El reto de la sociedad contemporánea es construir ciudades amables, sanas, productivas y habitables para las generaciones futuras: Zoé Robledo


Discurso pronunciado por el senador Zoé Robledo A, del Grupo Parlamentario del PRD, durante la inauguración de la exposición “Yo soy la nueva ciudad”, convocada por el Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, del Senado de la República, en coordinación con el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) y la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

Zoé Robledo A., (ZRA): Muchísimas gracias y muy buenas tardes a todas y todos.

 

Señor presidente del Senado, Doctor Alessandro Rizzo, señora Embajadora Bossière, al subsecretario Nieto, a José Franco de la UNAM, a todos y a todas que están hoy aquí.

 

Bienvenidos a esta inauguración a la serie de conferencias, sino también de la exhibición que vamos hoy a cortar el listón para que dé inicio.

 

Me congratulo mucho de que siempre el Senado de la República abra su espacio a este tipo de reflexiones, que, si bien no forman parte estrictamente del trabajo legislativos, sí forman parte de la agenda pública de reflexión de los temas que como senadores, como representantes populares, tenemos que estar cercanos y tenernos que estar atentos.

 

Porque las ciudades en el Siglo XXI, pues están destinados a ser el espacio natural de nuestra especie.

 

Hoy ya el 54 por ciento de la población mundial vive en áreas urbanas, para 2050 se proyecta que ese número va a llegar al 66 por ciento; y nuestro país no es la excepción.

 

En América Latina y nuestro país, México, la población urbana ya es de 80 por ciento.

 

Yo soy de Chiapas, un estado que siempre está asociado con el tema rural, con el campo, con espacios de naturaleza, e incluso en el estado ya hoy el 49 por ciento de la población vive en alguna ciudad de más de 250 mil habitantes.

 

Estas ciudades, sin duda, viven bajo una enorme presión por satisfacer los requerimientos básicos de la supervivencia biológica: agua, habitación, vestido, alimentación; sino el conjunto de necesidades asociadas a la economía, a la salud, a la cultura, al ocio, a la recreación a la movilidad, también a la cohesión social, a la seguridad y por supuesto a la estabilidad ambiental.

 

Me parece que el gran desafío de la sociedad contemporánea va a residir en cómo construir sobre la marcha, sobre las bases de nuestras ciudades históricas, espacios que sean amables, que sean sanos, productivos y sobre todo habitables para nuestra generación y los mexicanos del futuro y los habitantes del planeta que están por venir.

 

Convertir a una ciudad en sustentable y sostenible demanda un pensamiento científico y sobre todo un pensamiento político muy diferente, centrado en el ser humano, en sus necesidades y en su progreso individual y colectivo.

 

La sustentabilidad y la sostenibilidad en las ciudades son hoy cualidades que se construyen con nuevos diseños, con mejor tecnología, pero sobre todo con más democracia.
Son procesos que están aparejados de manera indivisible.

 

Por eso a la viabilidad de estos espacios urbanos hay que ver como amenazas la amenaza de la desigualdad, la amenaza de la corrupción, la amenaza de la impunidad, de la misma manera o con la misma atención que vemos desde el desarrollo urbano o regional el crecimiento poblacional o el agotamiento de los recursos.

 

Son amenazas equiparables, éstas que vienen y que se generan desde la actividad pública.

 

Las ciudades del Siglo XXI son un desafío democrático, pues si su diseño y su funcionamiento no son ahora incluyentes y no tienen espacios para la participación, pues estarán destinadas al colapso, a un colapso social, económico y por supuesto ambiental.

 

Por eso, mejores ciudades sólo pueden ser producto de mejores sociedades, de sociedades que cuenten con buenos gobiernos y con ciudadanos activos involucrados, no solamente con su espacio público, con su espacio urbano, sino también con el espacio de las decisiones y de la política.
Esta exposición titulada “Yo soy la nueva ciudad” nos trae de manera muy clara y optimista el mensaje de que si queremos ver florecer y perdurar nuestros espacios urbanos, entonces debemos tomar conciencia de sus retos y por su puesto ser parte de sus soluciones.
Esta espléndida exposición nos va ayudar a ver el futuro y también a recuperar esta idea de la polis, que para los griegos era mucho más que el centro del poder, era un ideal de vida y la forma más perfecta de sociedad civil.

 

Enhorabuena por la llegada de esta exposición al Senado y que sea motivo de amplias reflexiones y amplias acciones políticas.

 

Muchas gracias, buenas tardes.

 

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