La deserción, la falta de acceso y la mala calidad escolar no deben ser una fatalidad para millones de mexicanos: Raúl Morón


Intervención en tribuna del senador Raúl Morón Orozco, del Grupo Parlamentario del PRD, para hablar a favor del dictamen por el que se exhorta a la Secretaría de Educación Pública y a sus homólogas en las entidades federativas a ampliar y fortalecer las políticas orientadas a combatir el rezago educativo y la deserción escolar.

 

Raúl Morón Orozco, (RMO): Compañeras y compañeros Senadores:

 

La educación es un factor esencial y estratégico tanto en el desarrollo de una sociedad como en el de las personas y el de sus familias, independientemente de la condición socioeconómica, sociocultural o migratoria de cualquier mexicano.

 

Constituye un instrumento de primer orden en el pleno ejercicio de la ciudadanía, la libertad y la democracia, así como en el desarrollo del País.

 

Por eso, atender de modo más estratégico el derecho humano a la educación, para evitar que nuestras aulas se vacíen o que nuestros alumnos profundicen su situación de precariedad con el abandono de su formación escolar, es una obligación irrenunciable del Estado mexicano.

 

La cobertura universal de la educación, más allá de la condición social o migratoria de nuestros educandos y su lugar de residencia, debe seguir siendo uno de los principales desafíos para la nación, considerando la importancia del capital humano en la superación de la pobreza.

 

La educación fue incluida como uno de los ocho propósitos de desarrollo humano fijados por la ONU, y signados por 189 países que se comprometieron a lograr la enseñanza primaria universal y velar porque todos los niños y niñas puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria.

 

Con base en este «Informe de seguimiento de la educación para todos en el mundo 2000-2015. Logros y Desafíos», publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, México está muy cerca de reducir en 50 por ciento el analfabetismo, así como de garantizar la paridad e igualdad de oportunidades de acceso educativo para niñas y niños, el cual se cumplió en el nivel de primaria, pero en la secundaria no tuvo los mismos resultados.

 

Habría incluso que reconocer también, que tampoco hemos logrado garantizar la educación de calidad para todas y todos, ni se ha dado la oportunidad necesaria a jóvenes y adultos para alcanzar los aprendizajes indispensables.

 

Esto tiene diversas lecturas, o no estamos aplicando las estrategias correctas de política educativa y docencia para asegurar que todos los estudiantes que acceden a las aulas puedan permanecer en ellas y continuar, o no estamos enseñando lo pertinente para garantizar que nuestros educandos mexicanos puedan enfrentar con mayores capacidades y competencias académicas los desafíos del presente.

 

En relación con la atención del abandono escolar y rezago educativo, si bien el gobierno federal ha implementado una serie de acciones tendientes a lograr mayor retención escolar de los estudiantes de todos los tipos, niveles y modalidades, éstas, desafortunadamente, no han sido suficientes y en general poco asertivas.

 

Lo anterior es así, porque a pesar de que la deserción ha sido un fenómeno recurrente en la agenda pública, las cifras reflejan que su abatimiento está lejos de ser una realidad, pues aún constituye un problema significativo del Sistema Educativo Nacional, vinculado principalmente a una situación de pobreza y de marginación, pero también de mala calidad del proceso educativo.

 

El Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina, SITEAL, organismo vinculado a la Organización de Estados Iberoamericanos y la UNESCO, registró que siete de cada diez niños y adolescentes no escolarizados provienen de los hogares más expuestos a privaciones económicas.

 

La desigualdad en oportunidades educativas, específicamente de escolarización, limita severamente el programa individual, e implanta al interior de las sociedades, una espiral de exclusión, pobreza y marginación, que restringe la posibilidad de acceder a otros beneficios de la vida social, como la educación, la cultura y las oportunidades laborales.

 

Por eso hoy, las senadoras y senadores que integramos la Comisión de Educación del Senado de la República, afirmamos categóricamente que la deserción, la falta de acceso y la mala calidad escolar, provenientes de instituciones públicas o particulares, no deben ser una fatalidad para millones de mexicanos, ni tampoco asuntos sobre los que deba seguir posponiéndose una solución urgente, pertinente, estratégica e integral.

 

Hoy más que nunca, esta situación exige del Estado mexicano toda su fortaleza y capacidad de acción gubernamental para no sólo mantener a los alumnos en el salón de clases, sino también para mejorar significativamente el entorno académico, cultural, económico y social de millones de niños y jóvenes mexicanos que merecen un futuro mejor.

 

Por lo anterior, tal como ha sido propuesto en el presente dictamen, resulta necesario exhortar a la Secretaría de Educación Pública, para que en un esfuerzo conjunto, coordinado y estratégico con sus homólogas en las entidades federativas, amplíen y fortalezcan las políticas orientadas a favorecer el acceso del derecho a la educación de niños migrantes y no migrantes, combatir el rezago educativo de los cientos de miles de mexicanos que hoy se ubican en esa condición y atender de forma integral la deserción escolar todos los tipos, niveles y modalidades educativas, destinando mayores recursos, fortaleciendo la infraestructura escolar y mejorando gradualmente todos los elementos que influyen en el proceso educativo.

 

Particularmente los programas de becas dirigidos a estudiantes que enfrenten condiciones económicas, sociales, culturales o migratorias que les impidan ejercer plenamente su derecho a la educación.

 

Felicito a mis compañeras y compañeros senadores, por su compromiso a favor de impulsar este tema  prioritario para el país e invito al resto de los compañeros a votarlo en el mismo sentido, por el bienestar de nuestras niñas, niños y adolescentes mexicanos.

 

Por su atención, muchas gracias.

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