Quienes han decidido en materia energética saben que le han mentido a la población


Luis Sánchez. Manuel Camacho, Rabindranath Salazar

Intervención en comisión del Senador Manuel Camacho Solís, del Grupo Parlamentario del PRD, durante la discusión en lo general del dictamen de la iniciativa de decreto por el que se expide la Ley de Hidrocarburos, y se reforman diversas disposiciones de la Ley de Inversión Extranjera; Ley Minera, y la Ley de Asociaciones, Público Privadas.

 

Manuel Camacho Solís (MCS). Gracias senador Presidente.

 

Senadoras, senadores.

 

Hay una decisión política del más alto nivel para que no haya debate, ¿por qué si ya lograron la reforma constitucional, si tienen en la dos Cámaras una mayoría amplísima, le siguen temiendo al debate?

 

La reforma energética para abrir el petróleo y la electricidad a la inversión privada es la acción más importante del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. No obstante su trascendencia, ha sido reservada como si se tratara de un secreto de Estado en tiempos de guerra.

 

Primero se dijo que no habría reforma constitucional del 27 y 28; la hubo. Se descalificó a la prensa financiera internacional que lo dio a conocer. Se aprobó sin debate verdadero, con la introducción de documentos secretos en horas de la madrugada y sin debate alguno en los congresos estatales. Se hizo con el respaldo de una propaganda engañosa, excesiva y nada transparente respecto a sus costos.

 

Una vez logrado el objetivo político de cambiar la Constitución, para la aprobación de las leyes persiste, la misma negación al debate. Todo se ha guardado con hermetismo, y ahora se pretende sea aprobado sin discusión en los medios de comunicación. Lo lograrán en virtud de los  pactos que en la obscuridad que  se han hecho, pero nunca podrán decir que lo hicieron de cara a la Nación.

 

No podrán quitarse de encima la acusación de falta de trasparencia y vulneración en del procedimiento parlamentario. Las dudas permanecerán: ¿Por qué en el asunto más delicado, se cerraron al diálogo? ¿Qué le ocultan al pueblo de México?

 

La reforma energética carecerá de legitimidad. La única manera de conseguirla a estas alturas sería mediante la consulta popular. Y sin embargo, ustedes se han empecinado, también, en quitarle ese derecho a los ciudadanos.

 

Al carecer de toda legitimidad, les queda el argumento de la eficacia. Decir que, con su fórmula, se podrán lograr resultados. Han dicho que bajarán los precios de la electricidad y el gas, de los fertilizantes y los alimentos. Que para 2018 crearán 500,000 nuevos empleos permanentes. Que lograrán subir la plataforma energética a 3.0 millones de barriles para 2018. Y que, para 2025, habrán creado dos millones y medio de empleos adicionales. Los especialistas más serios –incluso quienes están en favor de la reforma- no creen que se puedan lograr esos resultados en tiempos tan cortos. Es previsible que, con el tiempo, aumente la inversión, pero todo indica que no será con el calendario que ustedes prevén ni con los beneficios que suponen.

 

Las leyes que desean aprobar, adolecen de severas limitaciones.

 

1. La meta de producción que establecen para 2018 es inalcanzable en base a la información hoy existente. Ha sido importante que se frene la caída que se provocó por Cantarell, pero se está lejos de sostener los crecimientos anunciados. La plataforma de 3.0 es más una plataforma política que una meta fincada en las reservas con las que se cuenta. Es política porque saben que el calendario electoral se les vendrá encima y chocará con las expectativas no realizadas.

 

2. Aún con mayor potencial, habrá que superar diversos obstáculos no resueltos. La disminución en la demanda norteamericana de crudo pesado, la falta de configuración de nuestras refinerías, los serios problemas de construcción de infraestructuras portuarias, de ductos y de distribución. Será prácticamente imposible que el gobierno cumpla con todos sus ofrecimientos sociales, más allá de que anuncie algún programa demagógico sostenido con recursos fiscales para  mostrar “que se han cumplido los compromisos”.

 

3. Hay un conflicto fiscal no resuelto. Para que los inversionistas extranjeros inviertan, tendrán que tener un régimen menos duro que el de Pemex. Si eso ocurre, quién, cómo y cuándo compensará los ingresos fiscales declinantes. Los ingresos que se obtengan al momento de la firma del contrato serán reducidos, para no ahuyentar a la inversión; mientras que, los ingresos por la explotación llevarán más tiempo que el previsto y podrían terminar siendo menores a los esperados. ¿Qué garantiza que la recuperación de costos no termine por disminuir aún más la renta petrolera para el país? ¿Cómo harán compatibles esos hechos con su dicho de que se reducirá la carga fiscal de Pemex y la intervención de la SHCP?

 

4. Los problemas internos de Pemex –eficiencia, transparencia, relaciones laborales, pasivo laboral, contratismo- no están resueltos. ¿Por qué habría que esperar un comportamiento diferente si persisten los mismos problemas que se buscan resolver?

 

5. La administración pública no cuenta con los cuadros profesionales indispensables para que las secretarías responsables y las comisiones reguladoras desempeñen su papel con la necesaria eficacia. Se parte de organismos pequeñísimos y con bajo nivel dentro de la administración pública, de Secretarías que -a diferencia de Hacienda o Banco de México o INEGI-  no han formado cuadros. Y ahora se les pedirá que resuelvan todo, de golpe, frente a muchos hechos desconocidos, sin formación suficiente y bajo la presión intereses experimentados y duros que lógicamente buscarán maximizar sus utilidades.

 

6. La reforma eléctrica está aún menos desarrollada que la energética. A ojos de los inversionistas persisten muchos puntos obscuros que, de no resolverse, la dilatarán y con graves daños para el país.

 

7. La extracción de gas shale en el Noreste reviste obstáculos que al menos la retrasarán. Los problemas no resueltos de dominio de la tierra, disponibilidades de agua, resistencia de las comunidades, reacción de los ecologistas, presencia del crimen organizado, no se pueden resolver en la legislación que, en algunos casos, podría incluso complicarlos.

 

8. El Fondo Mexicano del Petróleo no es un fondo para el desarrollo. Es un instrumento de pago para las petroleras. Nada más lejos del Fondo Noruego, donde las decisiones principales las toma el parlamento, se ahorra para el futuro y no existe presión fiscal. Aquí se concentran las decisiones en el Ejecutivo, sin posibilidad efectiva de rendición de cuentas.

 

9. Los cálculos que ha hecho el gobierno se sustentan en una lógica dogmática, donde se concluye que la economía no crece por falta de reformas y que la reforma energética traerá jauja a México. Otra vez el espejismo de la riqueza nacional. Igual que las otras apuestas del pasado: que la de los borbones, la del porfirismo, la de López Portillo y la de las reformas liberales que, desde hace treinta años, no han resuelto el problema del crecimiento y la cohesión social.

 

10. El calendario político de su implementación tiene severas deficiencias. Está de por medio la solicitud de los ciudadanos de que la reforma sea llevada a consulta popular. Se sabe que el gobierno hará todo lo posible para evitarla. Lo que no se sabe es el tamaño del costo que esa decisión podría tener para la Suprema Corte de Justicia, quien hace descansar su legitimidad en el paradigma del respeto a los derechos humanos. Tampoco se puede anticipar qué efectos tendría en el futuro un cambio en la correlación de fuerzas en el Congreso, particularmente una que modificara los actuales términos fiscales.

 

Ustedes ya tienen todo decidido y pactado. Se rehúsan a un debate en los medios abiertos. Se han negado hasta a los 10 minutos en la televisión solicitados. Estarán legislando a espaldas del pueblo.

 

Senadoras, Senadores: Para terminar les pregunto:

 

¿Es tanta la debilidad de sus argumentos que, aun teniendo mayoría, ni siquiera aceptan que las leyes se discutan y perfeccionen en esta Cámara?

 

¿Por qué tanto temor al debate?

 

Hay una sola explicación. Quienes han decidido saben que le han mentido a la población.

 

Saben que la mayoría está en contra de estas reformas.

 

Saben que sin engaños y control de medios no las hubieran aprobado.

 

Senadoras, senadores: Ahora debieran saber que si no obtienen los resultados ofrecidos a la población para 2015 y sobre todo para 2018, entonces sí tendrán que decir: Sorry, Houston, we have a problem, llamando a Houston, Houston tenemos problemas.