Llama Zoé Robledo a analizar con seriedad lo que es necesario renovar en gobiernos, partidos políticos e instituciones


Zoé Robledo

·      No podemos continuar en este juego de espejos, señalando los errores de los adversarios, pero omitiendo los de nuestros correligionarios

 

Intervención en tribuna del Senador Zoé Robledo Aburto para dar el posicionamiento del Grupo Parlamentario del PRD con motivo del 101 aniversario luctuoso del Dr. Belisario Domínguez Palencia, ocurrido el 7 de octubre de 1913.

 

Zoé Robledo Aburto (ZRA) Con el permiso de la presidencia, compañeras y compañeros legisladores, por tratarse de un asunto urgentísimo para la salud de la patria, me obligado a prescindir de las formulas acostumbradas y a suplicar a usted se sirva dar principio a esta sesión, tomando conocimiento de este pliego y dándolo a conocer en seguida a los señores senadores, insisto señor presidente en que este asunto debe ser conocido por el Senado en este mismo momento.

Estas eran las palabras con que iniciaba don Belisario Domínguez hace poco más de 101 años el discurso que le costó la vida, así lo iniciaba sabiendo claramente del peligro que representaba.

Como lo dijo el poeta mayor Jaime Sabines, sabiendo que en el momento en que terminara esa alocución la muerte la llevaría en sus manos, con la seguridad de perder la existencia pero convencido de que la representación nacional de que formaba parte debía cumplir con su deber para salvar a la patria y que así, ésta floreciera más grande, más unida, más hermosa que nunca.

Hoy en esta fecha, que es particularmente significativa para el Senado de la República, la recordamos en medio de una dolorosa  y de una preocupante circunstancia nacional, conmemoramos el aniversario del asesinato de Belisario Domínguez con la patria en vilo.

Cada año en esta fecha recordamos al máximo tribuno de nuestra historia, recordamos sus valientes alocuciones, su denuncia franca y sin cortapisas y también las consecuencias trágicas y predecibles de haber asumido la defensa de la patria y de sus instituciones por encima de todo.

En cada oportunidad que recordamos a Don Belisario Domínguez, necesariamente surgen los conceptos de valor, de valentía, de verdad, de honestidad, conceptos que son propios de Don Belisario, pero que no deberían de ser ajenos a nuestra generación.

Él, Belisario Domínguez no tuvo dudas, él, Belisario Domínguez, no tuvo ambigüedades, él Belisario Domínguez no titubeos.

El doctor Belisario Domínguez pagó con su vida el decir la verdad, decir lo que sucedía en el país hace un siglo y pagó con la vida la osadía de llamar a las cosas por su nombre, llamó usurpación a la usurpación.

Hoy nuestro país se encuentra en una conducta grave y delicada y hoy como hace 101 años es necesario llamar a las cosas por su nombre, hoy es necesario y obligado seguir el ejemplo que pusiera Don Belisario Domínguez, al convocar al Senado de la República a actuar con valentía y con honestidad por el bien de México, hoy es claro que la república vive momentos de extrema violencia, de ingobernabilidad que cobra vidas y que exige de parte de nosotros, de todos, objetividad, autocrítica  y una acción decidida.

El momento que vivimos nos reclama respuestas urgentes y profundas, lo mismo en Guerrero, pero también en Michoacán, en el Estado de México, en Tamaulipas como antes lo requirieron hace apenas unos años Chihuahua, Sinaloa, Baja California, Nuevo León o Jalisco, una larga lista que abriría un repaso a la extensa geografía nacional.

México hoy tiene un gran problema de seguridad, tiene un grave problema que ha rebasado muchos gobiernos municipales y pone a prueba la fortaleza institucional de los gobiernos estatales.

Nuevos usurpadores del poder lo representan el crimen organizado y su inaceptable pretensión de ocupar posiciones de autoridad, por eso es necesario que hoy, y ojalá hubiera más senadores en este salón de sesiones, sí, para que escucharan  y recordaran el ejemplo de Belisario Domínguez y que  empezaran a hablar con la verdad aunque esto incomode.

No podemos continuar en este juego de espejos señalando los errores de mis adversarios, pero omito señalar los de mis correligionarios, o el juego de espejos para evitar que estos señalen a los míos y señalar los errores de mis correligionarios.

Esto, esta actitud sería reprobada por Belisario Domínguez, esta actitud nos deshonra y deshonra 101 años después la memoria  del médico chiapaneco.

Hoy en el aniversario de la muerte de Belisario Domínguez, llamo respetuosamente a un examen de conciencia, a analizar con seriedad lo que no está funcionando y lo que es necesario renovar en gobiernos, en partidos políticos, en instituciones pero sobre todo compañeras y compañeros en el fuero interno de cada uno de nosotros.

Es urgente honrar la confianza con la que la patria nos honra a nosotros, decirles la verdad y no dejarla caer en el abismo que se abre a sus pies como lo señaló hace 101 años, un chiapaneco, un mexicano de Comitán llamado Belisario Domínguez.

Él hace 101 años denunció la verdad es esta ante el gobierno de Don Victoriano Huerta no solamente no se hizo nada en bien de la pacificación del país, sino que la situación actual de la República es infinitamente peor que antes.

Compañeras y compañeros senadores, estamos a tiempo de no repetir nuestra historia, está en nuestras manos, la patria espera de nosotros que sepamos cumplir con nuestro deber y lo honremos al resto de la República.

Es cuanto señor presidente, muchas gracias.