Las ternas para elegir a los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación están predefinidas desde que el Ejecutivo las integra, por eso es necesario agrandar la participación del Senado en el proceso de elección, sostuvo el senador Miguel Barbosa Huerta.
Durante el Foro de análisis de la integración de la Suprema Corte, el coordinador del Grupo Parlamentario del PRD afirmó que hay una definición predeterminada a favor de un candidato en cada una de las ternas que envió el Ejecutivo para elegir a los ministros de la SCJN que reemplazarán a Olga Sánchez Cordero y Juan Silva Meza.
En ese sentido, hizo un llamado a la Comisión de Justicia para que se muestre a la altura y perfil del andamiaje que requiere el Senado de la República y la realidad mexicana.
“Llamarlos a agrandarse, no a achicarse, y a desempeñar el proceso que se desahogará ante la Comisión de manera plena para que así se pueda conocer y se pueda en todo caso entender la votación que por dos tercios se pueda alcanzar a favor de dos personas, una en cada terna”, dijo.
Asimismo, señaló que se requiere una nueva regulación del proceso de elección, pues mientras que la integración de los Poderes Ejecutivo y Legislativo responde al voto popular, en la del Poder Judicial participan los otros dos poderes.
“Tenemos que proponer una regulación, mediante la cual el proceso para poder conseguir la integración de un integrante de la Corte, empiece meses antes, meses antes, por ejemplo seis meses antes de que se venza el plazo de uno de los ministros, hombre o mujer, en funciones”, añadió.
También consideró que se debe analizar si se mantiene el formato de ternas de tres propuestas o se cambia por una sola como se hace en Estados Unidos y que el proceso sea abierto y público.
“Debiese regularse porque no es un derecho del presidencialismo y de quien lo detenta, meter a sus cuates, cuatas y cuotas en la Suprema Corte de Justicia”, subrayó.
Barbosa Huerta apuntó que la manera en que el Ejecutivo integra las ternas exhibe al demérito público a quienes acompañan a la persona que pudiera ser el candidato favorecido.
Reconoció que los ministros son políticos y tienen una trayectoria destacada por la que están vinculados de manera natural círculos importantes a los que no dejan de pertenecer cuando se convierten en integrantes de la Corte.
“No está regulado cómo el Presidente del Ejecutivo, el Presidente de la República y no está regulado cómo el Senado desahoga, por eso se tienen que hacer acuerdos parlamentarios; hoy agrandemos la participación de la Comisión de justicia y del Senado”, concluyó.
Por su parte, el senador Luis Humberto Fernández Fuentes, resaltó la trascendencia de elección de ministros de la Suprema Corte para la “salud de la República”.
“Y en este sentido, el Senado enfrenta un dilema: o hacer una negociación política de partidos y sectarios que no va a generar ningún servicio o hacer un proceso un poquito más abierto, un debate de fondo visible o transparente”, dijo.
Argumentó que el proceso de elección de ministros es uno de los cimientos fundacionales del autoritarismo y presidencialismo mexicano pues está hecho para fortalecer al poder, no para acotarlo.
Y el reto de la oposición es ser un contrapeso efectivo del Poder sin ser testimonial y cómo poder criticar e informar sin devastar la credibilidad de las instituciones.
“La respuesta del PRD ha sido hacer lo correcto, hacer lo más conveniente para el Estado y no centrarse en nombres o propuestas, sino en perfiles de idoneidad”, expresó.
Finalmente, el senador Mario Delgado Carrillo sostuvo el proceso de integración de la Corte “en realidad es un pacto político donde interesa todo menos la justicia, es un reparto de poder”.
De tal manera que el Senado debe hacerse responsable de los efectos de sus decisiones y buscar a dos personas que hayan sostenido durante toda su vida el valor de la justicia.
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