Entrevista Senador Armando Ríos Piter sobre el tema del salario mínimo


Armando Ríos Piter
  •         El salario mínimo no puede seguir como está, siendo un ancla del ingreso de los trabajadores y las trabajadoras en este país; se ha utilizado en los últimos 30 años, precisamente como eso, como una base de restricción donde los que pagan son los trabajadores y donde los que ganan son los dueños del capital. 
  •         Una canasta de bienestar no solamente implica alimentación, implica acceso a educación, implica acceso a vivienda, a vestido, y que es la gran necesidad que tenemos en una economía que se mantiene estancada. 
  •         No podemos permitir que el debate siga siendo, dejar anclado el salario mínimo en perjuicio de los trabajadores y donde ese incremento del 30 por ciento en la productividad, solamente se vaya a unas cuantas personas. 
  •         Al incrementar el gasto de los trabajadores, al incrementar la demanda agregada, permite incrementar el efecto multiplicador de la economía. La gente consume más, la gente busca más bienes, implica más comercios que venden cosas y más gente en este beneficio implícito que significaría el incremento al salario mínimo. 

Pregunta: ¿Qué con la discusión del salario mínimo? Entendemos que mañana el jefe de gobierno va a presentar ya formalmente, aquí ante esta Cámara, pues esta propuesta, ya incluso también ayer en Diputados la entregó, no? 

Armando Ríos Piter: El día de ayer planteó un documento a la Cámara de Diputados, mañana estará aquí, no solamente con el Grupo Parlamentario del PRD, sino con la Junta de Coordinación Política, con el propio presidente de la Mesa Directiva, para presentar la visión que él tiene sobre el mejoramiento del salario mínimo.

Él lo ha subrayado y nosotros como senadores del PRD estamos acompañando esa propuesta, que el salario mínimo no puede seguir como está, siendo un ancla del ingreso de los trabajadores y las trabajadoras en este país; se ha utilizado en los últimos 30 años, precisamente como eso, como una base de restricción donde los que pagan son los trabajadores y donde los que ganan son los dueños del capital.

De tal manera que presentaremos el próximo jueves, en la que será una –seguramente-  de varias iniciativas para la discusión a nombre del grupo parlamentario, una iniciativa que busque dos objetivos, desindizar muchos de los asuntos que están relacionados con el salario mínimo para poder garantizar que la misma iniciativa –que es una ley reglamentaria del 123- se pueda poner que progresivamente para los próximos seis años, pueda ir incrementando el salario mínimo, y pasar digamos de los 60 pesos que tiene el día de hoy, hasta 90 pesos, que pudiera significar al día el salario mínimo.

¿Por qué? Porque no son digamos, no están claramente relacionadas en nuestra economía, lo que es el salario mínimo con lo que ha incrementado en los últimos  años la productividad; ésta ha incrementado en un 30 por ciento, por lo cual, nosotros consideramos que tiene que incrementarse por lo menos en un 30 por ciento, el salario mínimo.

¿Con qué finalidad? Con la que se garantice lo que no se garantice en este momento. Que sea el consumo de una canasta de bienestar que no solamente implica alimentación, sino que implica acceso a educación, que implica obviamente acceso a vivienda, a vestido, y que es la gran necesidad que tenemos en una economía que se mantiene estancada, que requiere un incremento de la demanda agregada –cosa que permitiría esto- y que al final de cuenta también posibilitaría sobre todo, pues una equidad social, en una sociedad que se ha mantenido sumamente polarizada económicamente.

Pregunta: ¿Noventa pesos son suficientes para satisfacer lo que usted dice?

ARP: El incremento de la productividad; obviamente nosotros estaríamos porque pudiera incrementarse mucho más el salario real en este país, y ese es un debate mucho más amplio. Pero nos parece que el desfase que existe entre la productividad -repito que ha crecido un 30 por ciento- y el ancla en que se ha mantenido en las últimas décadas, pues por lo menos económicamente es lo que tenemos que lograr.

Obviamente 90 pesos seguirían siendo todavía un piso muy insuficiente por así decirlo, en un debate de una economía que no crece, repito, un debate mucho más amplio, pero tenemos que quitar el salario mínimo como el ancla que ha mantenido sobre todo el Banco de México, con la excusa de que esto generaría inflación, cosa que, en el planteamiento que nosotros estamos haciendo, no es claro.

Yo considero que ellos caen en la misma visión conservadora de las últimas décadas; decir que el incremento al salario significaría inflación, pues se suma a una serie de supuestos en una economía como la nuestra que no existen.

No tenemos una economía en pleno empleo, tenemos una enorme informalidad, y el planteamiento además que estamos haciendo es un planteamiento progresivo para seis años, de tal manera que es una mentira que esto genera inflación.

Pregunta: ¿Si los trabajadores ganan más, gastan más? Es decir reactivan la economía no, a la inversa de lo que dicen los empresarios?

ARP: Cuando hablamos de un instrumento adicional, de desenvolvimiento de la economía mexicana, es que al incrementar el gasto de los trabajadores, al incrementar la demanda agregada, pues esto permita incrementar el efecto multiplicador de la economía. La gente consume más, la gente busca más bienes, y obviamente implica más comercios que venden cosas y más gente en este beneficio implícito que significaría el incremento al salario mínimo.

Pregunta: ¿Sería la otra visión, la que no tienen los empresarios, que dicen que tiene que ser a fuerza un tema de productividad y de que de ahí no los bajas no?

ARP: Es una discusión que han mantenido ellos desde hace mucho tiempo, donde ese incremento de la productividad, quienes se lo están llevando al bolsillo, son los dueños en muchos casos de los grandes consorcios nacionales.

¿Qué queremos? Que haya un equilibrio entre la productividad y el salario. Queremos que los salarios reales mejoren, queremos que la economía mejore en su conjunto.

Esto implica un debate mucho más amplio que la parte del salario mínimo, pero no podemos permitir que la parte del salario mínimo, pero no podemos permitir que el debate siga siendo, dejar anclado el salario mínimo en perjuicio de los trabajadores y donde ese incremento del 30 por ciento en la productividad, solamente se vaya a unas cuantas personas.