México no los perdonará / El Universal


Miguel Barbosa

México es un país de leyes, que por desgracia dista mucho de ser un Estado social de Derecho. Ante la aprobación de las normas secundarias en materia energética y lo que vendrá, resulta posible formular algunas preguntas y reflexiones.

¿El sistema jurídico mexicano es un andamiaje legal adecuado? Pienso que sí, que a partir de una estructura constitucional se desarrolló la gama de derechos que regulan la conducta de los hombres. Éste constituye el propósito del Derecho.
Entonces, si existe un entramado constitucional, ¿qué falló en México? Fallaron los hombres. Fallaron quienes aplican las leyes. Esto es, se han equivocado los personajes responsables del ejercicio del poder y a cuyo cargo están la aplicación de los contenidos de nuestro sistema jurídico.
A esta afirmación siguen más cuestionamientos y más reflexiones. ¿Los mismos hombres, los mismos rostros, que hasta hoy han aplicado la ley, a partir de la reforma energética van a ser diferentes? ¿De verdad es posible el “borrón y cuenta nueva”? ¿Cómo por arte de magia, los responsables de la deformación el sector energético, ahora van a hacer que este nuevo modelo funcione?
El sindicato de trabajadores de esta empresa maneja cifras donde mencionan que, de 2000 a 2013, el pasivo laboral se incrementó en porcentajes enormes. Otros análisis elaborados por especialistas confirman esta circunstancia. ¿Qué falló? ¿El modelo o los hombres? La respuesta nuevamente es los hombres, los gobernantes de los últimos 14 años.
Si esto es así, cabe la reiteración: ¿Por qué razón, los mismos hombres ahora van a hacer que esto funcione? Es una pregunta que a todos debe preocuparnos y la respuesta tal vez no sea satisfactoria.
Durante las múltiples y largas sesiones de este periodo extraordinario de sesiones, de noches y madrugadas de votaciones mecánicas, en las cuales se aprobó la reforma energética, con decepción he visto que del lado de los defensores de las reformas no existieron posiciones independientes; solamente fueron acompañantes de las propuestas del poder. Felicidades. Pudieron hacer su trabajo de acuerpamiento al poder. ¿Quién sabe si este acuerpamiento al poder sea el acompañamiento y para el beneficio de los intereses del pueblo de México?
Lo que ocurrió en estos días, el producto del periodo extraordinario, representa la desnacionalización del petróleo mexicano. Nunca más podrá conmemorarse un 18 de marzo la Expropiación Petrolera, porque lo que se concluyó en estos días representa precisamente lo contrario: la desnacionalización de nuestros recursos energéticos.
Vamos a ver si los hombres que han desarrollado el modelo, o mejor dicho, que deformaron el modelo y que hoy se presentan como reformadores, pronto, tal vez, tendrán que aceptar la falsedad de sus palabras, desandar el camino y quizá, estén obligados a explicar la necesidad de una nueva nacionalización del petróleo.
No hay nada que funcione sin controles democráticos. No existirán cambios que respondan adecuadamente, sin un esquema de combate a la corrupción. Esta es la única reforma estructural pendiente y la única que no le interesa al poder, ni les significa a quienes ejercen la autoridad y aplican la ley.
El combate a la corrupción está postergado indefinidamente, este tema debió haber sido el primero en la lista de prioridades, antes de cualquier reforma. El resultado debió ser un nuevo modelo de combate a la corrupción, pero esta importante transformación de nuestro sistema político no les interesa al gobierno y a sus aliados.
Vamos a ver, si a medida que pasan los años, van a festejar estas reformas. México no les perdonará la desnacionalización de nuestros energéticos y la venta del patrimonio de nuestro país.