¿Puedes imaginar despertar y que la noticia más importante que escuches por todos lados sea que Trump es presidente de EU?
Imagina la incertidumbre de los millones de latinos y mexicanos que viven en el país vecino del norte. La preocupación de los habitantes de los países que tienen una dependencia fuerte con esta nación, como es México.
Seguramente todos tenemos familiares, amigos, socios, gente entrañable, que radica en Estados Unidos, y que ante el discurso de odio y xenofobia del candidato republicano, ven con preocupación su actual estadía. Son gente buena, trabajadora y que ha dedicado su vida a contribuir a la estabilidad de ese país.
Debemos tener presente que con Estados Unidos tenemos una relación potente y compleja. Es el país donde más mexicanos habitan después de nuestro territorio, con 12.2 millones de inmigrantes con ciudadanía y con casi 40 millones de habitantes de origen mexicano.
En términos comerciales, somos el tercer socio más importante para ese país. El 26% del PIB mexicano depende de las exportaciones hacia el otro lado de nuestra frontera norte. En el 2015, el comercio entre ambos países ascendió a 540 mil millones de dólares. Como resultado del TLCAN, se generan 14 millones de empleos americanos. Además, con 350 millones de cruces legales anuales tenemos la frontera más transitada del mundo.
Afortunadamente la moneda aún está en el aire y los latinos tienen el poder de decidir de cual lado caerá. El próximo martes 8 de noviembre se decidirá quién será el próximo presidente de EEUU entre Hillary Clinton o Donald Trump, y con ello el futuro de los próximos 4 u 8 años de la política de ese país como de la internacional.
De acuerdo a algunas encuestas la distancia entre ambos candidatos es mínima. Hablan de sólo un punto de distancia, por ello es importante darnos cuenta del poder del voto mexicano y latino.
Debemos tomar en cuenta que dos de cada diez potenciales electores en Norteamérica son hispanos y uno de cada diez es mexicano. Estas cifras son especialmente relevantes en esta reñida elección. Geográficamente, la posibilidad latina para definir la elección se concentra en estados aún “inciertos” en cuanto a sus votos en el Consejo Electoral como Nevada (6), Colorado (9), Florida (29) y Arizona (11).
Hoy podemos ser capaces de inclinar la balanza. Nuestra influencia podría ser decisiva en estos comicios ¡y llegaría para quedarse! Las campañas en Estados Unidos a partir de hoy deberían contemplar el diálogo con comunidades específicas.
La articulación de guerrerenses y oaxaqueños podrá orientar el resultado de Nevada; la organización de zacatecanos y jaliscienses el de Arizona; la participación de guanajuatenses y michoacanos el de Colorado. Por cierto, un dato por más ilustrativo: todos éstos, son estados “mezcaleros”.
Así que podemos generar todo un Efecto Mezcal en las elecciones, y más allá. Los mexicanos organizados pueden, a partir de su impacto el próximo martes, ejercer por primera vez una capacidad sustantiva contundente para influir en la agenda migratoria, comercial, y muchas otras políticas públicas en el gobierno entrante.
Estamos a tiempo de detener las aspiraciones presidenciales de Donald Trump. Hoy cada voto de los nuestros sí cuenta, y vaya que es capaz de inclinar balanzas. Evitemos una pesadilla que puede durar por muchos años.
#DilesQueVoten a todos tus conocidos, familiares y amigos. Quienes tengan la oportunidad de asistir a las urnas en Estados Unidos que no duden, porque hoy se trata también, de elegir en gran medida el futuro que queremos para México.
