La causa y lo causado: La renovación del PRD y la unidad de la izquierda


El PRD, MORENA, MC y PT suman 28 por ciento de la votación total. Este porcentaje está en los márgenes de la izquierda en elecciones intermedias. El mejor resultado en comicios intermedios de la izquierda fue en 1997, cuando el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas ganó la Ciudad de México y la izquierda obtuvo 27 por ciento de los votos.

 

En la pasada elección, la izquierda participó fragmentada y esta canasta electoral se repartió  entre cuatro partidos: diez puntos y fracción para el PRD; ocho puntos y fracción para MORENA; seis puntos para MC y casi tres puntos para el PT.

 

Una izquierda fragmentada no tiene destino y una izquierda que se rivaliza ante sí misma, no tiene futuro. Por eso, rumbo al 2018, la única posibilidad de representar una alternativa con posibilidades de ganar una elección presidencial, para la mayoría en el Congreso de la Unión y para obtener triunfos locales, es una izquierda que transite con un discurso de unidad.

 

MORENA, con ocho puntos porcentuales, no puede asumirse como el gran triunfador de este proceso electoral, porque ese porcentaje representan eso: ocho por ciento.

 

La disyuntiva de la izquierda consiste en cómo caminar rumbo al 2018. Electoralmente la estrategia consiste en competir con el PRI y el PAN, no frente a sí misma; por eso, las descalificaciones de Andrés Manuel López Obrador, como si MORENA hubiera ganado la elección, no favorecen esta unidad.

 

Ni Andrés Manuel en este momento, ni el PRD como está, ni MORENA en su circunstancia pueden encabezar un movimiento de transformación. Se requiere la unidad, pero para que ésta se produzca tiene que haber disposición. Considero que Andrés Manuel no representa un pensamiento moderno, crítico, vanguardista, progresista, por lo cual resulta difícil que la gente pueda esperanzarse por él rumbo al 2018 si va solo.

 

El PRD, si no se transforma, no tiene destino. Para lograr esta transformación existen dos elementos: primero, que se haga una evaluación del proceso electoral y de la participación del PRD, de órganos internos del PRD, junto con instituciones que den seguimiento a la vida política nacional, como el CIDE, la UNAM  y otros centros académicos. Segundo, que a partir de este análisis se construya un nuevo modelo partidario, nuevos documentos básicos y una nueva propuesta a la sociedad.

 

Carlos Navarrete enfrenta una disyuntiva: se asume como el presidente de la transformación o se comporta como el presidente de una corriente política, que por cierto, hoy domina de manera absoluta el partido y las decisiones que se tomaron en el proceso electoral.

 

La izquierda como tal debe ser vista, como un pensamiento progresista más que una posición absolutamente ideológica. La izquierda para mí tiene que ser aquella que busque en sus acciones públicas de gobierno, de accionar político, de estrategia, la igualdad de la sociedad, ese es el principio de la izquierda.

 

La izquierda hoy tiene que ser una actitud frente a la vida, un comportamiento de la gente frente al hecho social, al hecho económico, al hecho cultural, al hecho político, más que el conocimiento de una ideología y sus fundamentos teóricos.

 

ENTRESACADO: Ni Andrés Manuel en este momento, ni el PRD como está, ni MORENA en su circunstancia pueden encabezar un movimiento de transformación.