Una reforma energética con sentido social, demanda Mario Delgado


Mario Delgado

Señala que el país enfrenta desafíos en materia de sustentabilidad ambiental, derivados de la generación y el uso de la energía

·      Debe promover el crecimiento económico, generar empleos, garantizar la seguridad energética y ser palanca de desarrollo y competitividad.

 

En términos estrictos, una reforma energética profunda y con sentido social completa debe modificar la forma en que se obtienen los recursos energéticos para canalizarlos hacia los usos que demanda la vida productiva nacional.

 

De esta manera se podrá mantener el crecimiento económico e impulsar el desarrollo económico en el marco de una visión de largo plazo, aseguró el Senador de la fracción Parlamentaria del PRD, Mario Delgado Carrillo.

 

En el marco de la discusión de la Ley de Hidrocarburos, Mario Delgado señaló que México vive hoy uno de sus mayores retos en esta materia, donde el petróleo es uno de los insumos más importantes para el país, y del que se ha valido la economía nacional para financiar el gasto de gobierno.

 

Dijo que el país enfrenta desafíos en materia de sustentabilidad ambiental, derivados de la generación y el uso de la energía, por lo que surge la necesidad de una reforma energética que contemple en el mediano plazo la transición a otro tipo de energías que generen grandes ventajas para la nación.

 

Y agregó que en el marco de la sustentabilidad, México requiere de una reforma energética que considere los derechos humanos y el impacto social y comunitario en aquellas regiones destinadas para la explotación de los recursos.

 

El legislador perredista estimó que en los próximos años se espera que la demanda de energía aumente considerablemente como consecuencia del crecimiento demográfico y del desarrollo económico.

 

Aportó datos en el sentido de que, en México, se esperaría que el consumo de energía incremente a una tasa promedio de 3% anual hasta 2030, según señala la FAO.

 

“Esta situación pone a México en la necesidad de ser más eficiente en la extracción y desarrollo de sus recursos naturales, así como en el destino de los ingresos derivados de su aprovechamiento desde una perspectiva de largo plazo y fundamentada en una estrategia orientada al beneficio social.

 

Resaltó que se tiene que cambiar el paradigma a través del cual se entiende la reforma energética, para garantizar la seguridad energética del país y fortalecer la competitividad del sector, con un marco institucional capaz de proteger al medio ambiente y de cerrar las puertas a la opacidad y a la corrupción.

 

Asimismo, señaló que una verdadera reforma energética debe promover el crecimiento económico, generar empleos, garantizar la seguridad energética y ser palanca de desarrollo y competitividad.

 

“La desmesurada ansiedad por explotar la riqueza petrolera sólo incrementará los fondos de la burocracia, pero no hará a México un país más competitivo”, aseguró.

 

El también Presidente de la Comisión del Distrito Federal sostuvo que, en el largo plazo, lo único que nos hará crecer como resultado de la reforma energética será contar con ciencia y tecnología propia, así como tener profesionales nacionales de alto nivel.

 

Finalmente, indicó que la reforma energética representa una oportunidad irrepetible e irrenunciable si realmente queremos desarrollar la industria a nivel nacional y que de esta manera las empresas mexicanas se beneficien y generen los millones de empleos que la economía necesita.

 

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