Los niños tienen derecho a participar y ser tomados en cuenta en todos los procesos judiciales que les afectan: Lorena Cuéllar


Intervención en tribuna de la senadora Lorena Cuéllar Cisneros, del Grupo Parlamentario del PRD, para manifestar su voto a favor del dictamen con proyecto de decreto por el que se reforman los artículos 416 y 417 del Código Civil Federal.

 

Lorena Cuéllar Cisneros, (LCC): Con su permiso, señor presidente;

 

Compañeras y compañeros senadores,

 

El reconocimiento de nuestras niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos es un avance fundamental para nuestro país, porque toma el principio de interés superior de la infancia como eje para toda acción del Estado.

 

Ésa es la esencia de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes que aprobamos el año pasado.

 

Por eso doy la bienvenida y voto a favor del presente dictamen, ya que considero que con esta reforma se reafirma el derecho de nuestra infancia para que en caso de un desacuerdo a causa de una separación de quienes ejercen la patria potestad, el juez resuelva considerando el interés superior del menor, es decir, se escucha directamente su opinión de conformidad con su edad, desarrollo y grado de madurez.

 

Éste es un paso importante para nuestra legislación ya que se armoniza el Código Civil Federal con lo dispuesto en nuestra Constitución, en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y en los Tratados y Convenciones Internacionales que ha suscrito nuestro país en la materia.

 

Es importante también señalar que esta reforma es un punto de partida para poder revisar de manera integral nuestro marco jurídico, de tal manera que podamos introducir los cambios y principios rectores a favor de nuestras niñas, niños y adolescentes.

 

El interés superior de la infancia, la igualdad sustantiva, la no discriminación, la inclusión, el derecho a la vida, a la supervivencia, al desarrollo, a la participación, etcétera; no deben quedar como letra en la Ley, por eso es importante que como legisladores emprendamos este tipo de esfuerzos que finalmente también tendrán impacto para que los Congresos locales lleven a cabo las armonizaciones correspondientes.

 

Cuando la autoridad tiene contacto directo con el infante alcanza a percibir mejor su problemática y entender las situaciones en las que pudo llegar a existir la violencia o bien otro tipo de condicionantes sociales y económicas, además no lo olvidemos: los niños siempre dicen la verdad.

 

Por ello, como bien refiere el presente dictamen, tienen el derecho de participar, ser escuchados y tomados en cuenta en todos los procesos judiciales y de procuración de justicia donde se diriman controversias que les afectan.

 

Esta idea se fortalece cuando referimos el artículo 74 de la Ley General en la materia, donde se establece que niñas, niños y adolescentes tienen derecho a que las diferentes instancias gubernamentales, en los tres órdenes de gobierno, les informen sobre la manera en que su opinión ha sido valorada y tomada en cuenta su solicitud.

 

Lo principal es respetar la libertad de niños y niñas para que puedan afrontar situaciones difíciles, como lo puede llegar a ser la separación de sus tutores.

 

Los niños no mienten, ellos saben con quién se sienten más seguros y cómodos; el darles la voz es algo que nuestra sociedad normalmente no hace. Generalmente no se les escucha y esto es algo que debemos cambiar.

 

No podemos continuar con una visión adulto-céntrica que deja fuera las opiniones y las libertades de los niños.

 

Este dictamen nos permite ver a la niñez mexicana de otra manera, porque dará voz a los menores ante la autoridad para decidir responsablemente sobre su porvenir.

 

Dejemos atrás a una sociedad que por generaciones ha funcionado excluyendo a niñas, niños y adolescentes de la esfera de las decisiones ya que esto ha generado una relación social asimétrica entre los adultos que ostentan el poder y la niñez.

 

Este dictamen es un paso fundamental para alcanzar una sociedad más igualitaria y para asegurar un derecho del que poco se habla: El derecho a la felicidad, el derecho de nuestros niños.

 

Es cuanto, señor presidente.

 

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