Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo Senadora Dolores Padierna Luna


La grandeza de nuestro país se ha construido, a lo largo de los siglos, gracias a la diversidad de identidades y culturas que en él coexisten. Los procesos que dieron lugar a nuestra patria se caracterizaron, desde su inicio, por la amplia variedad de cosmovisiones que tuvieron como hogar el mismo espacio. La convivencia, sin embargo, no ha estado basada siempre en los principios de respeto y de justicia. La discriminación y la violencia son fenómenos que han marcado a México y contra los cuales debemos luchar con todas las herramientas democráticas que tenemos al alcance.

En 2001, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció que la cultura “adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio”. Esta diversidad se ve reflejada en “la pluralidad de las identidades que caracterizan a los grupos y las sociedades que componen la humanidad”. A través de la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, la comunidad internacional reconoció que nuestras diferencias son una fuente de intercambios, innovación y creatividad, necesarias para el progreso humano.

En 2002, la UNESCO declaró el 21 de mayo como el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, una fecha dedicada a hacer consciencia sobre la importancia del diálogo intercultural y a refrendar nuestro compromiso en la lucha contra los estereotipos, trabajando en favor del entendimiento y la cooperación. La UNESCO reconoce que superar la violencia entre las culturas es una materia urgente para la paz y para el desarrollo.

México es uno de los países con mayor diversidad cultural. De acuerdo con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, en su territorio existen 11 familias lingüísticas, 68 agrupaciones y 364 variantes. Esta diversidad es el resultado de nuestra historia conjunta, una historia que debe enseñarnos que no hay jerarquía posible entre las culturas.

La Constitución de la Ciudad de México, recientemente promulgada, ha tomado en cuenta la diversidad cultural, garantizando el derecho de toda persona a “elegir y que se respete su identidad”, en todos sus modos de expresión. Por otro lado, han quedado también consagrados los derechos de toda ciudadana y ciudadano a “conocer y que se respete su propia cultura” y a “una formación que contribuya al libre y pleno desarrollo de su identidad”. En su artículo 2°, nuestra Constitución reconoce que la Ciudad de México es intercultural y que tiene una composición pluriétnica, sentando las bases para una convivencia democrática y equitativa.

La diversidad cultural, su reconocimiento y su protección, son fuerzas que impulsan el desarrollo sostenible, nutriendo la vida intelectual, artística y espiritual de las y los mexicanos. Es sólo a través del reconocimiento de los derechos culturales de todos los pueblos que nuestro país honrará las cicatrices de su historia.