México merece una Corte con ministros competentes e independientes, está en urgencia de instituciones sólidas: Luis Humberto Fernández


Intervención en tribuna del senador Luis Humberto Fernández Fuentes, del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar posicionamiento sobre el dictamen que determina la idoneidad de los candidatos a ocupar el cargo de Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Luis Humberto Fernández Fuentes, (LHFF): Con su venia, presidente.

 

Quiero iniciar saludando la labor de la Comisión de Justicia al hacer un proceso incluyente y abierto. Los felicito y me sumo a la propuesta de cambiar el proceso actual para elegir ministros. Mi reconocimiento honesto al senador Yunes, a la senadora de la Peña…

 

Mi reconocimiento honesto al senador Yunes, a la senadora de la Peña y a la senadora Álvarez por en este marco tan acotado hacer un proceso amplio e incluyente.

 

El suscrito presentó un punto de acuerdo para que se exhortaba al Presidente para que las dos ternas para elegir ministros de la Corte fueras integradas exclusivamente por mujeres.

 

La respuesta fue mandar una terna de cada género. En el caso de la primera terna integrada por mujeres, veo con desolación que las comparecencias fueron desafortunadas, en algunos casos sin rigor técnico, sin carácter, llenas de obviedades, lugares comunes y argumentaciones desordenadas.

 

No hubo la intención de enviar una terna seria.

 

La flama de mi esperanza, de tener una buena Ministra mujer, se agotó conforme avanzaron las comparecencias.

 

Habiendo muchas mujeres competentes y con credenciales necesarias, en esta terna no se vio el talento y capacidades de las mujeres abogadas representadas. Puedo pensar en muchas profesionales, incluso estudiantes que tienen mayor posibilidad de un desempeño decoroso.

 

La presencia imponente de grandes mujeres ministras, brillantes, con carácter, capacidades, respetadas como la saliente Olga Sánchez Cordero, Margarita Luna Ramos o Don?a María Cristina Salmora?n quien fue la primera mujer en la Corte, hace más ofensiva la propuesta.

 

Sí, en la historia se avanza sobre los hombros de gigantes, Hawking dixit, pero cualquiera de las integrantes de esta terna, dista mucho de ser un avance.

 

Al avanzar el proceso, las dudas se volvieron certezas no encontramos evidencia de que tuvieran características suficientes para ser ministras, no solo en el análisis  individual, sino también en el contexto de las mujeres abogadas de México.

 

Afirmo con seguridad y con tristeza que las integrantes de la terna no representan con dignidad a lo mejor de las abogadas de México. Lo que es más, ni siquiera el promedio superior.

 

No encontramos primacía moral, técnica, de carácter o independencia, están aquí por una propuesta, sin explicación y sin argumentos. No tienen más merito que otras abogadas.

 

Hay que distinguir entre legalidad e idoneidad. Sí, probablemente las aspirantes cumplan los requisitos legales, pero si entendemos como idóneo lo que señala la Real Academia de la Lengua: adecuado y apropiado para algo.

 

Hoy vemos que las propuestas no son adecuadas, ni apropiadas para ser ministras de la Corte.

 

A quienes tengan la instrucción de defender la terna, y lo digo porque no veo cómo lo hagan por convicción después de escuchar sus desempeños. Les espera una labor penosa y titánica, debemos de reconocer que no les va a su señorío defender esta causa.

 

Cuáles podrían ser sus argumentos:

 

  • Que demos un voto de confianza, no porque ya probaron sus limitaciones.
  • Que todos pueden tener una mala tarde, no se trata de suerte simplemente no se pudieron responder los  planteamientos, respetuosos y pertinentes.
  • Que no son legisladoras, no, no lo son, pero sí se requieren las capacidades mínimas de argumentación y comunicación.
  • Que se pusieron nerviosas, entonces cómo van a aguantar las presiones tan fuertes que implica la posición frete al poder.
  • Que es un voto por las mujeres, no porque votar por ellas es excluyente de las mujeres talentosas y capaces.
  • Que evaluemos su hoja de vida, no una entrevista, los datos duros nos revelan estadísticas por muy por debajo del promedio y desempeños académicos también promédiales.

 

Les pregunto a ustedes, con honestidad, a quienes atendieron las audiencias, a quienes revisaron los expedientes, qué argumento hace suponer que hay el mérito sobre otras mujeres abogadas.

 

Adelanto la intervención posterior, rechazaremos por razones que expondremos en su oportunidad la segunda terna.

 

Y exhortamos nuevamente a que el Presidente envíe dos ternas integradas únicamente por mujeres.

 

Senadoras y Senadores, Sí a las mujeres a la Corte, Sí a las mujeres en la Corte, pero con competencia y capacidades, un ejercicio que muestre ya no lo mejor, por lo menos aspiremos a algo por arriba del promedio.

 

Mientras no cambiemos la ley, respetemos el derecho a proponer del Presidente, atengámonos a los pasos estipulados.

 

El Presidente tiene el mandato de proponer las ternas, pero también de hacerlo con responsabilidad y buscando los mejores perfiles. Y es derecho del Senado rechazar la terna.

 

Que el presidente proponga, pero que proponga bien.

 

Nuestro país merece una Corte con ministros competentes e independientes, la patria está en urgencia de instituciones sólidas. Si nombramos a alguien de esta, terna solo abonaríamos a una Corte de los Milagros.

 

Por dignidad del Senado y salud de la República rechacemos estas ternas.

 

 

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