La causa y lo causado: Las candidaturas independientes van / Milenio


  • Las candidaturas independientes expresan una de las nuevas formas de participación política de los ciudadanos, que ven a los partidos como recipientes demasiado pequeños, acotados y rígidos para contener a la amplia diversidad social y política que caracteriza a la sociedad mexicana.

El ciudadano es el centro de la acción política. La democracia representa el régimen político que posibilita el desarrollo individual y colectivo. El binomio ciudadano-democracia resulta indisoluble. La diferencia fundamental entre el esclavo, el siervo y el ciudadano se encuentra en la igualdad y la libertad para decidir sobre su vida, su cuerpo, su patrimonio y su destino. La diferencia fundamental entre una dictadura y una democracia se encuentra en la existencia de ciudadanos.

 

Se trata del resultado de cientos de años de evolución política y social para conformar la amplia, diversa, compleja y cambiante democracia.

 

¿Cuántos regímenes democráticos existen en la actualidad? O si se prefiere, puede plantearse la pregunta a la inversa: ¿Cuántas dictaduras existen en estos momentos?

 

La respuesta tiene que considerar un conjunto de variables de muy diversa índole, criterios, matices, diferencias regionales y procesos históricos específicos.

 

La democracia nació y se consolidó en Europa Occidental, fue acogida con entusiasmo en América y Oceanía, avanza con altibajos en Asia y se encuentra postergada en Medio Oriente y en casi toda África.

 

En México, la transición a la democracia ha transcurrido por un sendero en donde a veces llevamos prisa y en ocasiones nos quedamos pasmados por largos periodos. Rupturas con el pasado que nos proyectan con claridad hacia el futuro y, en ocasiones, tentaciones y nostalgias por la restauración del autoritarismo. Hace treinta años era impensable contar con una credencial para votar con fotografía, ahora la credencial del INE se ha convertido, por la vía de los hechos, en nuestra cédula de identidad.

 

Hace poco tiempo existía una sola fuerza política dominante, siguió la construcción de un sistema de partidos plural; ahora hablamos de candidatos independientes. Afortunadamente existen ya en nuestro país a nivel municipal, estatal y en el Congreso de la Unión candidatos que ganaron elecciones fuera del ámbito de un partido político.

 

Éste es el momento de los candidatos independientes, así lo demostraron las elecciones del pasado 7 de junio. No afirmo que los candidatos independientes llegaron para desplazar a los partidos políticos, no existe ningún argumento para suponer esto, pero sí podemos afirmar que son una realidad y una variable importante en el escenario electoral mexicano.

 

Las candidaturas independientes expresan una de las nuevas formas de participación política de los ciudadanos, que ven a los partidos como recipientes demasiado pequeños, acotados  y rígidos para contener a la amplia diversidad social y política que caracteriza a la sociedad mexicana.

 

Más contundente: el éxito de las candidaturas independientes expresa el hartazgo social a la ineficiencia, corrupción y opacidad de la clase política organizada en partidos.

 

El impacto de las candidaturas independientes en el sistema político mexicano está aún por conocerse en las próximas elecciones estatales y, principalmente, en la sucesión presidencial de 2018. ¿Cómo se definirá el escenario para las próximas elecciones federales? ¿Entre candidatos de partidos tradicionales o nuevos partidos? ¿Un independiente o varios estarán en la disputa? Son preguntas que aún no tienen una respuesta.

 

Lo que sí se ha dejado sentir ya es la fuerte oposición de los sectores más conservadores de la clase política desde todas las trincheras. Leyes electorales estatales absurdas, con requisitos absurdos, que sólo tienen como objetivo impedir la competencia de candidatos independientes.

 

¿Quién puede detener la marcha de una sociedad en cambio? Nadie. La clase política, los líderes partidarios, los legisladores y los gobernantes debemos tener la visión de acompañar a la sociedad en sus principales demandas y expresiones. Si lo hacemos con honestidad seguiremos siendo sus representantes, de lo contrario, la sociedad nos dejará a la orilla del camino. XXX

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