Intervención en tribuna del Senador Zoé Robledo, del Grupo Parlamentario del PRD, para hablar a favor del dictamen por el que se solicita un informe sobre el costo originalmente programado, así como la asignación y ejercicio presupuestal, de 2011 a la fecha, respecto de los proyectos de inversión, acondicionamiento y puesta en operación del Centro Cultural Elena Garro, los Estudios Churubusco Azteca y la Cineteca Nacional.
Zoé Robledo A., (ZRA): Muchas gracias, senador presidente.
Solamente para referirme, respaldar lo que acaba de decir mi compañero senador Fidel Demédicis, la preocupación constante de que los temas de la cultura, en este caso los temas que tienen que ver con estudios de género, porque para eso se abrió este Centro Cultura Elena Garro, esta librería.
Esa fue la intención en el sexenio pasado para asignar recursos a un espacio como éste, pues tengan tan poca atención de compañeras y compañeros senadores.
Celebro que la Comisión de Bibliotecas haya puesto el dedo en el renglón porque algo ocurrió con el Centro Cultural Elena Garro, era un proyecto extraordinario, el primer espacio y la primera librería especializada en estudios de género, así se planteó en octubre… cuando se inauguró. Se dieron objetivos y expectativas para su funcionamiento muy elevados, muy ambiciosos, lo cual resultaba muy positivo, se hablaba de que habrían 900 visitas diarias, que habría una venta de libros que alcanzaría los 3.3 millones de pesos mensuales. Sin embargo, ninguno de estos objetivos se ha logrado.
Según el IFAI, a una petición de información pública sobre el funcionamiento del Centro Elena Garro, las visitas no han llegado a los 900, no superan los 60 visitantes al mes y la meta planteada por la obtención de recursos por la venta de libros, no llegó a los 3.3 millones de pesos en un mes como se estaba, como se había especulado que iba a lograrse, se logró en nueve meses alcanzar esa meta.
Entonces algo ocurrió, fue una mala planeación o es una mala gestión cultural en el manejo de este recinto. Qué bueno que eso es lo que nos debemos de preguntar.
Sin duda ver cuál es la asignación de recursos, cuánto costó. Pero también cómo está operando o dónde está el problema para que un espacio tan extraordinario, tan bello, que podría tener y significar un referente para los estudios de género para todo Latinoamérica, hoy sea un espacio prácticamente olvidado al que nadie va.
Yo le preguntaría a alguno de los compañeros: ¿Quién lo ha visitado allá en Coyoacán?
Y es que tiene muy mala difusión también. Sus actividades no se conocen. ¡Vaya! Pareciera que o estuvo mal planeado o está mal manejado.
Hasta hace unos meses el espacio designado para el estacionamiento, con 20 cajones, que muchas veces es un tema en el barrio de Coyoacán, no estaba habilitado para el público. Y así muchas cosas más.
No se planteó un acceso amigable para personas con discapacidad. El elevador que va del primer piso al segundo piso no funcionaba hasta hace algunos meses. ¡Vaya! Es una serie de deficiencias que habrá que preguntarnos quién es el culpable, quién es el responsable y dónde quedó la bolita.
EDUCAL tiene mucho que decir en este sentido, como la red de bibliotecas y librerías públicas de nuestro país. Y ojalá el llamado del Senado de la República sea unánime para que este espacio sea y se convierta en lo que se planteó y para lo que se utilizaron recursos públicos para su construcción, su creación y sobre todo hoy para su funcionamiento.
Mi voto por supuesto será a favor y ojalá se hagan eco de esta petición que nuevamente celebro haya hecho la Comisión de Bibliotecas.
Muchas gracias.
