Posicionamiento del Grupo Parlamentario del PRD en voz del senador Armando Ríos Piter sobre Sistema Nacional Anticorrupción


Posicionamiento del Grupo Parlamentario del PRD en voz del senador Armando Ríos Piter sobre Sistema Nacional Anticorrupción.

·         He venido señalando que llamarle a esta minuta un verdadero Sistema Nacional Anticorrupción sería incompleto si no logramos quitar el fuero, el fuero para senadores y senadoras, el fuero para legisladores, el fuero para presidentes municipales, o el fuero incluso para el presidente de la República. 

·         Sin duda alguna se quedan grandes pendientes; se queda la incorporación de un sistema nacional ciudadano que sea la parte crítica y fundamental que eche a andar esa voluntad que es la que hace que se muevan las instituciones. 

·         Se queda pendiente el tema de conflicto de intereses, se queda pendiente el tema de responsabilidad penal de las empresas o las personas morales, se queda pendiente el tema de los servidores públicos en igualdad de circunstancias en el tema del fuero. 

·         Los quiero comprometer que en el voto a favor del Partido de la Revolución Democrática, sea un compromiso para trabajar durante todo el próximo año. Tenemos que ponernos un año como meta para que se dé la verdadera primavera mexicana; la verdadera capacidad de combatir la corrupción y combatir la impunidad. 

 

Armando Ríos Piter: Con su permiso señor presidente.

Compañeras y compañeros senadores. Cuando preparaba la posición de mi Grupo Parlamentario frente a esta ley, me surgió una pregunta que espero que nos sirva para poner en contexto en dónde estamos parados la clase política al votar este Sistema Nacional Anticorrupción.

Y me preguntaba ¿Cuánto tiempo se tarda uno en llegar de la Colina del Perro a la casa blanca? Posiblemente aquellos que son usuarios de un GPS digan 10, 15 minutos, otros que hagan memoria en el tiempo -y hay aquí varios que son parte de todo este transcurso de historia- puedan decir: “pues posiblemente nos hemos tardado 35 años para entender que la Colina del Perro y la casa blanca son lo mismo”.

Y si se lo contestamos a un hijo –como me tocó a mí hacerlo con mi hijo que tiene siete años- ¿cuánto tiempo se tarda uno? Pues tal vez un segundo, dos segundos, cinco segundos.

¿Ha cambiado México o no ha cambiado? Cuando ponemos estas dos imágenes al frente del pueblo de México.

Yo me acuerdo que en el 82 -cuando tenía nueve años- mi familia tiene desde hace ya mucho tiempo, mi abuelo puso una fábrica de hacer dulces, y me acuerdo la sensación de zozobra cuando mi madre llorando tuvo que correr a varios empleados que llevaban ya varias décadas trabajando ahí; me acuerdo a mi abuelo envuelto en rabia porque la devaluación y las deudas, y los proveedores, llevaban a punto de la quiebra a esa pequeña empresa ¿Cuántos miles, cuántos millones de mexicanos no vivieron esa realidad?

Y me acuerdo con toda claridad ir a esos nueve años en el tránsito a Toluca, y ver la Colina del Perro. Me acuerdo cuando le pregunté a mi papá y me dijo: “mira ahí vive el presidente”. Y me acuerdo de esa enorme casa, amarilla en su pintura, me acuerdo de sus ventanas blancas y me acuerdo también de esa parte de ladrillo rojo -que era biblioteca según me decía mi papá- y ahí estaba esa enorme casa color ocre, como símbolo de la corrupción y la impunidad.

Ahí estaba la casa con acabados finos y esa biblioteca de granito rojo, como representación de los negocios que se hacen desde el poder en beneficio de la casta política.

Ahí la casa con bellos patios y árboles como muestra del beneficio de unos cuantos, en detrimento de muchos; ahí la casa con su magnífica vista a la ciudad, como evidencia física de las enseñanzas del grupo del Estado de México, representando entonces por el profesor Hank, diciendo a todo el auditorio, a ese pueblo mexicano, a esos aprendices de políticos en aquél entonces: “que un político pobre es un pobre político”.

Ahí la casa como monumento a la desigualdad, a la división entre clases, con su frondosa barranca; división física pero también simbólica de: “aquí nosotros los poderosos, aquí nosotros los impunes con nuestras casas; allá ustedes, el resto de los mexicanos”.

Lo quise traer en estas imágenes compañeros y compañeras porque es difícil explicarle a un niño de siete años –es la edad que tiene mi hijo- cuando de pronto uno se ve estancando entre las calles de la ciudad de México y no avanza el tráfico y ve que va pasando gente marchando, y marchando y marchando, y donde a su paso la gente va dejando: “nos faltan 43” “ya me cansé” “yo también ya me cansé” y tantas cosas que pasaron en ese momento, entre octubre y noviembre del año pasado.

¿Qué le dice uno a un niño de siete años? Cuando le preguntan ¿Papá por qué están marchando? Cómo le explica uno a un hijo de siete años que han sido los policías, aquellos encargados de cuidar a los ciudadanos, quienes han tomado a 43 jóvenes y se los han entregado a los sicarios para que los desaparezcan o para que los asesinen.

¿Cómo se lo respondemos con este Sistema Nacional Anticorrupción compañeros? ¿O cómo se los respondemos cuando la casa blanca no es de un funcionario menor, sino es del titular de Poder Ejecutivo? pues es difícil respondérselo compañeros y esta minuta que hoy estamos a punto de votar, se queda sin duda alguna corta para darle respuesta no solamente a un niño de siete años, sino a tantos millones de hombres y mujeres en este país, que así como vieron la Colina del Perro, hoy se indignan con la casa blanca.

Entonces compañeros, esta minuta que estamos a punto de votar, sin duda alguna se queda corta frente a la crisis de credibilidad que tenemos, pero no comparto con el senador Bartlett que por eso haya que desecharla; me parece que por esa razón hay que decir las cosas con claridad y con firmeza desde esta tribuna, para que lo escuchen 128 hombres y mujeres que tienen la obligación de trabajar contundentemente para garantizar que esto que hoy se queda corto le dé una verdadera respuesta a los mexicanos y a las mexicanas.

Porque hay muchos temas; está el tema del fuero. Yo he venido señalando que llamarle a esta minuta un verdadero Sistema Nacional Anticorrupción sería incompleto si no logramos quitar el fuero; el fuero para senadores y senadoras, el fuero para legisladores, el fuero para presidentes municipales como José Luis Abarca, o el fuero incluso para el presidente de la República.

Si queremos que en este país haya una verdadera igualdad frente a la ley, compañeros y compañeras, tenemos que quitar el fuero, porque hoy –les pongo un ejemplo- muchos de ustedes están atentos a las campañas políticas ¿De qué sirve el fuero al final del día, cuando hay candidatos y candidatas –nómbrenle ustedes- del Partido de la Revolución Democrática -para que no digan que no soy autocrítico- o del PRI, o del PRD, o incluso de Morena, que de pronto lo que hacen es, salen a la luz pública, empiezan a gastar en spots, empiezan a gastar de repente en pancartas y el gasto público crece, y crece, y crece y la gente dice: ¿De dónde sale tanto dinero? Por qué de pronto ahora sí hay despensas, por qué de pronto ahora sí hay útiles escolares que nos dan los partidos políticos.

Bueno, pues todo eso es parte de la corrupción compañeros y compañeras, a veces sale del gasto público que se roba un gobernador para meterlo a la campaña en favor de sus candidatos.

O a veces sale del dinero que le dan los contratistas que han sido beneficiarios con la obra pública, porque lo que quieren al meter ese dinero privado, es mantener esa canonjía; apoyan a la candidata tal vez con un vuelo de avión, apoyan al candidato posiblemente con un dinero en efectivo, y el problema y el ciclo se eterniza, y después ese candidato, cuando es votado, llega a la Cámara de Diputados, llega al gobierno del Estado, llega al Senado de la República, y llega con fuero, habiendo violentado todas y cada una de las disposiciones que hemos tratado reiteradamente de evitar con el tema del uso del dinero en el proceso electoral, cómo se le premia a aquellos que muchas veces violentan la ley, pues se les premia con fuero.

Entonces compañeros y compañeras, este Sistema Nacional Anticorrupción puede significar un avance, una mejor forma de articular a las instituciones que buscan el combate a la corrupción. Tal vez un avance significativo y que habría que destacar enormemente es el tema de la Auditoría Superior de la Federación, pudiendo, teniendo capacidad de supervisar las partidas de las entidades federativas, pero sin duda alguna se quedan grandes pendientes; se queda la incorporación de un sistema nacional ciudadano que sea la parte crítica y fundamental que eche a andar esa voluntad que es la que hace que se muevan las instituciones.

Se queda pendiente el tema de conflicto de intereses, se queda pendiente el tema de responsabilidad penal de las empresas o las personas morales, se queda pendiente el tema de los servidores públicos en igualdad de circunstancias en el tema del fuero, y son varios temas que están pendientes.

Yo lo que los quiero comprometer, compañeros y compañeras, es que en el voto a favor del Partido de la Revolución Democrática, y el que seguramente habrán de hacer las otras fuerzas políticas, sea un compromiso para trabajar durante todo el próximo año. Me tocó escuchar con preocupación quienes piensan que ya con esto es un gran avance, porque el tema de la corrupción es un tema cultural.

Tenemos que ponernos un año como meta para que se dé la verdadera primavera mexicana; la verdadera capacidad de combatir la corrupción y combatir la impunidad.

Tenemos que cambiar ocho leyes, modificar 14 leyes vigentes, hacer una modificación constitucional en la parte del fuero; espero compañeras y compañeros, y espero que ese sea el compromiso porque así lo hemos comentado en las grandes discusiones que en esta materia hemos tenido, de la clase política, frente a la crisis que hoy tiene el país.

Si no estamos a la altura compañeros y compañeras, esos 35 años que nos ha llevado pasar de la Colina del Perro a llegar a la casa blanca, se van a convertir no sólo en frustración, sino en indignación que significa una gran movilización y revuelta popular.

Es cuanto señor presiente.

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