EPN dice NO a las drogas / Excélsior


En los últimos días, Enrique Peña Nieto ha tomado decisiones importantes con relación al problema de las drogas. Lo preocupante es que no tenemos claro hacia dónde dirige el barco. Me explico.

La Asamblea General de la ONU celebra esta semana una sesión extraordinaria sobre el problema mundial de las drogas, referida como UNGASS16 (abreviatura de United Nations General Assembly Special Session 2016). La sesión estaba programada hasta el año 2019, pero en septiembre de 2012, ante la intensificación de la problemática regional en esta materia, los presidentes de México, Colombia y Guatemala solicitaron que se adelantara el calendario. La iniciativa de las tres naciones prosperó, de ahí que la UNGASS16 sea un hecho.

Este evento, que México pidió, tiene una relevancia enorme. Ahí se va a evaluar el cumplimiento de las metas contenidas en la “Declaración política y plan de acción sobre cooperación internacional a favor de una estrategia integral y equilibrada para contrarrestar el problema mundial de las drogas”. Ahí se buscarán opciones frente al fracaso de la guerra contra el narcotráfico, pues la estrategia actual sólo ha generado violencia, corrupción, crisis de salud pública y violaciones a los derechos humanos.

Además, esta reunión se da en un momento en el que muchos gobiernos manifiestan su desacuerdo con la política imperante para el combate a las drogas. Por eso, se observan agendas progresistas en materia de regulación, como el amparo otorgado en México por la SCJN, el año pasado, para el consumo lúdico de la mariguana.

De ahí que organizaciones como la Fundación Open Society califiquen a la UNGASS16 como “una oportunidad incomparable para terminar con los horrores de la guerra contra las drogas y, en su lugar, priorizar la salud, los derechos humanos y la seguridad”. Para México, esta “oportunidad incomparable” tiene que ver con aprovechar un foro internacional para dar un golpe de timón, construir alianzas y tomar una posición de liderazgo. Se abre la puerta para ir más allá de la regulación del cultivo y consumo de la mariguana y proponer opciones para casos más complejos como el de la amapola. Pero ante esta gran oportunidad, Peña Nieto decide, en un primer momento, darse la vuelta y anuncia que no irá a la UNGASS16.

Preocupados ante esta decisión, desde el Senado, junto con miles de voces, pedimos una explicación al respecto y demandamos que el Presidente mantuviera su asistencia al evento o, en su caso, explicara las razones puntuales de su inasistencia.

En este contexto, el viernes pasado, EPN comunicó su cambio de opinión y mandó decir que siempre sí iría. Tristemente, en un tercer comunicado, Peña nos informa que la razón por la que asistirá a la UNGASS16 es porque el primer ministro de Italia atrasó un día su visita a México, entonces sí tendría un huequito para echarse una escapada de último minuto a la ONU.

¿Cómo debemos interpretar este vaivén de decisiones? ¿Hay seriedad en el gobierno sobre este tema? ¿Deberíamos agradecer a Matteo Renzi por permitir que EPN vaya a la ONU?

Esta volatilidad evidencia que EPN no es consciente de que los principales temas que han golpeado su administración tienen que ver con el fenómeno de las drogas. La fuga de El Chapo, los miles de muertos o las controversias respecto a los 43 de Ayotzinapa, sea con el GIEI o ahora con la CNDH, tienen que ver con el colapso del gobierno y la política de drogas.

A partir de la resolución de la Corte, se han realizado foros en diversos ámbitos, pero el gobierno, en voz del secretario de Gobernación, ha mantenido una posición conservadora y reactiva. Se ha manifestado en favor de la regulación timorata que rechaza la viabilidad del uso lúdico. La nula seriedad con la que se atendió el foro internacional de la ONU sugiere que este gobierno rehuye aquello que no entiende.

EPN nos queda a deber su respuesta a ¿por qué tanta duda en su participación a la UNGASS16?, ¿qué política impulsará a futuro en materia de drogas?, ¿cómo atenderá los temas que evidencian el fracaso del gobierno, cuando de gobernabilidad y drogas se trata?

La indecisión de Peña sólo deja claro que no sabe qué decir en un foro tan importante, y que carece de ruta. Deja claro, que ya sea el caso Ayotzinapa o la fuga de El Chapo, las drogas son un asunto que mantiene inmóvil y “endrogado” a este gobierno.