Intervención en tribuna de la Senadora, Dolores Padierna, reservas, política y tarifas eléctricas


Dolores Padierna

México, D.F., a 06 de agosto de 2014

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA CUARTA INTERVENCIÓN EN TRIBUNA DE LA VICECOORDINADORA DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRD EN EL SENADO, DOLORES PADIERNA LUNA; REFORMA ENERGÉTICA, DICTAMEN DE LEY FEDERAL DE PRESUPUESTO Y RESPONSABILIDAD HACENDARIA Y LEY GENERAL DE DEUDA PÚBLICA, RESERVAS, POLÍTICA Y TARIFAS ELÉCTRICAS

Sen. Dolores Padierna Luna: A todos los ciudadanos que han seguido los acontecimientos de este fatídico episodio que hoy concluimos con el despojo de los bienes energéticos de este país, denuncio:

Hoy concluyen los trabajos que han convertido al Congreso de la Unión en una extensión del poder presidencial y, peor aún, de los poderes trasnacionales.

La contrarreforma energética que la derecha ha aprobado y defendido inaugura un nuevo presidencialismo: el presidencialismo al servicio de las petroleras.

Las facultades metaconstitucionales que ha ejercido la institución presidencial, ahora las detentan las grandes compañías de hidrocarburos. Ellas legislaron a modo de acuerdo con sus necesidades e intereses el modelo de contratos, el porcentaje de pagos y de impuestos que le darán al Estado mexicano para privilegiar su negocio, y los términos para apropiarse de la renta petrolera y de las tierras mexicanas.

Enrique Peña Nieto culmina el ciclo histórico de las contrarreformas iniciadas por Carlos Salinas de Gortari. Se colocó del lado histórico de Antonio López de Santa Anna y de Porfirio Díaz. Con esta reforma perdemos algo más grande que Texas: nuestros yacimientos transfronterizos del Golfo de México. Y como lo hizo el régimen de Porfirio Díaz, otorga concesiones sobre los bienes propiedad de la nación, aunque disfraza los contratos.

Les molesta que retomemos la historia. Les incomoda que defendamos la figura de estadista y la dimensión histórica del general Lázaro Cárdenas. Insisten en decirnos que las y los legisladores no estamos para mirar al pasado sino al futuro; pero nadie puede avanzar si ignora su historia.

Hubo quienes quisieron utilizar a la figura del general Lázaro Cárdenas para promover la privatización energética de Peña Nieto y ahora les molesta que reivindiquemos su legado histórico.

Quienes critican son pequeños y ambiciosos como para entender la hazaña del general Cárdenas. Quisieron convertir a la expropiación petrolera en un spot.

Pero el general Cárdenas tuvo altura de miras y puso los intereses de la nación por encima de los privados. En lugar de arrodillarse frente a las potencias de la época mantuvo la soberanía y la dignidad del país, haciendo de los hidrocarburos en una palanca del desarrollo nacional y no en un botín para el saqueo y la corrupción de panistas y priistas, quienes se han beneficiado con los escándalos de corrupción del Pemexgate y de Oceanografía.

No hay un solo directivo de Pemex en los últimos 30 años, que haya salido a defender a la paraestatal que los hizo ricos y poderosos. Ni un solo dirigente sindical que se atreviera a desafiar el dictado de las “siete hermanas” petroleras.

No lo hicieron porque todos los ex directivos de Pemex participan en los Consejos de Administración de los consorcios privados petroleros o son consultores de las mismas compañías a las que el general Lázaro Cárdenas expulsó del país.

No tienen nada qué defender,a esos ex directivos y líderes sindicales. Los mueve la impunidad, no la dignidad.

Cada semana conocemos de un nuevo caso de corrupción en Pemex y la respuesta del gobierno actual, que es la misma que hicieron los gobiernos panistas de Fox y Calderón: escandalizar y esperar a que el tiempo apague la indignación ciudadana.

Panistas y priístas forman parte del mismo grupo que primero saqueó y debilitó a Pemex y ahora pretende desmantelarlo. Eso no es una victoria cultural. Eso es un pacto de impunidad para repartirse lo que queda del botín petrolero.

La grandeza del general y de su generación se basó en algo más que un gesto de valentía el 18 de marzo de 1938.

Ellos sabían que el petróleo no es sólo una materia prima o un recurso natural no renovable, sino un medio de desarrollo industrial y una fuente de la soberanía para un país que sufrió invasiones extranjeras, la pérdida de su territorio y convive con la potencia más grande del mundo.

Convirtieron al petróleo en un instrumento estratégico para garantizar la viabilidad de nuestro país.

Ahora, se transfiere lo más valioso que tenemos, nuestra renta petrolera a intereses trasnacionales.

Se ceden no sólo los principales yacimientos, sino también, permiten un despojo a los propietarios de la tierra de dimensiones nunca antes vistas.

La tierra de millones de mexicanos no es sólo un negocio, es un medio productivo, un medio de identidad y de arraigo y un patrimonio que no se mide en porcentajes de utilidad ni en ocupaciones temporales.

La tierra, como el petróleo constituye uno de los bienes naturales más preciados de las y los mexicanos que estas leyes pretenden ceder.

El reparto del territorio nacional, de los mares territoriales, del subsuelo, de nuestros recursos hídricos será manejado enteramente por el grupo de poder de Enrique Peña Nieto.

Retornamos al presidencialismo discrecional, representa un giro de 180° que nos regresa a la presidencia autoritaria.

Esta contrarreforma nació de la mentira. Querían que las y los mexicanos creyeran que se basaba modernizar a Pemex, de bajar los precios de las tarifas de la luz, el gas, la gasolina, pero los mexicanos no son tontos; la opinión de la mayoría en las encuestas indica que estas mentiras no son creíbles.

Nosotros nunca defendimos la actual situación de Pemex o de la CFE. Hicimos cientos de propuestas, de soluciones democráticas; por eso, también es una mentira, que nosotros estemos anclados sólo en el pasado.

Ninguna de nuestras propuestas fueron incorporadas porque partieron de una convicción fundamental: no se puede compartir ni regalar la renta petrolera a particulares.

Otra gran mentira es que se crean organismos reguladores autónomos que garantizarán la transparencia y combatirán la corrupción. Tampoco los mexicanos creen esta afirmación.

La corrupción ha carcomido al sistema político del país. Esa misma corrupción ha provocado que lleguemos hasta aquí, a la consumación de la contrarreforma energética que representará no el fin sino el inicio de otra etapa de lucha.

Nosotros no mentimos, nosotros proponemos, consultamos, para defender nuestro patrimonio.

La organización, la fuerza ciudadana en la consulta popular son el siguiente paso en esta estrategia e histórica lucha.

Por ahora, ganaron una batalla, pero no convencieron ni nos vencieron.

La Patria está herida, pero no está perdida.

Nos dieron en pleno corazón, pero el corazón de la sociedad nunca se da por vencido.

¡Qué viva Lázaro Cárdenas!

¡Qué viva México!