Intervención del Senador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Mario Delgado Carrillo, durante la sesión del periodo extraordinario del Senado de la República


Mario Delgado

Gracias, presidente. Compañeras, compañeros, senadores, senadoras, quiero ante los reiterados señalamientos que se han hecho a mi grupo parlamentario de que no tenemos propuesta, recordar que en junio presentamos, su servidor presentó una ley completa de la que hoy estamos dictaminando, una Ley de Hidrocarburos, que se basaba en principios distintos a los que se basó la iniciativa del gobierno, que tenía como intención impactar mediante cuatro vías el desarrollo del país:

 

Lograr el desarrollo de la industria nacional con el desarrollo del sector energético, lograr a través de incentivos para inversiones en el sector petroquímica, tener precios de hidrocarburos competitivos en el mediano plazo, garantizar que los recursos adicionales, en el caso de que haya, se gasten mejor y sí influyan en el aparato productivo y la competitividad, y por último garantizar la autosuficiencia energética de las siguientes generaciones, proponiendo como parte de los objetivos de esta reforma la transición energética.

 

Sin embargo, esa Ley de Hidrocarburos que presentamos ni siquiera fue dictaminada.

 

Por eso, hoy presentamos un voto particular donde incluimos, presidente, el texto completo de la iniciativa que presentamos en la Comisión Permanente y que fue turnada, en tiempo y forma, a la Comisión de Energía, que no fue dictaminada.

 

Y muy rápidamente quisiera comentar algunos aspectos que proponía esa ley. Mencionábamos el tema del contenido nacional, sabemos que es algo que se incorporó a la ley hasta en un 35 por ciento, pero la verdad es que es un llamado que difícilmente se va a cumplir, ya que se verifiquen los compromisos que tiene México en los tratados internacionales va a haber una seria limitación a ello.

 

Y además se plantea simplemente como un llamado, no hay instrumentos complementarios para desarrollar cadenas productivas intermedias para todo el desarrollo de la industria nacional, y que efectivamente esta reforma energética tenga un impacto en empleo. No es por generación espontánea, no es por las fuerzas libres del mercado, hay que promover el desarrollo de una cadena  intermedia productiva y de insumos. Esto no se logra con la suficiente fuerza en esta ley.

 

También insistimos, incluso en el debate de hoy, en la Ley de Ingresos Sobre Hidrocarburos, no podemos tener una reforma donde las principales variables sean económicas, donde las únicas variables sean el maximizar la renta, porque se convierte en una reforma completamente depredadora. ¿Qué propusimos? Que dentro de las variables de adjudicación de los contratos se incorporaran otras variables, por ejemplo, el tema ambiental, el tema de la inversión en petroquímica, para que pudiera desarrollarse esta industria en el país, las metas de contenido nacional y que fueran parte de las decisiones de con quién se va a asociar el Estado, no nada más las variables económicas porque otra vez podemos tener incentivos perversos. Estamos orillando a que las empresas, en aras de maximizar sus utilidades, puedan por ejemplo utilizar tecnología riesgosa y no cumplir con criterios de seguridad industrial ni ambiental, porque la regulación que se ha decidido siempre es a posteriori, no como requisitos de los contratos, que puede dar mucho más garantías.

 

También un elemento muy importante que no fue considerado fue que se plantearan rondas anuales de licitación. Hay una experiencia desastrosa en el tema de licitaciones de distintos campos petroleros: es la experiencia que tuvo Reagan en los años 80 en los Estados Unidos, que hizo una ronda tan grande que no había suficientes jugadores en el mercado internacional, que lo único que propició fue la colusión de las corporaciones petroleras internacionales para ofrecer un bajo precio al gobierno norteamericano. Lo mismo nos puede pasar, tenemos que regular las rondas, tiene que haber rondas anuales para garantizar que sí haya competencia, que haya suficientes jugadores y que podamos garantizar las mejores condiciones para el Estado mexicano.

 

También otro tema muy importante que proponíamos en esa ley y que también fue ignorado: que los contratos no puedan cederse. No hay el candado para que una vez que se hace la licitación y se declara un ganador ese particular se voltee y venda su contrato a otro particular, y esto provoque una colusión. Proponíamos que hubiera un candado en el que por lo menos siete años no pudiera modificar su contrato. Una experiencia en Pemex y lo que hemos visto en la poca participación privada que ha habido es que no ha habido empresas operadoras participando en Pemex, sino que ha habido intermediarios, empresas de servicios, que posteriormente, una vez que tienen su contrato en la mano se voltean al mercado internacional a buscar socios para ver quién puede llevar a cabo esos contratos. Aquí tendría que ponerse ese candado para que los contratos no sean cedidos ya en el ámbito de los particulares.

 

Otro esquema que propusimos es: en aras de maximizar el área de explotación y que las decisiones de cuándo explotar un campo petrolero no dependa del particular, que se pusieran metas, pero que se hiciera una dinámica como lo hace el Reino Unido. Ahí hay un periodo que se da para explotación, dentro de cuatro o cinco años la mitad del territorio que se dio para explotación tiene que ser devuelto al gobierno de Inglaterra, y después de cuatro años ya de explotación tiene que devolver un 25 por ciento del territorio. Esto lo que hace es maximizar la renta y el uso del campo, de los campos que pueden ser expropiados. Aquí, como no tenemos ese mecanismo de optimización y de devolución del espacio, lo que vamos a provocar es una especulación por parte de las corporaciones petroleras internacionales con el campo que hayan ganado, para explotarlo cuando más les convenga. Máxime que una vez que tengan ese campo se van a poder ponerlo en su balance de activos, poder apalancarse en el mercado financiero internacional, y utilizar esos recursos dentro de su estrategia global de negocios: si hay un negocio que quieren desarrollar con una mayor prioridad, pues lo van a hacer y a hacer la explotación del campo mexicano cuando así les convenga.

 

El tema de seguridad industrial no se puso como un requerimiento para terminar contratos, lo mismo que no se incentiva la transición energética, la protección al medio ambiente no es un tema de concurso, como es en el caso del Reino Unido, no hay una definición en toda la ley de pasivos ambientales. No tiene mucho caso la discusión de cuánto, si es mucho o poco lo que se le paga a los propietarios de la tierra si no hay una definición de quién va a absorber los pasivos ambientales. Se le puede estar pagando hasta el tres por ciento al propietario de la tierra, pero si una vez que terminan la explotación en ese territorio dejan un pasivo ambiental muy grande, pues incluso lo que ganó el privado se le va a ir en eso porque tiene la obligación el privado de subsanarlo o el gobierno tendrá que destinar parte de la renta, supuestamente adicional que tiene, en mitigar esos pasivos ambientales. De tal manera que no se logra, no se ponen también, por ejemplo, montos específicos de cuánto tienen que pagar. Sugeríamos que se tasaran las multas de entre tres mil millones de dólares a nueve mil millones de dólares que pudiera cargarse en caso de un desastre ambiental montos tan importantes como estos.

 

También propusimos que hubiera un sistema de información de toda la industria de hidrocarburos que no se está planteando. Propusimos también que hubiera un esfuerzo adicional para el combate a la corrupción proponiendo tres cosas: la prohibición de que servidores públicos relacionados con el sector pudiesen prestar sus servicios para las empresas petroleras, con el objetivo de evitar que se produzca un conflicto de interés por las funciones desempeñadas, y que dicha prohibición fuera de por lo menos de tres años. Aquí se tiene en la Ley de Responsabilidad de Servidores Públicos un año y prácticamente todos los ex directores de Pemex actualmente trabajan en una empresa privada. De tal manera que podría hacerse un esfuerzo adicional en materia de corrupción para controlar por lo menos a sus ex directores y a sus familiares.

 

Desafortunadamente esta iniciativa de ley no se dictaminó y contenía propuestas que, creemos, hubieran sido muy útiles para el modelo que hoy están aprobando.

Muchas gracias, presidente.