La causa y lo causado: Aumentar tasa de interés contraproducente para la economía / Milenio


  • La mejor medida de política monetaria que puede tomar el Banco es dejar que el peso alcance su nivel según el mercado y sólo a partir de ahí plantear cambios de tasas de interés según la inflación.

Las tendencias económicas expresan un crecimiento de alrededor de 2.4 % del PIB, pero con signos de debilitamiento. La inversión bruta fija se ha recuperado en este año, aumentando 4.7 %, pero con debilitamiento reciente, sobre todo en el ramo de la  construcción.

 

El debilitamiento de la inversión es por las debilidades del mercado y por la caída en la confianza empresarial. Este indicador en 2015 ha estado por debajo del promedio de 2014, cuando ya se había debilitado ese año por la reforma fiscal.

 

Los pedidos manufactureros descendieron drásticamente en 2013 y luego iniciaron un ciclo de recuperación, pero en este ciclo no alcanzaron el impulso que tuvieron en el anterior.

 

Incluso es factible un debilitamiento en la segunda mitad de 2015 y en 2016 por los recortes de gasto público que planea el gobierno, los cuales van a impactar en inversión, construcción y empleo, en un momento de fragilidad del crecimiento.

 

¿Ante este panorama, es factible un Presupuesto Base Cero? Este presupuesto no es viable porque el gobierno no ha hecho el trabajo preparatorio de recalcular el tamaño de todas las estructuras burocráticas, una vez que haya definido sus programas. En ausencia de este Presupuesto Base Cero, el gobierno opta por recortes en la mayor parte de los casos, exigiendo que las mismas entidades decidan en qué recortan.

 

El Banco de México ha planteado un aumento de tasas de interés en cuanto lo haga la Reserva Federal; sin embargo, al estar la inflación en 2.7 % por debajo de su meta de 3%, más o menos un punto porcentual, estaría arriesgando un debilitamiento adicional del crecimiento.

 

Esta institución financiera no tiene como norma seguir a la Reserva Federal, como tampoco lo tiene defender el peso en un nivel dado contra el dólar. Sin embargo, a la depreciación reciente del peso contra el dólar, el Banco ha anunciado que podría aumentar la tasa de interés aun antes que lo haga la Reserva Federal.

 

Es muy probable que aun con el aumento del interés el Banco de México no logre evitar que el peso alcance el nivel que le corresponde, como economía emergente y además muy dependiente del petróleo, por lo menos para ingresos fiscales.

 

La razón es que la apreciación del dólar es debido a que Estados Unidos ha entrado en un ciclo de relativo fortalecimiento económico, que no es el caso de México. Independientemente de las tasas de crecimiento de ambas economías, los inversionistas globales consideran que los fundamentos económicos de ese país y su perspectiva son muy superiores a los de México.

 

Estas son en principio las dos principales fuentes de compras de dólares, mismas que han ido agotando las subastas diarias por 400 millones de dólares que ofrece el Banco desde el pasado 31 de julio.

 

El Banco de México mantendrá esta oferta hasta que exista la posibilidad de que la Reserva Federal aumente su tasa de interés, movimiento cuya anticipación ha sido el detonador de esta demanda. Una vez que haga el primer aumento, la demanda de dólares puede  aumentar o puede menguar, según el mensaje que acompañe dicho aumento y las condiciones que vayan encontrando las autoridades estadounidenses.

 

De todas maneras si no aumenta la tasa en septiembre, lo haría en diciembre o en 2016. La presión contra el peso será constante, aunque la intensidad de la misma puede variar entre periodos.

 

Si el Banco agota la totalidad de su oferta de dólares en el periodo hasta fines de septiembre, gastaría alrededor de 14 mil millones de dólares. Sin embargo, lo previsible es que no se detenga ahí, sino que siga interviniendo.

 

La respuesta que anunció el Banco de México, basada en aumentar la tasa de interés, sería aún más contraproducente para la economía por el mayor debilitamiento económico que provocaría.

 

Por lo tanto, la mejor medida de política monetaria que puede tomar el Banco es dejar que el peso alcance su nivel según el mercado y sólo a partir de ahí plantear cambios de tasas de interés según la inflación.

 

Idealmente el Banco debería distinguir entre la inflación importada por el efecto de la depreciación sobre los bienes importados y la inflación generada internamente, a fin de evitar exagerar en el aumento de tasa de interés.