Segunda vuelta electoral para dotar de legitimidad al titular del Ejecutivo federal: de la Peña Gómez


Intervención de la senadora Angélica de la Peña para presentar iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforma el artículo 81 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (para establecer la segunda vuelta electoral).

 

Angélica de la Peña Gómez (ADLPG):

 

En México la elección de Presidente de la República se realiza mediante el voto universal, secreto y directo, es decir que todos los presidentes que hemos tenido han sido elegidos mediante este sistema de votación, sin embargo persiste un problema fundamental en los procesos electorales y es el alto índice de abstencionismo  que comprobamos cada seis años.

 

Se refleja entre otras cosas, también analizado por diversos expertos, la falta de confianza que los votantes tienen sobre los procesos electorales lo cual desemboca en un nivel de legitimidad muy bajo, si consideramos que no es únicamente el tener el apoyo de la mayoría de los votantes, sino el de la mayoría de las y los ciudadanos.

 

Mariano Sánchez Talanquer ha señalado que un ejemplo claro es la elección presidencial de 2006, cuando Felipe Calderón obtuvo poco más de la tercera parte de los votos (35.9%) con un margen de victoria de apenas 0.58 puntos porcentuales. Este tipo de resultados no son un “accidente” irrepetible, sino un defecto sistemático de la fórmula de votación empleada en contextos de competencia electoral como el nuestro.

 

De 88 elecciones presidenciales competitivas celebradas en América Latina bajo esta fórmula, en 20 el primer lugar ha triunfado con menos de la mitad de los votos y un margen menor al 5%, lo que es un resultado indeseable. En esas elecciones, el tercer lugar tenía en promedio 15.13% del voto, es decir, contendían tres fuerzas de peso electoral considerable.

Cuando hay más de dos posiciones importantes, la mayoría relativa es una forma institucional inadecuada, pues produce frecuentemente ganadores con bajos porcentajes de respaldo y márgenes de victoria estrechos.

 

En las elecciones presidenciales del 2012 el entonces Instituto Federal Electoral reportó una participación ciudadana de un 63.34 por ciento de los 79 millones 454 mil 802 de ciudadanos y ciudadanas registrados en la lista nominal, sin embargo y a pesar de ser la elección con la más alta participación de la historia de México, Enrique Peña Nieto obtuvo el triunfo con tan sólo el 38,2% de los votantes.

 

En otras palabras, esta situación permite que más de la mitad del electorado puede tener a un candidato en el último lugar de sus preferencias políticas y, aun así, éste puede ganar, pues el voto de la mayoría que lo rechaza se ha diluido entre los otros contendientes. El ganador por mayoría relativa puede ser un candidato que, paradójicamente, sería derrotado si se le confrontara en una contienda uno a uno contra cualquier otro.

 

De ahí la importancia de establecer en nuestro sistema electoral la segunda vuelta para elegir Presidente de la República. Se trata de una fórmula que si bien no garantiza ampliar la diferencia entre los dos candidatos principales, este mecanismo tiende a aclarar el triunfo del primer lugar y, sobre todo, que un buen número de resultados estrechos se deben al uso de la fórmula de mayoría relativa en contextos en los que existen tres o más fuerzas políticas relevantes, con las consecuencias políticas de gobernabilidad que también tendríamos que analizar.

 

Pero aun cuando la segunda vuelta arrojara un triunfo reñido, hay una diferencia que puede ser determinante: el ganador o ganadora ha obtenido más de la mitad de los votos.

 

Ninguna fórmula de votación puede, por sí misma, hacer que los actores políticos acepten los resultados de las elecciones, pero es posible que los resultados estrechos sean más vulnerables a las estrategias de los perdedores cuando, además, ocurren con porcentajes de voto bajos para el ganador.

 

En nuestro país de acuerdo a Consulta Mitofsky en su estudio México: Segunda vuelta electoral; fuero, reelección y otros temas relevantes, señala que un 47% dice que una elección la debe ganar quien tenga más votos aunque sean pocos, y un 42% opina que debe instaurarse en México la segunda vuelta electoral.

 

Entre los objetivos de establecer en México una segunda vuelta electoral para elegir Presidente de la República destaca la de generar legitimidad para el candidato que haya resultado electo, al contar con la mayoría absoluta de las y los votantes y con ello cuente con el mayor respaldo social y político en todo el país.

 

En los últimos treinta años diversas naciones de América Latina han establecido dentro de su sistema legal electoral, la figura de la segunda vuelta, segunda ronda o ballotage (balotaje), modalidad electoral que persigue la pretensión de asegurar una votación mayoritaria en las elecciones presidenciales, que por cierto también conlleva mayor estabilidad a los propios gobiernos.

Esta modalidad electoral, de acuerdo a José de Jesús González Rodríguez, ha cobrado una creciente relevancia en América Latina, en parte debido a la controversia que se ha generado en torno a las figuras del presidencialismo, la gobernabilidad y la funcionalidad de las instituciones, en un contexto caracterizado por la ausencia de un respaldo electoral mayoritario o frente a la carencia de acuerdos legislativos que originan crisis de gobernabilidad especialmente en los llamados procesos de transición a la democracia.

 

Uno de los argumentos que se plantean para implementar este mecanismo es que las crisis recurrentes de los sistemas políticos en América Latina se derivan de la falta de mayorías claras – y por tanto de la legitimidad necesaria-  de los jefes de los poderes ejecutivos, como resultado de elecciones con márgenes de diferencia muy cerrados entre los principales contendientes.

 

En mérito de lo anterior y a partir de ser una propuesta debidamente analizada por diversos analistas y que cada vez tomar mayor relevancia, elección tras elección, en nuestro país, es que hoy presento a la consideración de este pleno para que sea turnada y analizada en las comisiones del Senado de la República que tendrían que ver esta materia, la reforma al artículo 81 de la Constitución donde adicionamos un segundo párrafo, tercero, cuarto y quinto del artículo 81 de nuestra Constitución, donde planteamos que será elegido presidente por mayoría absoluta la o el candidato que obtenga la mitad más uno del total de los sufragios válidamente emitidos.

 

Si en las elecciones ningún candidato o candidata obtiene más de la mitad de los votos, se realizará una segunda elección en la que únicamente participarán las dos candidaturas que hayan obtenido el mayor número de votos respecto del total de los sufragios emitidos. En este caso, será elegido presidente quien obtenga la mitad más uno de los sufragios válidamente emitidos.

 

La primera elección se celebrará el primer domingo de julio del año que corresponda. La segunda, si es el caso, se realizará el segundo domingo de agosto, debiendo estar resueltas todas las impugnaciones que se hubiesen presentado respecto de la primera votación para elegir al presidente de la República.

 

La ley determinará los montos del financiamiento y las reglas a que se sujetarán la difusión de la propaganda y el acceso a medios de comunicación durante la campaña para la segunda vuelta de la elección presidencial.

 

Es cuanto, muchas gracias por su atención.

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