Nos siguen faltando 43 / Excelsior


El próximo 24 de septiembre, a tan sólo unas horas de que se cumpla un año de los terribles hechos del 26 y 27 de septiembre en Iguala, Guerrero, el Presidente habrá de recibir a los padres de los 43 normalistas desaparecidos.

Dicho encuentro ocurre después de que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hiciera público el informe Ayotzinapa, investigación y primeras conclusiones, mismo que derrumba la verdad histórica construida por la PGR y obliga a una revisión profunda de lo presentado por el gobierno federal.

1. Imposible que hayan cremado 43 cuerpos en el basurero de Cocula. Los especialistas del GIEI recurrieron a un peritaje independiente en el que no se encontró evidencia de que en el basurero de Cocula hubiera un incendio con las dimensiones mínimas requeridas para la cremación masiva. A decir del perito José Torero, un sólo cuerpo requiere 700 kilos de madera, 310 kilos de llantas y un lapso de 12 horas para ser incinerado, por lo que dichos requerimientos materiales y de tiempo no coinciden con el reporte gubernamental.

2. La Policía estatal, federal y el Ejército sí tuvieron conocimiento de los hechos. El informe señala que dichos cuerpos de seguridad pública sí tuvieron conocimiento de la llegada de los normalistas a Iguala, dieron seguimiento a sus acciones con el sistema C-4; pero según el GIEI no les brindaron auxilio. Por esta razón, debe analizarse si dichas acciones se realizaron conforme a derecho o hubo funcionarios públicos que hayan obstruido la investigación.

3. La existencia de un quinto camión. A decir del GIEI, “el negocio (de drogas) que se mueve en Iguala podría explicar la reacción extremadamente violenta y el carácter masivo del ataque”. Los especialistas registraron “contradicciones graves” y omisiones respecto a lo ocurrido con un quinto vehículo que en principio no fue reportado por la PGR.

Los ataques, apuntaron los especialistas, muestran que el objetivo de la acción estuvo dirigido a no dejar salir los autobuses del municipio. Por ello, el Grupo pide en su reporte que el gobierno mexicano investigue, “como línea prioritaria del desencadenamiento de la agresión contra los normalistas”, el móvil del traslado de drogas o dinero, escondidos en el interior del mencionado autobús de la línea Estrella Roja.

4.- Es incierto el destino de los 43 normalistas. Ante la falta de certeza, y las diferentes líneas de investigación que deben abrirse, se pide a las autoridades mexicanas continuar con la búsqueda de los jóvenes desaparecidos.

La contundencia del informe evidenció una condición crítica de la investigación, así como la imperiosa necesidad de recuperar la confianza en las instituciones. Preocupa que los representantes de los padres solicitaron varios puntos sobre los cuales aún no hay respuesta.

Por un lado, que el GIEI se mantenga atento y participante de las investigaciones el tiempo que sea necesario y no sólo 3 meses como se había insinuado.

Adicionalmente, la conformación de dos fiscalías especializadas en el caso Ayotzinapa, encargadas de dar seguimiento a las investigaciones y mantener la búsqueda de los jóvenes. Los propios padres han señalado que el nombramiento de dichos fiscales debería contar con su visto bueno para garantizar la confiabilidad en los trabajos a seguir.

Aun cuando el reporte ha golpeado gravemente la credibilidad del gobierno en torno a estos lamentables hechos, éste se mantiene ausente en su respuesta a dichas solicitudes. En la percepción ciudadana, las autoridades vuelven a presentarse como insensibles, faltos de interés por profundizar las investigaciones e, incluso, como cómplices de la insuficiente construcción de la “verdad histórica”.

La desaparición de los 43 de Ayotzinapa generó movilizaciones de indignación por todo el territorio nacional, por ellos, por los más de 25 mil mexicanos cuyo paradero se desconoce, por la corrupción y la impunidad imperantes.

El miércoles de esta semana, el Presidente habrá de volver a encontrarse con madres y padres que siguen esperando una respuesta creíble sobre el paradero de sus hijos. Considero que ésta sí es la última llamada para EPN por parte del pueblo mexicano.