Necesario, definir la política migratoria que México aplicará con los centroamericanos: Zoé Robledo


Intervención del senador Zoé Robledo, del Grupo Parlamentario del PRD, para hablar a favor del dictamen por el que se ratifica el nombramiento de Gerónimo Gutiérrez como Embajador de México en Estados Unidos.

 

Zoé Robledo A. (ZRA): Muchas gracias senador presidente.

 

Sin duda la pregunta que todos nos hacemos aquí es si efectivamente la propuesta del Ejecutivo cumple con los requisitos de un Embajador de México en Estados Unidos.

 

Creo que su currículum, su hoja de vida ha cubierto varios de los rubros que tradicionalmente deben ser importantes: ha estado en la Cancillería, sabe de temas de globalización, comercio, política estadounidense.

 

La pregunta es si no hay otros temas de los cuales el próximo Embajador debería de saber, y en ese sentido si no hay otros temas que en este momento se están discutiendo, si no son ésos sobre los que deberíamos hablar y que en la comparecencia cuando menos estuvieron totalmente ausentes.

 

¿A qué me refiero? Permítanme leerles una cita: “hay una tendencia peligros en la que los migrantes son utilizados como chivos expiatorios y aquellos en situación irregular son criminalizados”.

 

Lo que acabo de leer lo dijo el Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas; y concluye diciendo: “Y estamos muy preocupados de que estas acciones se transformen de mera retórica a políticas de verdad”.

 

¿A qué se refiere el Alto Comisionado? ¿Se refiere a los decretos presidenciales 25 y 27 del Presidente Trump? ¿Se refiere a la construcción del muro? ¿Se refiere al veto migratorio que restringe la entrada a migrantes de 9 países de Medio Oriente?

 

No, compañeras y compañeros, se refiere a la política migratoria mexicana, a eso se está refiriendo. Y eso estuvo ausente de la comparecencia. Ustedes me podrán decir: “Bueno, es que no estamos nombrando al Embajador en Guatemala o en el Salvador o en Honduras”, o me podrán decir: “No estamos discutiendo la idoneidad de esta persona para que se convierta en el director del Instituto Nacional de Migración”.

 

Pero ese, ese es el gran tema, ese es el tema de la orden ejecutiva de Trump; si la deportaciones se harán al país de origen o al país vecino o al país más cercano del origen del migrante.

 

La discusión es si vamos a seguir teniendo una política migratoria que detiene y deporta, solamente alineada a los intereses de los Estados Unidos, o si vamos a seguir tapándole el ojo al macho.

 

De eso es de lo que se tiene que tratar esta comparecencia y esta gran discusión nacional.

 

El número de solicitudes de asilo se ha disparado en los últimos años. Hoy, aquí en el Senado, el subsecretario Ruíz Cabañas nos comentaba que de las 8 mil solicitudes de asilo, 93 por ciento de ellas –del triangulo norte de Centroamérica, Guatemala Honduras y el Salvador- , de las 8 mil, sólo se aceptaron 2 mil personas asiladas.

 

Y las otras 6 mil las regresamos a su país de origen. ¿Saben qué pasa cuando se les regresa?, ¿saben qué pasa cuando están aquí porque son perseguidos políticos que están huyendo de la inseguridad?

 

Lo que pasa es que los ponemos en riesgo y muchas veces los matan.

 

Por eso yo creo que la gran discusión que deberíamos estar teniendo, sí, sin duda es sobre el próximo Embajador de México en Estados Unidos, reconociendo que la frontera empieza en el sur, que la frontera empieza en el Suchiate, ahí es donde está.

 

Y ayer, y en los días anteriores de la comparecencia, es lo que se ha estado escuchando sobre cómo vamos a modificar nuestra política migratoria para que la violación sistemática de derechos humanos que ocurre en nuestro país se detenga de una buena vez.

 

Yo creo que ese es nuestro reto como generación de políticos, porque no estamos hablando de Siria, estamos hablando de México, de lo que está pasando en estos momentos, de mujeres violadas, de hombres asesinados, de otros tantos miles que están siendo coaptados por el crimen organizado.

 

Pero de eso, de eso nadie dice nada.

 

Por eso es que creo y consideré importante que volvamos los ojos al sur, porque no podemos seguir teniendo ni aceptando una postura hipócrita respecto a la protección de nuestros paisanos en el exterior, pero no ver lo que le hacemos nosotros, los 180 mil centroamericanos que deportamos solamente en el 2016.

 

Y lo cerca de 200 mil que lograron escapar de las manos del Instituto Nacional de Migración y quizá cayeron en manos de los Maras o de los Zetas o de cualquier otra organización criminal.

 

Los centroamericanos – y eso lo vivimos muy de cerca en Chiapas- no se refieren a la “Bestia” como el tren, la bestia es nuestro país, la bestia es lo que sufren cuando están cruzando México para llegar a Estados Unidos.

 

De eso es de lo que deberíamos estar hablando el día de hoy y de eso es de lo que a mí hubiera gustado más escuchar la opinión del próximo Embajador.

 

Es cuanto, presidente. Muchas gracias.

 

 

0-0-0