Tapachula ha sido históricamente la capital económica de Chiapas. A la llamada Perla del Soconusco se le reconoce por el café, el plátano y el mango ataúlfo, por su cercanía con la frontera o con Puerto Chiapas, pero pocas veces se habla de Tapachula como espacio cultural. Y vaya que sí lo es. Sobre eso quiero compartir con los lectores de Siempre! un par de reflexiones que iré entrelazando.
La primera tiene que ver con los “apellidos” de esa ciudad. El nombre oficial de Tapachula es Tapachula de Córdova y Ordóñez, en honor de Fray Matías de Córdova y Ordóñez, padre de la independencia chiapaneca y actor fundamental en la defensa de los derechos de los indígenas en aquel entonces.
Pero además de ello, fue un incansable promotor cultural. Fray Matías fue creador de un —entonces— novedoso método para alfabetizar a los indígenas, fue el autor de una obra en rima titulada La tentativa del león y el éxito de su empresa, obra poética de profundo sentido humanista, pero es responsable también, de haber traído a Chiapas la primera imprenta y, con ella, haber hecho realidadEl Pararrayo, primer periódico en la historia de Chiapas. Fray Matías fue filósofo, hombre de letras. Fue un inquieto promotor cultural.
Los tapachultecos y sin duda todos los chiapanecos estamos en deuda con la obra del filósofo y fraile centroamericano avecindado en Tapachula, y esta referencia viene a cuenta porque es justo en la ciudad que lleva su nombre en donde se construyó en la primera mitad del siglo pasado, el llamado “antiguo palacio municipal”, inaugurado en 1929.
Este majestuoso edificio de dos plantas, con el patio central que le brinda ventilación y luz natural impresionantes, al paso del tiempo, fue el espacio que ocupó la presidencia municipal, luego cárcel preventiva, y el edificio de la policía local, para luego convertirse en casa de la cultura y museo.
En su proyecto original, la obra del arquitecto Alfonso Marín plantea una estructura en un ángulo recto presentada con un vestíbulo semicircular al frente. Su estilo general es neoclásico aunque incorpora interesantes referencias al art déco, combinadas con elementos nacionalistas: si se mira con detalle pueden identificarse frisos de estilo griego, guerreros indígenas, serpientes estilizadas, grecas y el escudo nacional junto con el de Chiapas, a la vez que en el interior se observa su imponente escalera de mármol.
Este espacio padeció del abandono y el desinterés oficial durante décadas. Sin atención adecuada fue sujeto de restauraciones parciales que alteraron en muchos casos su valor histórico pero, por fortuna, hoy este hermoso espacio recuperará su valor como patrimonio arquitectónico pero también como espacio cultural y de convivencia de los tapachultecos.
A principios de este año tuve oportunidad de realizar algunas gestiones ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, gracias a lo cual será posible invertir alrededor de 24 millones de pesos y lograr que el antiguo palacio municipal de Tapachula se convierta en el centro cultural de esa ciudad y ésta haga honor a sus apellidos.
La propuesta que verá la luz en algunos meses incluye la restauración total del espacio, así como el equipamiento museográfico, para convertirlo en un centro multifuncional en el que se ofrezcan talleres culturales durante todo el año, donde también se realicen conferencias y foros, donde existan salas museográficas permanentes y espacios de exposición temporal, donde también exista una librería y un centro de documentación, pero sobre todo, hacer de éste un espacio del que se apropien las y los ciudadanos, un espacio de convivencia y encuentro en el que la cultura sea el vehículo para fortalecer las cadenas sociales, un espacio en el que el arte y el conocimiento sean pretexto para la construcción de ciudadanía desde la ciudadanía. Un espacio público ciudadano, resguardado y administrado por la sociedad y que poco a poco se llene de vida y se convierta en un polo cultural ciudadano a la altura de los sueños de Fray Matías de Córdova. #EmpecemosYa
@zoerobledo
Senador de la República por Chiapas
