Intervención en tribuna de la Sen. Dolores Padierna para presentar voto particular en contra del dictamen 2: ley de industria eléctrica y ley de energía geotérmica


Dolores Padierna

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN EN TRIBUNA DE LA VICECOORDINADORA DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRD EN EL SENADO, DOLORES PADIERNA LUNA PARA PRESENTAR VOTO PARTICULAR EN CONTRA DEL DICTAMEN 2: LEY DE INDUSTRIA ELÉCTRICA Y LEY DE ENERGÍA GEOTÉRMICA

 

Sen. Dolores Padierna Luna: “Pueblo de México, pueblo de México, los dispenso de toda obediencia a sus futuros gobernantes que pretenden entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a la Nación que conformamos”; cuando pronunció estas palabras, en 1960, el expresidente  Adolfo López Mateos estaba lejos de saber que vendrían como anillo al dedo a su paisano Enrique Peña Nieto, quien casi 54 años después, ha decidido entregar a manos extranjeras y a los magantes mexicanos los principales recursos energéticos de la nación.

Son las dos caras del grupo de Atlacomulco: el nacionalizador de la industria eléctrica que imitó al general Lázaro Cárdenas y el privatizador que está convencido en desmantelar la Comisión Federal de Electricidad.

 

La electricidad no es un mero comodities,  no es una mera mercancía, es un servicio público indispensable, sin electricidad no hay industria, sin electricidad no se podría vivir.

 

El dictamen que hoy se le se discute pretende desintegrar a la Comisión Federal de Electricidad y crear un mercado privado eléctrico sin considerar los riesgos de estas experiencias  ilustran.

 

Al hacerlo estarán desintegrado una empresas que le ha costado muchos años a las y los mexicanos construir y que fue una fuente de orgullo nacional.

 

Se ignora que desde 1960 a la fecha gracias a la CFE, la electrificación del país llego  al 98.2% de nuestro territorio. Hasta diciembre de 2013 la CFE contaba con una capacidad instalada en generación de 54 mil mega watts, 57 mil kilómetros de trasmisión y una capacidad técnica que ha sido un orgullo internacional.

 

Desde los sexenios  salinistas y zedillistas, la CFE cambió su esquema de operación para construir capacidad de generación mediante contratos con constructores y operadores privados bajo la figura de productores independientes.

 

A 25 años de distancia de esta apertura parcial, más del 80% de la generación de la energía eléctrica depende de la CFE, ¿en dónde están entonces las bondades de la privatización parcial? y ¿cuáles son las razones para desmantelar una empresa pública que ha sido presumida  por su condición como clase mundial?

 

La idea que nos propone ahora el gobierno de Peña Nieto es que la CFE se divida en las empresas subsidiarias o filiales que actuarán de manera independiente entre ellas; se establecen verdaderas murallas para evitar las relaciones entre ellas, la separación contable, la constitución legal separada, prohíbe el flujo de información entre los distintos subsidiarios; así como Carlos Slim defendía su empresa hace unas semanas, así como Emilio Azcárraga defendió su monopolio de la opinión pública quisiéramos ver al director  de la CFE, al director de Pemex defender a nuestras empresas.

 

Lejos de ello organizan cócteles, festejan para darle la bienvenida a sus competidores  quienes los van a desplazar del mercado, a quienes los van a desaparecer, quisiéramos ver aquí en el Congreso a la CFE bancada, a la Pemex bancada defendiendo el interés nacional, defendiendo los activos del Estado, pero solo se constata que aquí solo se defiende a los monopolios privados y les interesa destruir, achicar a las empresas que han venido distribuyendo la riqueza energética del país y a esto nos estamos dedicando a su defensa  la izquierda en el Senado de la República.

 

No aceptaremos que ahora se concentre en estos oligopolios. Esta es la idea de a propuesta del Ejecutivo federal que corre el riesgo de resultar peor que lo que está actualmente.

 

Ante esta situación se crea un peligro grave, ante la falta de eficiencia de la estricta separación legal el Ejecutivo quiere aducir motivos de competencia económica para ir vendiendo segmentos de la CFE, para minimizarla hasta su desaparición.

 

El Ejecutivo federal puede convertirse en una especie de Jack, el destripador frente a la CFE, la irá matando en pedacitos, por estas razones estamos en contra de esta propuestas  que hoy se discute porque desintegra una empresa valiosa como es la CFE; elimina la capacidad del Estado de agregar volumen y aprovechar las economías de escala para abaratar las tarifas, deja a la industria eléctrica a los vaivenes del mercado, lo que ha ocurrido en varias experiencias internacionales con resultados desastrosos.

 

Este dictamen plantea también una nueva Ley de Energía Geotérmica para arreglar la geotermia, para reglamentar la exploración y exportación de este tipo de energía que inicio la CFE en 1973 con las central de Cerro Prieto.

 

Nuestro país ocupa el cuarto lugar mundial en capacidad instalada de energía geotermia y esta opción representa el 2% de la capacidad eléctrica total del país, pero en este dictamen se propone que  los permisionarios reinyecten el agua que extraiga de los yacimientos para hacerla sustentable, pero esa misma medida se revierte en las modificaciones en la Ley de Aguas Nacionales que también tiene este dictamen y que establece la concesión del agua a los privados y  que ya no pueda ser reinyectada a los yacimientos;  lo que agravaría el problema de la escases del agua por un lado y se provocaría la contaminación de los mantos acuíferos.

 

En combinación con la reforma de Ley de Aguas esta Ley de Geotermia privilegiará el uso de agua para extracción de hidrocarburos y de energía geotérmica sobre cualquier otro uso incluso el del consumo necesario para la sobrevivencia.

 

Este dictamen de industria geotérmica y la reforma a la  Ley de las Aguas Nacionales son un pretexto para despojar e sus tierras a las comunidades y para lograr que el agua y los minerales a los cuales les llaman subproductos se ofrezca en concesión del sector privado, son mas eso que una propuesta seria para buscar alternativas de producción de energías limpias.

 

En otras palabras,  estas iniciativas ponen en peligro la sustentabilidad misma de los mantos acuíferos de la nación, permiten el despojo de sus tierras a las comunidades y concesionan el agua; por estas razones, este segundo dictamen no solamente lo vamos a votar en contra, si no también vamos a defender el interés nacional porque esta es la herencia de Adolfo López Mateos, el Presidente que el actual Primer Mandatario, Enrique Peña Nieto dice admirar, ¡vaya manera de rendirle homenaje, desnacionalizar la industria eléctrica que se construyó con el esfuerzo de las y los mexicanos!