La educación es por excelencia el instrumento de los pueblos para cambiar su realidad: Raúl Morón


Intervención en tribuna del senador Raúl Morón Orozco del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar iniciativa con proyecto de decreto por el que se expide la Ley General del Sistema Nacional de Becas.

 

Raúl Morón Orozco, (RMO): (inaudible) a esta tribuna, a nombre propio y del senador Benjamín Robles, a presentar esta iniciativa.

 

Compañeras senadoras, compañeros senadores.

 

Una gran una catástrofe de nuestro país, son las inmensas brechas de desigualdad, que son causa y origen de muchos de nuestros grandes males nacionales. Lamentablemente, el sistema educativo nacional que tenemos, tiende a perpetuar la desigualdad, en vez contribuir a combatirla.

 

Hoy las oportunidades de acceso y permanencia en la educación están prácticamente canceladas si se es pobre, si se es indígena e incluso si se es niña o adolescente, en una comunidad o en una colonia de la periferia de cualquier ciudad.

 

La educación es por excelencia el instrumento de los pueblos para cambiar su realidad, para elevar sus condiciones de vida. Es condición para que exista una sociedad más libre, para que exista una sociedad más justa.

 

Hoy el país está pagando un precio demasiado alto por no asumir en serio el compromiso con el derecho a la educación, una de las conquistas históricas más importantes del pueblo mexicano.

 

Un derecho que es universal, pero solo en el papel, o en los discursos oficiales, porque la realidad contrasta de manera dramática.

 

Para que se cumpla el derecho a la educación se requieren cambios de fondo. Uno de ellos, que es inaplazable, emprender una reforma profunda y auténtica del Sistema Educativo Nacional; una reforma humanista, democrática, que sea incluyente y respetuosa de los derechos de todas y de todos.

 

México destina tan sólo una tercera parte del total de presupuesto por alumno que destinan los países desarrollados. Habría que invertir mucho más, porque no hay asunto más crucial para el futuro.

 

Hay que cambiar las políticas educativas, entre otras cosas, para hacernos cargo de esa tragedia que implica que millones de niñas, y de niños, adolescentes y jóvenes mexicanos se vean forzados a abandonar los estudios, para ser condenados a un futuro de exclusión y de miseria.

 

Debemos ser sensibles ante la frustración de quienes no pueden continuar sus estudios, porque no tienen recursos para útiles escolares, para el pasaje o para la comida.

 

Debemos entender que a todos ellos el Estado mexicano les ha dado la espalda, que no es culpa de las familias, sino de un modelo económico que es profundamente injusto, que desprecia los valores humanos y que se olvida de la justicia social.

 

Alcanzar niveles medios o altos de educación, hoy es privilegio de unos cuantos. Más del 60% de nuestros adolescentes no concluyen el bachillerato; año con año, tenemos decenas de miles de excluidos de las universidades públicas; de cada 100 niños que ingresan a la primaria, solo 21 egresan de la universidad.

 

El Estado mexicano tiene obligaciones irrenunciables, que derivan de la Constitución y de los Tratados Internacionales.

 

Hay un deber constitucional ineludible, que es garantizar la igualdad en el acceso a la educación y para ello, debemos remover cualquier obstáculo de naturaleza socioeconómica que dificulte o impida el ejercicio de este derecho fundamental.

 

En México, son ya muchas generaciones las que se han sacrificado, a quienes se les ha dicho habrá crecimiento, que habrá más recursos y entonces si podrán estudiar y aspirar a mejores condiciones.

 

Los recursos para invertir en Becas, crecen, pero son insuficientes, porque el destinó nos alcanzó, el país sigue estancando los beneficios y nunca llegan.

 

Hay miles y miles de nuestros jóvenes arriesgando la vida en el extranjero, porque vieron canceladas las esperanzas de salir adelante en sus comunidades, en su patria.

 

Sabemos que existen causas y factores estructurales que deben ser atendidos, pero un principio básico, que el Senado debe asumir como una decisión histórica, es que ninguna persona más quede excluida del sistema educativo por razones socioeconómicas.

 

Ello, es perfectamente posible, con voluntad política, con responsabilidad y sobre todo, con un compromiso profundo con los más pobres, con los oprimidos, con aquellos a quienes las instituciones les hemos fallado.

 

Está demostrado que el fac­tor económico sí es una causa determinante en México para la de­serción y el abandono escolar. Por ello, las becas son un instrumento esencial para hacer realidad el derecho universal a la educación, que es una conquista histórica cancelada en los hechos, por visiones conservadores, no por falta de recursos.

 

La Universidad Nacional Autónoma, en el marco de su propuesta de reforma al Sistema Educativo Nacional, ha resaltado la necesidad de crear un verdadero Sistema Nacional de Becas Educativas, desde el nivel básico hasta el superior.

 

Dicha propuesta, ilustra y sirve como marco de referencia a esta presente iniciativa.

 

Este sistema es indispensable para disminuir la deserción escolar, mejorar la permanencia y favorecer la eficiencia terminal de los alumnos; una propuesta de avanzada, progresista y con enorme sentido humano.

 

Con ello, podemos rescatar el futuro; porque no bastan los programas selectivos, que consideran a los más pobres, pero no atacan el problema de raíz, que es la desigualdad.

 

La oferta de hoy es insuficiente frente a las grandes necesidades y desafíos que enfrenta el país en materia educativa.

 

También hay resultados decepcionantes, deficientes en el diseño de los programas, desarticulación: Los becarios viven siempre en la incertidumbre, porque las becas se consideran dádivas, y no un derecho de los alumnos, que no debe estar sujeto a condicionamiento alguno. Eso es uno de tantos aspectos que deben cambiar.

 

Es así que proponemos crear el Sistema Nacional de Becas, que permitiría alinear y ordenar todos esfuerzos del Estado Mexicano, para remontar los rezagos y reducir las des­igualdades en el acceso y permanencia dentro del sistema educativo.

 

Es posible articular los esfuer­zos de los tres órdenes de gobierno, de las di­versas instituciones educativas y de la sociedad, para establecer una política con visión de largo plazo que incremente de manera sostenida el número de becas, hasta alcanzar la cobertura universal en las escuelas públicas, en los niveles de preescolar, primaria, secundaria escolarizadas, educación especial e indígena.

 

La constitución y operación del Sistema, favorecería el establecimiento de mecanismos más eficientes de transparencia y rendición de cuentas en el ámbito federal y local.

 

La Universidad Nacional Autónoma de México ha demostrado que es posible aplicar una estrategia gradual para incrementar de manera firme y sostenida la cobertura de los programas de be­cas educativas en todos los niveles educativos, tendiendo como meta, alcanzar la cobertura uni­versal de la matrícula educativa registrada en escuelas públicas en un lapso de 10 años.

 

Solamente con el subsidio a la educación privada que hoy se otorga, alcanzaría para cumplir con este objetivo.

 

Hay que rectificar el camino compañeras y compañeros; hay que pensar en grande y apuntalar un país con justicia, con dignidad y oportunidades de educación garantizadas para todas y para todos.

 

Ese México, está muy cerca, o muy lejos, depende de nosotros.

 

Por su atención, muchas Gracias.