Con el fallecimiento del expresidente de Cuba, el comandante Fidel Castro Ruz, se cierra una época de liderazgo en la que la isla caribeña cobró un protagonismo singular en el mundo, destacando la enorme dignidad con la que siempre enfrentó las adversidades políticas dentro y fuera de sus fronteras.
Asistí a la ceremonia para rendir homenaje al Comandante Fidel Castro en La Habana, Cuba, y luego al evento masivo en la Plaza de la Revolución donde, una vez más, su presencia, ahora etérea, acompañaba a los miles de cubanos y amigos de otros países que pudimos expresar nuestro respeto y admiración a tan alto dirigente político.
El domingo 4 de diciembre concluyen los nueve días de luto decretados por el gobierno cubano con la ceremonia de inhumación en el cementerio de Santa Ifigenia, luego de haber realizado un recorrido a lo largo de la isla que rememoró la Caravana de la Libertad de enero de 1959, con motivo del triunfo de la Revolución Cubana.
La figura histórica de Fidel Castro y su legado son de una amplia trascendencia que abarca casi la mitad del siglo XX y década y media del XXI. Su persona trasciende en el dirigente militar, político y social que enseñó, con el ejemplo, que cada nación, por pequeña que sea, debe ser capaz de decidir sobre su destino, ejerciendo siempre su soberanía nacional y defendiendo la dignidad de su pueblo.
La Revolución Cubana emprendió, bajo el liderazgo de Fidel Castro, cambios profundos y de largo aliento que, en la medida de sus posibilidades y venciendo múltiples adversidades, alcanzaron logros que otras naciones, como México, no tienen.
La Campaña de Alfabetización emprendida después del triunfo de la Revolución Cubana, para enseñar a leer y a escribir a toda la población, que permitió declarar al país libre de analfabetismo en 1961, es reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), como un ejemplo de política social para hacer efectivo el derecho a la educación y crear las condiciones para garantizar la educación universal y gratuita en todos los niveles de enseñanza.
También, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a Cuba por lograr universalizar el acceso a los servicios de salud, con un sistema que vincula la investigación, el desarrollo y la innovación en beneficio directo a la población, con un enfoque de prevención y de atención excepcionales. Esta organización internacional recomienda al resto de los países seguir el ejemplo y sustituir el modelo curativo, que ha mostrado ser poco eficiente y costoso, por un modelo basado en la prevención, como el cubano, que incluso envía médicos a otros países para la formación de nuevos enfoques de atención, de acuerdo a las necesidades locales.
Estos y otros logros ocurren a pesar de los recursos sumamente limitados y el impacto dramático causado por las sanciones económicas que imponen los Estados Unidos desde hace más de medio siglo a Cuba. En las casi seis décadas desde el triunfo de la Revolución Cubana, su pueblo ha encontrado la fortaleza necesaria para superar cualquier adversidad, pero siempre contó con el ejemplo y liderazgo de su Comandante. Esta vez habrán de iniciar un camino siguiendo su legado y ejemplo, pero ya no con su presencia física.
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba abrieron una puerta al optimismo para terminar, de una vez por todas, con el bloqueo comercial impuesto a la isla por intereses que ya no corresponden a los actuales tiempos ni a la geopolítica que, también, se está reconfigurando. Sin Barack Obama y sin Fidel Castro, las relaciones entre ambos países entran en un periodo incierto en el que países amigos, como lo es México, debiéramos contribuir a no dar marcha atrás en lo hasta ahora alcanzado, por el bien del pueblo cubano.
Desde México, reconocemos la figura de Fidel Castro, del hombre que siguió cabalmente el camino marcado por sus valores e ideas. ¡Hasta la Victoria Siempre!
*VICEPRESIDENTE DEL SENADO DE LA REPÚBLICA
TWITTER: @SenLuisSanchez
