Todos somos Grace / La Crónica de Hoy


Hace unos días me reuní en el Senado con los padres de la Fundación por Grace  porque considero este tema muy importantes para salud pública del país en el contexto del debate a nivel mundial en torno a las drogas y, concretamente, respecto a la legalización de la cannabis para uso médicos en sus dos tipos: marihuana y cáñamo, con sus derivados.

 

Hay que superar el estigma social sobre la planta de la cannabis que se centra en una de sus variedades: la marihuana por sus efectos psicoactivos o narcóticos y se ignoran los beneficios del otro tipo de derivados como cáñamo, la parte no psicoactiva que hoy se utiliza para medicamentos y suplementos alimenticios, textiles, entre otros muchos productos.

 

La niña Grace, quien padece el síndrome de Lennox-Gastaut, se ha visto beneficiada en su recuperación de su salud, por el aceite de cannabidiol, un derivado no psicotrópico del cannabis, que la ha ayudado como ningún otro medicamento lo había hecho, en su lucha contra esta clase de epilepsia refractaria.

 

México no puede ser ajeno a este debate mundial en torno a las drogas, tenemos que participar de él, y debatir con inteligencia, conocimiento y cultura médica a todo lo que se derive del uso social de estos fármacos, trabajar con un nuevo enfoque sobre el uso médico de estas sustancias, pues el mundo entero lo está haciendo ya.

 

Es necesario que la industria nacional –de la agricultura y farmacéutica, por ejemplo-, participen de manera legal en su producción y comercialización; ya que es un hecho, que nuestros vecinos, Canadá y Estados Unidos, que producen ya a nivel industrial una amplia gama de productos.

 

Y, por cierto, dichos productos llegan a México a precios muy altos, lo que origina graves desigualdades para su adquisición, sobre todo, para aquellas familias que la necesitan para uso médico. Es necesario que el mercado nacional participe para hacer más accesibles estos medicamentos.

 

Como un ejemplo de los altísimos costos que se generan para las familias que necesitan el uso de derivados de la cannabis, existe uno de ellos de nombre Charlottes Web. Hemp Extract. Dietary suplement. Es cannabidol y su precio como producto de importación ronda los 500 dólares, aproximadamente unos 10 mil pesos mexicanos. Un precio alto y prohibitivo para las familias mexicanas que requieren de su uso médico.

 

Es importante agregar que en EU, el mencionado producto no está clasificado como medicamento, sino como suplemento alimenticio; su venta no requiere receta médica. Por el contrario, en México  se solicita  para su venta y uso una estricta receta médica, tal como ocurre con todos los medicamentos que tienen carácter de psicotrópicos.

 

En la iniciativa que envió el Presidente Peña Nieto al Congreso, en la cual se permite la portación de hasta 28 gramos de marihuana para consumo personal de los ciudadanos que así lo deseen, entre otras cuestiones tiene que discernirse si se permite esa cantidad de manera legal: ¿A quién la compraran los potenciales consumidores, si hasta el día de hoy su producción, distribución, comercialización y consumo es ilegal? No pasa así con el alcohol, que es una droga legal regulada por el Estado.

 

Es fundamental  abordar el debate con argumentos, datos, beneficios y realidades de la necesidad de que el Estado mexicano permita, regule y controle la venta de estas drogas su prohibición ya no le rinden ningún beneficio al país. Como legislador y miembro de la Comisión de Salud, creo que llegó el momento de afrontar la realidad social, médica y comercial de las drogas, y debatir, para posteriormente resolver esta cuestión insoslayable. XXX @Twitter  @SenadorMayans