La causa y lo causado: ¿Adiós al prohibicionismo? / Milenio


El día de ayer, 21 de abril, el Presiente de la República, Enrique Peña Nieto, anunció que enviará al Senado de la República una iniciativa de reforma para elevar la dosis legal y permitir el uso médico de la marihuana. Esto implica una adecuación a la Ley General de Salud y al Código Penal Federal.

 

Se trata de una avance. Sin embargo, la propuesta presidencial todavía está por debajo de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de hace unos meses y del debate que se ha instalado en la sociedad sobre este tema.

 

Identificamos un viraje. Falta saber hasta dónde quiere llegar el cambio de rumbo anunciado.

¿Cuál es el alcance de la iniciativa presidencial? ¿Significa a caso un cambio de fondo en la política pública? ¿En verdad, podemos decir adiós al prohibicionismo?

 

En el anuncio de esta iniciativa, el presidente argumentó que de aprobarse su propuesta se autorizaría el uso de medicamentos elaborados con base en marihuana y/o sus ingredientes activos. Por lo cual, se podrían autorizar registros de medicamentos que contengan marihuana y/o THC en el país, así como su importación.

 

Prevé autorizar la investigación clínica con fines de registro para productos que contengan marihuana y sus ingredientes.

 

La iniciativa presidencial platea que no sea considerado delito la posesión para uso personal, de hasta 28 gramos de marihuana, conforme a estándares internacionales. Esto, desde la perspectiva de la Presidencia, significa dejar de criminalizar el consumo. La consecuencia directa de esto implicaría la libertad de los consumidores que actualmente se encuentran presos o sujetos a proceso por haber portado cantidades inferiores a 28 gramos.

 

Sobre el consumo medicinal o terapéutico de la marihuana existe acuerdo. Sin embargo, limitarse a esto sería un error, sería quedarse por debajo de las expectativas y del debate que se ha instalado en la sociedad, echar por la borda un gran esfuerzo de  ciudadanos, asociaciones civiles y científicos.

 

En primer lugar, el Gobierno Federal tiene que ampliar su visión y avanzar en la aceptación  del consumo lúdico, o “personal” como les gusta llamarlo, de la marihuana en los términos que estableció la SCJN; es decir, como el ejercicio de la libertad del individuo de decidir sobre su persona.

 

Falta saber cuál es el punto de vista del Ejecutivo sobre otros aspectos como la producción y distribución de marihuana. ¿Aumentar el gramaje, implica  la despenalización?

 

Si el Presidente envió una iniciativa en los términos anunciados, es un avance, pero habríamos desaprovechado una importante oportunidad para, en verdad, transitar de una visión prohibicionista a una política pública de regulación del consumo de marihuana.

 

En este tema el Congreso de la Unión no puede limitarse a aceptar la propuesta presidencial, sin antes incluir las propuestas, puntos de vista y conclusiones de las iniciativas presentadas y de las audiencias públicas que por varias semanas se desahogaron en el Senado y en la Cámara de Diputados.

 

Una pregunta más: ¿Por qué el Presidente de la República tardó tanto en enviar esta propuesta? ¿Por qué a una semana de terminar el periodo ordinario de sesiones el Ejecutivo envía su planteamiento? XXX Twitter @MBarbosaMX