En riesgo autosuficiencia energética de México


La semana pasada estuvo en nuestro país el secretario de Energía norteamericano, Rick Perry quien se reunió con su homólogo mexicano Pedro Joaquín Coldwell; la prensa nacional dio cuenta de una reunión muy optimista, pero esta reunión debería de prender importantes alarmas que son urgentes de atender.

Para entender las implicaciones de las declaraciones del secretario de Energía norteamericano y la desesperante pasividad del mexicano es necesario analizar el significado del eufemismo utilizado por Perry en esa reunión: “autosuficiencia de Norteamérica” que está en el corazón de la política energética de Estados Unidos.

La única autosuficiencia energética que está en juego es la mexicana. Estados Unidos produce ocho, nueve millones de barriles de crudo al día, pero consume 20 millones de barriles diarios, el déficit se cubre con las importaciones de México y de otros países de Medio Oriente. Entre más crudo le quite a México, menos depende del crudo árabe, con todas las implicaciones geopolíticas que esto tiene.

A eso se refiere Perry cuando habla de reducir su dependencia de las importaciones de energía fuera del continente.

En el término “autosuficiencia de Norteamérica”, utilizado por Perry, se trata de la autosuficiencia energética de Estados Unidos a costa de la soberanía energética de México.

La “autosuficiencia de Norteamérica” implica una dependencia mexicana, pues para lograrla se está implementando una política que obliga a México a exportar el crudo y a importar productos procesados como petroquímicos, refinados, gas natural.

Los frutos de esa adopción por México de la política energética norteamericana están poniendo a nuestro país en una situación muy preocupante.

En la segunda mitad de 2015, México se convirtió en importador neto de hidrocarburos.

En 2016, nuestro déficit comercial en hidrocarburos fue de 6 mil millones de dólares, en ese año nuestras exportaciones de crudo apenas alcanzaron a cubrir el 43% de las importaciones petrolíferas.

En la segunda mitad de 2016, 68% de la gasolina vendida en el mercado nacional fue importada de Estados Unidos, mientras nuestras refinerías operan a un 50% de su capacidad.

En 2016, el valor de la gasolina importada fue 11.3 mil millones de dólares y el valor del diesel fue de 4 mil millones de dólares, este creciente déficit en el comercio bilateral de petrolíferos es alarmante.

Nos estamos convirtiendo aceleradamente de un país productor de petróleo y petrolíferos a importador de ellos, lo cual nos convierte cada vez más en un país dependiente de Estados Unidos.

Urge poner un alto a esta política de profundizar la dependencia de México de Estados Unidos.

México tiene recursos suficientes, experiencia para no perder nuestra soberanía energética.

Sen. Dolores Padierna Luna

Coordinadora del Grupo Parlamentario del PRD

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