Hay que ganarse el derecho de honrar a nuestra bandera: Benjamín Robles


Intervención en tribuna del senador Benjamín Robles Montoya, del Grupo Parlamentario del PRD, parareferirse a la conmemoración del Día de la Bandera.

 

Benjamín Robles Montoya, (BRM): Muchísimas gracias, senador presidente; compañeras y compañeros senadores.

 

Hay que ganarse el derecho de honrar a esta bandera.

 

Y hay que demostrarlo, desde mi punto de vista, por ejemplo, la fortaleza de los campesinos de México, quienes derrotan cada día las adversidades más inverosímiles y también a  los distribuidores más rapaces.

 

Habrá que demostrarlo también con la gallardía de las familias de los desaparecidos.

 

Habrá que defender que la libertad, senador presidente, y el sueño de acceder a una vida mejor, como lo hacen más de 7 millones de mujeres y hombres que ganan el salario mínimo, un salario a todas luces injusto e insostenible.

 

Hay que ganarse, compañeras y compañeros, el derecho a honrar a esta bandera.

 

Porque hoy, en pleno siglo XXI, en esta época de transformación y vorágine que nos ha tocado vivir, nuestra enseña nacional ya no solamente representa aquellas antiguas gestas de la Independencia, la Reforma o el cardenismo, sino que simboliza el acto heroico de sobrevivir a la violencia cotidiana, a la pobreza endémica, a la tentación autoritaria, a la corrupción, a la desesperanza.

 

Es decir, compañeras y compañeros, en nuestro tiempo, si bien la bandera es la viva representación de los valores humanos que dieron origen a nuestro pueblo, también, y sobre todo hoy, simboliza una certeza: las mexicanas y mexicanos somos capaces de superar este tiempo de adversidad.

 

Y lo digo con certeza porque, como ya lo decía Juárez, tenemos fe en la justicia de nuestra causa, pero también porque veo, compañeras y compañeros, el brillo de millones de mexicanos que estamos tratando de rehacer y reconfigurar el país.

 

Allí está, por ejemplo, la inteligencia de millones de científicos, académicos y estudiantes que acuden al descubrimiento de salidas para salir adelante, para sacarnos adelante de nuestras contingencias comunes.

 

O allí está el trabajo de periodistas y medios que se entregan a la libertad y a la crítica, pero que también a la vez abren alternativas, en el mejor ejercicio dialéctico de confrontar para avanzar.

 

Y allí están también, los padres y madres de familia que se entregan cada día a la causa de educar a sus hijos en la mejor tradición de la honestidad y el coraje.

 

La reconfiguración del país entonces amigas y amigos senadores, es la reconfiguración de lo que reconocemos como nuestra identidad nacional, de nuestros valores y culturas, de los derechos que el país considera fundamentales para la vida.

 

Por todo lo anterior, estoy cierto, senador presidente, compañeras y compañeros, que es necesario reformular el sentido de nuestro lábaro.

 

Hay que reformularlo, inclusive, hasta en el lenguaje. Y creo que debemos abandonar las palabras huecas que durante el siglo XX se apoderaron de los símbolos patrios, que pretendieron asociarlos con un estilo de gobierno, con un partido y hasta con un solo hombre: el más poderoso, se decía, el mejor hombre.

 

Ese lenguaje, al que parafraseando a Gabriel Zaid denominaré el ‘lenguaje revolucionario’, es el mismo que hoy debe cambiarse por completo.

 

Hay que arribar, en cambio, compañeras y compañeros, al lenguaje de los ciudadanos, los mismos que hoy reclaman, entre otras cosas, “el gobierno que nos merecemos”.

 

Lo diré, compañeras y compañeros, en palabras directas: necesitamos cámaras de legisladores que trabajen, que presenten iniciativas, que se preocupen por los intereses de sus representados y no sólo de sus partidos.

 

Gobernantes que no le teman a la transparencia, que sean los más honestos entre los más honestos de sus comunidades, que olviden, inclusive, las formas antiguas de hacer política, donde los “arreglos” eran el camino y que en cambio ahora deben ganarse la confianza de la gente de la única manera que el conocimiento humano ha comprobado: con acciones.

 

Sí, necesitamos también candidatos que no estén ocupados en burlar las sentencias de los tribunales electorales, sino en respetar el espíritu de las leyes.

Y también como los ciudadanos —cuya responsabilidad democrática no se agota con acudir a las urnas, sino se extiende a la participación y al cumplimiento de las responsabilidades comunes—, también requerimos gobernantes que deben ganarse el derecho de honrar esta bandera, ganárselo con rectitud, huyendo de la opulencia, siendo respetuosos de la situación de pobreza en que viven millones de personas en el país, donde se clama por mejores empleos y oportunidades.

 

Es el derecho de honrar esta bandera, senadoras y senadores de la República, el que debe ganarse cada día. Y con él, también se gana el derecho de sentir que México es nuestra casa, la tierra de nuestros antepasados, pero también, sin duda el hogar de nuestros hijos.

 

Muchas gracias por su atención, es cuanto señor presidente.