Importante incorporar a hijos e hijas de jornaleros agrícolas a los servicios de educación inicial y básica: Lorena Cuéllar


Intervención en tribuna de la senadora Lorena Cuéllar Cisneros, del grupo parlamentario del PRD, para referirse al dictamen sobre estancias infantiles.

 

Lorena Cuéllar Cisneros, (LCC): Compañeras y compañeros legisladores:

 

Quiero manifestar mi voto a favor del presente dictamen, puesto que me parece acertado llevar a cabo el presente exhorto a la Secretaría de Desarrollo Social, para que una parte de los recursos que tiene disponibles los utilice para atender a una de las poblaciones más vulnerables, como son las mujeres jornaleras agrícolas.

 

Este sector de la población en nuestro país son trabajadoras y trabajadores temporales del campo, que se encargan de la siembra, la cosecha y la recolección.

 

Muchas mujeres ya no tienen tierra propia, por lo que alquilan su mano de obra para trabajar por temporadas, muchas veces acompañadas de sus familias. Los hijos e hijas de las jornaleras son un grupo especialmente vulnerable.

 

Las cifras de la UNICEF muestran que un 44 por ciento de los hogares de jornaleros contaban con al menos un niño o una niña trabajador, además un 44 por ciento de las familias jornaleras, en las que está presente el trabajo infantil, son indígenas.

 

Por eso es importante que podamos enfrentar el reto de incorporar a los hijos e hijas de jornaleros agrícolas a los servicios de educación inicial y asegurar que se mantengan en la escuela hasta complementar el ciclo básico.

 

Debido a la precariedad en las condiciones de empleo de las mujeres jornaleras, la población de niñas y niños, hijos de indígenas jornaleras, se encuentra en clara desventaja en los logros de salud y educación.

 

Las mujeres jornaleras viajan con sus hijos e hijas, las niñas y los niños de 8 y 10 años ya participan, desgraciadamente, en la cosecha, ¿y qué pasa con los más pequeños? A los lactantes sus madres los cargan sobre su espalda, y los pequeños de 2 o 3 años se quedan junto a las milpas esperando a sus madres o a sus familiares, esperan por horas en condiciones insalubres que los exponen a la insolación, a la deshidratación y a los más desafortunados escenarios de enfermedades gastrointestinales.

 

De acuerdo con el Informe del Programa Naciones Unidas para el sobre Desarrollo de los Pueblos Indígenas en México, del gasto en educación, el 10 por ciento de la población indígena con menor índice de desarrollo humano, recibe la menor proporción, 5.7 por ciento, en contraste, el déficit con mayor índice de desarrollo humano recibe el 11.3 por ciento, es decir, de forma absurda a la población más desfavorecida se le da menos.

 

Es por ello urgente que se diseñen políticas encaminadas a elevar los niveles de bienestar alrededor de 5 millones de trabajadores jornaleros y sus familias, cuya actividad, siendo de las más productivas, es la peor pagada.

 

Las condiciones de empleo de la agricultura son sumamente difíciles y precarias, con niveles mínimos o sin ningún tipo de protección en lo referente a estabilidad laboral, remuneraciones o seguridad social.

 

Es definitivamente acertado el planteamiento de que las reglas de operación del Programa de Estancias Infantiles para Madres Trabajadores se implementen en centros de cuidado infantil en los campos agrícolas, lo anterior porque esta propuesta busque incorporar a los hijos e hijas de jornaleros agrícolas a espacios en donde reciban cuidados apropiados a su edad, en condiciones de seguridad y atendiendo a su diversidad cultural. De esta manera, las próximas generaciones tendrán acceso a mejores niveles de vida y de bienestar.

 

Es cuanto, señor Presidente.