PRD a la deriva


El 2017 y el 2018 son años electorales. A finales de este año el proceso para elegir los poderes federales estará en marcha y los partidos políticos habrán decidido quiénes serán sus candidatas o candidatos. Este escenario se desahogará en medio de un clima social crispado, con un pueblo harto, sobre todo harto de las élites, el gobierno, los partidos y su clase política.

Pero ante estas realidades ¿qué está ocurriendo en los partidos políticos?, la aparición de figuras independientes se percibe cada vez más complicado y lejano.

En el Partido Revolucionario Institucional (PRI) su definición es simple, su presente y su destino están unidos a un gobierno en franca decadencia. La decisión respecto a la elección de su candidato presidencial se ajustará a la voluntad única del presidente Peña Nieto. No existe un aspirante priista que pueda remontar el rechazo generalizado que existe en contra del gobierno federal.

En lo que corresponde al Partido Acción Nacional (PAN), la elección de su candidata o candidato dependerá del método que utilicen: si es por elección interna, el candidato será Ricardo Anaya; si el método son mediciones, lo será Margarita Zavala. Rafael Moreno Valle no tiene ninguna posibilidad, su desprestigio como hombre autoritario y déspota no le auguran éxito alguno.

En lo que respecta a MORENA, este partido tiene resuelta su candidatura a la Presidencia de la República, esta definición es anterior y superior al propio partido, se llama Andrés Manuel López Obrador y cada vez se consolida más.

En lo que nos concierne al PRD, tal parece que no hay estrategia, no hay táctica y no hay ruta con rumbo al 2018, la prioridad de la dirección del partido y de sus corrientes es el proceso de elección interna de agosto de este año para renovar sus órganos de dirección. ¿Esto qué significa? El gran pleito por repartirse lo que queda del partido, para ello camina el abultamiento del padrón de afiliados y la conversión de franquicias locales entregadas a los gobernadores de cualquier filiación política.

Camino al 2018, en el PRD como partido no hay estrategia, una parte se ha definido para construir una alianza con el PAN, su objetivo de forma clara es ayudar a que López Obrador no llegue al poder, esto les horroriza, amén de aspirar a dividendos de los que ya disfrutaron en el foxismo y el calderonismo; otro sector del PRD se está cansando de esperar a que Miguel Ángel Mancera se decida y empiece, y más ahora que públicamente hizo un acuerdo con Silvano Aureoles para resolver juntos este asunto.

Resulta necesario también reconocer lo que significa dentro del PRD el llamado “cuarto polo” de Dante Delgado, quien por cierto, éste tiene como opción A, la alianza con el PAN, por así requerírselo Enrique Alfaro; como opción B, la alianza con el PRD en una posición de supremacía sobre el Sol Azteca; y como opción C, una candidatura apoyada por algunos segmentos del PRD, que están viendo a Movimiento Ciudadano como el único alojo para buscar candidaturas en las Cámaras del Congreso.

Imagínense qué escenario se constituiría si Miguel Ángel Mancera decide no participar, ¿quién sería el candidato del PRD?, Silvano Aureoles, Graco Ramírez o quién.

Lo cierto es que ante la anterior incertidumbre, que es la falta de una ruta y de una estrategia rumbo al 2018, liderazgos y base social perredista emigran a otros derroteros, sobre todo para apoyar a López Obrador. XXX TWITTER: @MBarbosaMX