Desindexación del salario representa una condición necesaria, más no suficiente para recuperar su poder adquisitivo


  • Ganar el salario mínimo en México significa estar en la pobreza, situación que padece el 21 por ciento de los ocupados.

 

Intervención en tribuna del senador Mario Delgado Carrillo para presentar voto particular sobre el dictamen con proyecto de decreto por el que se reforman diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de desindexación del salario mínimo.

 

Mario Delgado Carrillo, (MDC): Gracias, con su venia presidente.

 

Compañeros, compañeras.

 

Me parece una buena noticia que finalmente vayamos a dictaminar esta iniciativa, pero también hay que ser muy claros en los alcances de lo que hoy se está aprobando, porque se ha generado una expectativa allá afuera de que con esta reforma van a empezar a subir los salarios de los trabajadores y eso no necesariamente va a ocurrir así.

 

No ocurre porque en esta discusión no ha habido un esfuerzo por tenerlo desde el punto de vista de los derechos humanos, tener al trabajador como sujeto central de derechos humanos en las actuales economías, hemos tenido debates importantes de qué pasará con la inflación, de qué pasa con la productividad, de qué va a pasar con las finanzas públicas, con las empresas.

 

Pero se nos olvida que el concepto de salario mínimo es fundamentalmente un concento de bienestar y ahora protegido o formando parte de los derechos humanos, una política de principios de derechos humanos que deba mantenerse firme en la imposición de los derechos esenciales con los argumentos políticos o económicos, haciéndolos valer y tomarlos en serio, aun contra cualquier otro argumento.

 

Se debe soportar todo esfuerzo por asegurar el mínimo vital, las necesidades básicas del trabajador.

 

Si bien, sobre el incremento al salario mínimo es necesario y debemos actuar con racionalidad para evitar los extremos, por un lado mantener el salario mínimo como está o bien aumentar el salario automáticamente por decreto. Creemos que hay que actualizar los conceptos de salario mínimo ordenados por el Constituyente de 1917 a la luz de los derechos humanos que ahora son el centro del sistema jurídico e imponen a todas y todos a actuar con ánimo de su reconocimiento, protección, garantía y promoción.

 

Hay que reconocer que la política económica ha sido muy mala para los trabajadores de México, el bajo crecimiento económico en los últimos 30 años menos del 1 por ciento anual per cápita, la precarización laboral en la economía y la grave crisis de desigualdad en nuestro país han sido factores determinantes para elevar sus niveles de pobreza, más de la mitad de la población se encuentra en pobreza en nuestro país, el 20 por ciento en pobreza extrema y 30 por ciento en pobreza moderada.

 

Varios de los argumentos para mantener el bajo crecimiento económico de nuestro país mediante bajos salarios, exigiendo mayores niveles de productividad han colocado a las familias mexicanas en la informalidad y en la precariedad.

 

La realidad es que el 54 por ciento de los trabajadores formales no les alcanza su salario para comprar la canasta básica alimentaria. Tan sólo este año el poder adquisitivo de los mexicanos ha disminuido casi 6 por ciento, la consecuencia de todo ello es que el mercado interno esté hundido, las familias no tienen dinero para gastar y las empresas no tienen dinero para invertir.

 

Entonces, la reforma de desindexación del salario que hoy se discute representa una condición necesaria, más no suficiente para recuperar su poder adquisitivo. Es necesario establecer las bases sobre las cuales se fundamente una política para una verdadera recuperación para los salarios en México.

 

Lo anterior es algo urgente, fijémonos que si nuestro objetivo fue ese para el año 2021, por ejemplo, todos los trabajadores de México pudieran acceder a la canasta mínima alimentaria, el salario mínimo tendría que crecer casi un 20 por ciento cada año durante los próximo 6.

 

Esto nos habla del rezago tan grande que existe entre un empleo en nuestro país y su función social ideal, ganar el salario mínimo en México significa estar en la pobreza, situación que padece el 21 por ciento de los ocupados en México, es decir, más de 10 millones de personas o uno de cada 5 de los trabajadores formales.

 

Además de que en términos nominales México es el país de América en donde el salario mínimo es el más bajo, tan sólo por detrás de Haití, desde 1980 y desde mediados de 1990 ha tenido una caída de 70 por ciento y una falta de crecimiento económico.

 

Entonces, qué proponemos, porque es un voto particular. Pues proponemos una nueva definición, pero antes quisiera decir, concluyendo, que el valor del salario real es el mejor indicador de las crisis económicas que hemos tenido en los últimos 30 años y de un modelo económico que asume un éxito en las finanzas públicas pero ignora el desastre en las finanzas personales de las familias mexicanas.

 

¿Qué proponemos con esta modificación, por qué este voto particular? Queremos que pongamos a las familias mexicanas en el centro del debate.

 

Estamos convencidos de que el salario mínimo es una variable económica y social cuya naturaleza es un indicador de bienestar de los mexicanos, por tanto el debate debe centrarse en el núcleo social de México: las familias y su nivel de bienestar.

 

En octubre pasado se presentó una iniciativa para devolver al salario mínimo su naturaleza social y que deje de ser el ancla de la inflación. ¿Cuál sería esta nueva definición? Tratar a los derechos laborales como derechos humanos, actualizar el salario mínimo general a la luz de la reforma constitucional del 10 de julio de 2011 porque hoy en día los derechos de los trabajadores, los derechos laborales forman parte también de los derechos humanos.

 

Que el salario mínimo sirva para satisfacer necesidades básicas, modificar el concepto de un salario mínimo general que sea suficiente en la satisfacción de, en lugar de necesidades normales -como dice actualmente la definición de la Constitución- para sustituirlo y que sea: la satisfacción de necesidades vitales.

 

Que el salario satisfaga las necesidades de las personas, actualizar la finalidad del salario mínimo general para que sea suficiente en la satisfacción de las necesidades de todas las personas en el hogar, independientemente que formen parte o encabecen una familia, en lugar de la actual redacción que señala solamente al jefe de familia.

 

Tenemos que incorporar a las mujeres jefas de familia en el derecho al salario mínimo, en consecuencia, tenemos que desterrar la actual discriminación hacia las personas que son jefas de familia ya que el texto constitucional excluye a las mujeres que encabezan una familia del reconocimiento, protección y garantía del salario mínimo general, además de que se atenta contra los derechos humanos a la igualada y no discriminación.

 

Que el salario mínimo también pueda proveer o garantice textualmente que pueda proveer la educación de las niñas, niños y adolescentes; es decir, modificar la redacción del mismo artículo 123 para que el salario mínimo general pueda proveer a la educación obligatoria de las niñas, niños y adolescentes, sustituyendo el actual concepto nada más de hijos.

 

Por lo anterior, si no realizamos un verdadero debate sobre la definición y los alcances del salario mínimo y nos quedamos solamente con una desindexación del salario para crear la Unidad de Medida, la UMA, perderemos una gran oportunidad, de garantizar a los trabajadores un salario sin pérdida en su valor real, que sirva como un indicador de medida de bienestar.

 

La simple desindexación, termino, presidente, del salario mínimo será una reforma para garantizar que los ingresos del Gobierno no pierdan valor en términos reales, pero pone en riesgo, o deja en riesgo una vez más el poder adquisitivo de los trabajadores mexicanos.

 

Ene se sentido, proponemos con este voto particular a esta honorable Cámara, la consideración de los siguientes transitorios que iré presentando en el transcurso de este debate sobre la desindexación del salario mínimo, cuyo objetivo será complementar las disposiciones señaladas en este dictamen y asegurar que con esta votación no dejemos pasar esta oportunidad de sentar las bases para llevar al salario mínimo de una medida de precios a un indicador de bienestar de los trabajadores y de las familias.

 

Quiero, nada más, por último, presidente, terminar diciendo, pues qué significa un mínimo vital, hay ya criterios en los tribunales donde dice que el mínimo en lugar de las necesidades normales, como actualmente dice la redacción, lo que estamos proponiendo es que diga el mínimo vital, pues habla de un concepto fundamental que se apoya en los principios del Estado social de derecho, dignidad humana, solidaridad y protección de ciertos bienes constitucionales, cobra vigencia a partir de la interpretación sistemática de los derechos fundamentales consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

 

Bueno, más adelante abundaré más en esta definición, pero el llamado es a que no perdamos la oportunidad, sabemos que esto no es suficiente, tenemos que redefinir el concepto de salario mínimo para vincularlo ahora en esta definición como un derecho humano fundamental.

 

Muchas gracias.

 

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