La causa y lo causado: Estado de excepción, gabinete de excepción / Milenio


  • Es el momento de la unidad, pero no para tomarse la foto, sino para elaborar una estrategia conjunta de los poderes públicos del Estado mexicano. Sería conveniente que el presidente Enrique Peña Nieto, el Poder Legislativo y el Poder Judicial emitieran un mensaje a la Nación que comunicara certidumbre, dignidad y firmeza frente a la coyuntura.

Desde la noche del pasado 8 de noviembre, cuando se perfilaban los resultados que horas después se confirmaron y sumieron al mundo en la incertidumbre, la pregunta que con mayor frecuencia se ha repetido en distintos foros es: ¿Qué debe hacer México ante el triunfo de Donald Trump? Desde mi perspectiva, se instaló un estado de excepción, por lo cual debe integrarse un gabinete de excepción. Estado de excepción, porque como vecino y socio comercial nuestro país experimentará momentos y circunstancias inéditas en los aspectos social, económico, cultural y político. La gobernabilidad mexicana se fincará en nuevos parámetros.

Un estado de excepción significa reconocer con realismo que el escenario de las relaciones entre México y Estados Unidos cambió y que estos cambios son adversos a los intereses de nuestro país. Desafortunadamente, todavía percibo un Gobierno Federal parco, dubitativo, desbalagado, que propone acciones patito para enfrentar un reto de una gran envergadura; parece que no quiere hacer enojar al monstruo o granjearse los favores del ególatra, cuando lo que necesitamos en este momento es responder con dignidad, con nacionalismo, con oportunidad y con eficacia. Un gabinete de excepción también implica revisar y garantizar que en la titularidad de las áreas estratégicas del Gobierno Federal, particularmente en los asuntos relacionados con la migración y el comercio, estén las personas adecuadas para el momento que hace unas semanas iniciamos. El que no sea útil para las necesidades de este momento que deje el cargo.

Se trata de integrar un gabinete, un equipo para enfrentar, y lo digo con todas sus letras, la amenaza que representa Donald Trump. En esta nueva etapa, aunque no veo a Estados Unidos fuera del Tratado de Libre Comercio (TLC) y mucho menos fuera de la Organización Mundial de Comercio (OMC), necesitamos un Estado que ponga en marcha acciones excepcionales en materia migratoria, de comercio, de derechos humanos y en otros aspectos en los que México pueda ser afectado.

México tiene la experiencia para formar un equipo de alto nivel que defienda el interés nacional, con la presencia y coordinación de expertos nacionales en diversas materias de significativa importancia. No me explico la parsimonia con que actúa el Gobierno. El optimismo de éste contrasta con la preocupación del resto de la población. En la sociedad prevalece la incertidumbre y el agravio, en el Gobierno un inexplicable optimismo. No se dan cuenta aún que la presidencia de Donald Trump pegará en la gobernanza mundial y de México.

Es el momento de la unidad, pero no para tomarse la foto, sino para elaborar una estrategia conjunta de los poderes públicos del Estado mexicano. Sería conveniente que el presidente Enrique Peña Nieto, el Poder Legislativo y el Poder Judicial emitieran un mensaje a la Nación que comunicara certidumbre, dignidad y firmeza frente a la coyuntura. Ojalá que con visión de Estado pronto podamos construir y enviar ese mensaje a la sociedad.

Por lo pronto y en el ámbito legislativo, en el Senado debemos trabajar en la construcción de una posición común, no de un partido o de un grupo parlamentario, sino como una Cámara de un Poder de la Unión. Debe reconocerse que hasta el momento hemos estado rezagados frente a la obligación constitucional de analizar la política exterior. Momento de excepción, acciones excepcionales. XXX TWITTER: @MBarbosaMX