le ponemos reglas, va a ser otra variable más de chantaje político, igualito al de la deuda pública, va a negociar ya sea con el Presidente o con su mayoría en la Cámara de Diputados para ver cuánto va a ser el bono en ese año.

 

Me parece que eso no le ayuda a la ciudad, no le da certidumbre sobre los recursos que va a tener a futuro.

 

Y lo que estamos proponiendo es que este bono de capitalidad, este fondo de capitalidad sea posteriormente incorporado en la Ley de Coordinación Fiscal para que quede establecido por fórmula y, entonces, sí sean ingresos que la Ciudad de México pueda aprovechar plenamente y que no sea una variable política más, una variable que se preste al chantaje año con año.

 

Estas son las reservas que estamos presentando, compañeros y compañeras, me parece que si ya estamos en el camino de darle una Reforma Política a la ciudad, creo que es la gran oportunidad que le demos a la ciudad la reforma que se merece, abramos la posibilidad de que los ciudadanos sean parte del Congreso Constituyente.

 

Muchas gracias.

 

 

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