No hay ninguna entidad que pueda decir que ahí no hay feminicidio, lamenta Angélica de la Peña


Angélica

Intervención de la senadora Angélica de la Peña Gómez, del Grupo Parlamentario del PRD, durante la presentación del libro “Mujeres construyendo caminos de libertad: voces testimoniales de los refugios en México”.

 

Angélica de la Peña Gómez, (APG): Bueno, nos da mucho gusto tenerlas acá en el Senado de la República y sobre todo que Wendy haya decido que el último evento que tienen en esta reunión nacional que tuvieron estos dos días sea precisamente en el Senado y además presentado un libro, un texto de lujo, que es una presentación realmente preciosa, la pongo para que la puedan ver desde las cámaras, el Canal del Congreso, por supuesto la pongo acá para que pueda verse bien desde ahí y pueda focalizarla bien la cámara de este lado.

 

Es un libro realmente de lujo, está realmente bello y nos parece muy importante que hoy lo presentemos y además lo vamos a comentar, además de la dirigente de la Red Nacional de Refugios, también la doctora Patricia Olamendi, a ambas les doy la bienvenida al Senado de la República, muchas gracias por estar acá y sobre todo muchas gracias, Wendy por  participar al Senado de la República en la presentación de este libro.

 

Ahora bien, yo tengo que hacer alguna intervención breve no sin antes mencionar algunas cosas que me interesa mucho mencionar porque me interesa darle la voz, tanto a Wendy como a Patricia, para que podamos hablar de lo que está haciendo la Red Nacional, de cuáles son los retos que tenemos, cuáles son las situaciones que tenemos que montar para logar ciertamente el apoyo que se necesita para que la Red Nacional de Refugios, cada uno de los refugios de los que ustedes forman parte, que ustedes dirigen, que batallan todos los días para obtener los recursos necesarios, no solamente para el funcionamiento cotidiano, gasto corriente, sino la asesoría legal, asesoría psicológica, todos los insumos que se requieren para el funcionamiento integral de cada uno de los refugios que hoy están ustedes representando.

 

Como ustedes saben, ha sido, lo saben mejor que yo, una lucha constante desde los primero refugios, hace rato Wendy y yo platicábamos, hacíamos una breve remembranza con algunas de ustedes respecto desde cuándo empezaron a construirse los primeros refugios en el país, yo formé parte del Consejo de uno de ellos en Aguascalientes, que fue uno de los primeros refugios, conocí de cerca también el de Nuevo León.

 

Primero, me parece que entonces el primer año, el segundo año, apenas había ocho que estaban francamente funcionando con lo que podían, con los apoyos que llegaban de manera paulatina, cada que había un cambio en el municipio o en el estado de donde estaban instalados los refugios se convertía en una penuria porque es algo que creaba mucha incertidumbre, el cambio también de un refugio a una casa cada vez más grande, cada vez con mayor discreción.

 

Batallaron para que los policías, en este caso las corporaciones policiacas, por supuesto también atendieran la protección que los refugios necesitaban.

 

Cada una de ustedes puede contar una gran cantidad de anécdotas respecto a la vivencia de cada una de las mujeres que han estado en sus refugios; cada una de estas mujeres que han llegado huyendo de esa relación perniciosa, violenta, prácticamente si no salían se esa situación adversa, corrían el riesgo de perder su vida.

 

Y muchas, por desgracia, yo recuerdo muy bien por ejemplo los datos que se tuvieron en el 2004 de las mujeres que presentaron ante el Ministerio Público, del caso del estado de Sonora, que presentaron en ese año quejas, sus denuncias por violencia por parte de su pareja, lo terrible de esos datos fue que el 40 por ciento de ellas al final del año habían sido asesinadas.

 

O sea, es verdaderamente increíble que en estados como el estado de Nayarit de repente se padecía más violencia que en Chihuahua, en esa época todo mundo decía “Ciudad Juárez, Chihuahua, el estado de Chihuahua es el estado donde hay presencia terrible de mujeres jóvenes asesinadas”, yo me resisto a llamar a esas mujeres como las “muertas de Juárez”, me parece que es indigno porque son mujeres que tuvieron una vida, que tuvieron un nombre, que tuvieron una circunstancia y una vivencia de la que no pudieron escapar.

 

Y entonces esas mujeres, a las jóvenes a las que se les truncó la vida en esa época y que hoy por desgracia seguimos encontrando y las organizaciones en el caso de Chihuahua siguen luchando ahora por encontrar muchas de ellas que no han aparecido y además sumando a todas aquellas que tampoco aparecieron, hoy encontramos a organizaciones de la sociedad civil defensoras de los derechos humanos buscando a estas jóvenes que por desgracia la gran mayoría de ellas son jóvenes.

 

Esa circunstancia no era solamente en Chihuahua, la revisión que hizo entonces la Comisión contra el feminicidio que presidía Marcela Lagarde, que ayer la tuvieron exitosamente en una reunión en la tarde con ustedes, habla precisamente de que había otros estados en donde la situación de violencia contra las mujeres y la presencia de asesinatos de mujeres por ser mujeres iba mucho más allá que el estado de Chihuahua.

 

Llamaba la atención el estado de Nayarit, que estaba en ese año, ocupaba el primer lugar de mujeres asesinadas. Es decir, la situación de la violencia feminicida en nuestro país abarca a todo el país, no hay absolutamente, por desgracia un estado que pueda levantar la bandera blanca y decir “aquí no hay feminicidio, aquí la violencia contra las mujeres se está encauzando por la vía de la justicia, de la reparación integral del daño, de la protección de las vidas, de la protección de las familias de las víctimas, etcétera”.

 

Y ustedes desde los refugios, que es muy importante señalar, han tenido que, poco a poco, ir creando más y mejores condiciones, no solamente para albergar a las mujeres que huyen de la violencia, sino también a sus familias, a sus hijas y a sus hijos.

 

Se ha logrado por fin que también el gobierno en distintos estados del país entiendan que no es solamente una obligación de las organizaciones de la sociedad civil, que picando piedra literalmente empezaron a construir cada uno de sus refugios.

 

Hoy tenemos una presencia importante de centros de justicia para mujeres, de refugios que están auspiciados por distintas instancias gubernamentales, que están trabajando; algunas de ellas, incluso, por parte de la Red Nacional.

 

Es muy importante que destaquemos que cada vez con muchas dificultades pero logramos que haya más participación en algunas partes del país, más allá de los rollos, más allá de los dichos que llenan las bocas de los funcionarios, cada ciertas fechas hablan de la violencia contra las mujeres como si realmente tuvieran un gran compromiso para lograr erradicar este fenómeno que atenta terriblemente contra el desarrollo humano de las mujeres, hoy estamos viendo que poco a poco algunos municipios ya tienen algunos refugios, sin embargo, los vaivenes, insisto, de cambio de gobierno de un presidente municipal a otra persona que ocupa la presidencia municipal sigue, por desgracia, afectando el funcionamiento que debería ser cotidiano, que debería ser permanente, que debería ser sin sobresaltos de cada uno de los refugios que son indispensables en el país.

 

Permítanme decir finalmente que nosotras debiéramos preguntarnos: ¿ha sido necesario que se construyan los refugios?, ¿por qué se tiene que llegar a estas situaciones donde los refugios son importantes en el país?, por qué tenemos que estar exigiendo, por cierto, acabamos de presentar un punto de acuerdo, que le vamos a dar seguimiento, ese es el compromiso con su dirigente nacional, para que en el próximo Presupuesto de Egresos, ya fue turnado a la Cámara de Diputados el punto de acuerdo, puedan dedicar más recursos a este ámbito de trabajo, que por desgracia el año pasado tuvo una disminución muy considerable.

 

Pero la situación es así, mientras que no logremos cambiar el estado de cosas, mientras que no logremos que haya verdaderos compromisos para trabajar en la prevención de todas las formas de violencia contra las mujeres, mientras que no nos sobrepongamos a esas campañas que solamente están inscritas coyunturalmente, que no son permanente, que no son evaluadas, que no pasan de ser una situación de unas cuantas emanas, de unos cuantos meses cuando mucho, pero no hay un seguimiento puntual para poner en funcionamiento, por ejemplo, los preceptos de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

 

Llamo la atención respecto a tres mecanismos importantes de la ley: el primero tiene que ver con saber, con que se nos informe por las instancias gubernamentales de manera formal, de manera oficial cuáles son las formas de violencia contra las mujeres, dónde están, qué características tiene e integrarlas a este banco, cada entidad integrar su banco y estos datos integrarlos en un banco nacional que pueda – este es el segundo mecanismo – a partir de estos datos formales debidamente sistematizados, con una metodología científica que permita hacer un estudio riguroso, también científico, hacer lo que el segundo mecanismo también está planteado en la ley, es decir, el diagnóstico sobre la violencia que afecta a las mujeres y a las niñas, la violencia de género.

 

Si no tenemos esos dos elementos fundamentales podemos hablar de transversalidad en la perspectiva de género, pero en lo concreto sigue habiendo simplemente recursos, programitas, situaciones coyunturales sin ningún fundamento, porque tenemos que saber a qué estado tenemos que apoyar más, en qué territorio de ese estados o de esos estados es donde hay que atender de manera más preponderante, cómo vamos a atender desde el punto de vista de la exigibilidad de justicia, si lo que se está haciendo es correcto o no, si el mecanismo, si el protocolo que está diseñado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación contra la violencia de género está realmente impactando, cómo funcionan, cómo trabajan los jueves y las juezas en el ámbito nacional, no tenemos un diagnóstico en este sentido, no sabemos si los programas, si estos centros de justicia que forman parte de las instancias gubernamentales están realmente impactando a la prevención, pero sobre todo a la erradicación. Nosotros vemos que solamente están dedicados cuando mucho a la atención, pero no hay una política de prevención y mucho menos no hay ni siquiera la intención de lograr, de caminar hacia un estadio en donde la erradicación sea un objetivo a lograr, a garantizar, a perseguir hasta lograrlo.

 

Y por supuesto, el otro tercer mecanismo, que hay una gran cantidad de dificultades para entender, es el que tiene que ver con la declaratoria de la alerta de violencia de género. Por más que hemos insistido que las leyes locales tienen que integrar en su texto normativo la declaratoria de alerta de género, que no tienen que estar pensando en que tienen que venir a Gobernación para que desde Gobernación se declare la alerta de violencia de género, sino que en cada entidad resuelva sin prejuicios, los gobernadores se les paran los pelos de punta cuando llegan las organizaciones a decir: queremos que haya una declaratoria de violencia de alerta de género, porque creen que es algo contra ellos, no entienden que esto va mucho más allá de ellos, pero sin duda tienen una gran responsabilidad en la conducción, en su decisión que tienen que tomar de manera irrestricta al integrar un equipo, un grupo multiinstitucional que en primer lugar evalúe cómo está esa violencia, dónde está, etcétera, etcétera…

 

Termino, ahora sí, diciendo una cosa, el primer centro de justicia que yo conocí es el de Campeche, a mi me llamaba la atención que tenían el mapa del estado y entonces tenían apuntados con señalamientos el diagnóstico de dónde venían, quiénes eran las mujeres que llegaban a los refugios o que llegaban para ser atendidas de manera jurídica o psicológica, tener algún tipo de acercamiento o asesoría, y entonces tenían perfectamente ubicados cuál era el municipio, cuáles eran las colonias y entonces yo les preguntaba “bueno y ahora qué sigue” y ahí se atoraron porque si no hay una política integral pues esos datos se quedan ahí.

 

Tenían un análisis, las psicólogas, las funcionarias, porque se reunían, platicaban, hacían esbozos de la situación que ellas estaban ellas investigando por todos los datos, la sistematización de todos los datos de las mujeres y yo decía “bueno y qué sigue, qué van a hacer y entonces”, de eso se trata la alerta de género, de saber identificar en un territorio, en un lugar determinado, dónde está la mayor incidencia de la violencia feminicida para entrar ahí, no perderse, ya sé que voy a decir una barbaridad, en todo el estado sino concentrarse fundamentalmente donde están las situaciones críticas.

 

Bueno, me da mucho gusto tener aquí a su dirigenta de la Red Nacional de Refugios del país, que ha hecho un gran trabajo, Wendy Figueroa Morales a quien le voy a dar en primer lugar la palabra y luego vendrá la doctora Patricia Olamendi.

 

Quiero decir algunos datos, ustedes la conocen pero para que los medios de comunicación la conozcan, Wendy es psicóloga, tiene mucha experiencia aunque ustedes la vean joven, tiene una gran experiencia desde las organizaciones no gubernamentales, entiende muy bien cómo es el trabajo en ese ámbito, ella está formada precisamente en el conocimiento de los derechos humanos, en la violencia contra las mujeres y por supuesto también la perspectiva de género, no podía ser menos.

 

Toda esta integralidad de conocimientos ha permitido que Wendy sea una muy buena directora del refugio de la Red de Refugios a Nivel Nacional y por supuesto ahora como su directora y de haber tenido 11 años de trabajo como directora general de fortaleza el Centro de Atención Integral a Mujer (IAP) donde ha impulsado programas de prevención, atención y eliminación de la violencia contra las mujeres pues le permite tener ahora un desempeño muy exitoso al frente de la red nacional.

 

Obtuvo la certificación como consultora independiente del Centro Mexicano de Filantropía, así como en el estándar de competencias en la intervención  telefónica a personas víctimas de violencia de género por el consejo nacional de normalización y certificación de competencias laborales con validación de la Secretaría de Educación Pública.

 

Ella es experta en desarrollar modelos, manuales, protocolos de atención y además es autora de diversos materiales como el modelo oficial vigente para refugios especializados para mujeres publicado por el Instituto Nacional de las Mujeres.

 

Ella tiene una gran experiencia como conferencista, como capacitadora, colabora como asesora y consejera de diversas instituciones de la sociedad civil, en marzo de 2014 recibió el premio “Mujeres que caminan seguras” por parte de la delegación Tlalpan y fue entregado en este caso por la doctora Marcela Lagarde.

 

Fue seleccionada por la embajada de Estados Unidos como líder a favor de los derechos de las mujeres víctimas de violencia en México y participó en el programa de liderazgo para visitantes internacionales “La Eliminación de la Violencia de Género” representando a nuestro país del 30 de marzo al 15 de abril del año pasado en cinco ciudades de Estados Unidos formando parte a partir de entonces de esta comunidad de líderes internacionales del departamento de Estado en este país.

 

Me da mucho gusto tenerte aquí y por favor te cedo la voz.

 

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