El senador Luis Sánchez llama parar la ronda de licitación de Pemex como medida para revertir la política energética


Existen elementos para revertir la actual política energética que vulnera la soberanía, indicó el Senador Luis Sánchez Jiménez al intervenir como ponente en el VI Seminario sobre Seguridad Energética y Cambio Climático, titulado “Nuevo orden petrolero Mundial en la Era del Presidente Donald Trump. Riesgos y Oportunidades para México”, realizado en este recinto senatorial.

 

Sin embargo, mostró su preocupación por que sea Luis Videgaray el responsable de la negociación, ya que en su momento fue el artífice de la Reforma Energética, su aprobación y aplicación.

 

“Es el verdadero mandamás de este país”, aseveró.

 

Luis Sánchez indicó que producto de la Reforma Energética, tenemos las rondas licitatorias de todo lo que hay de petróleo. “¿Si les paramos las rondas de licitación?”

 

Subrayó que con esta medida afectaríamos a los petroleros de EU, si posponemos las rondas de licitaciones, que no afecta a ninguna empresa, “esa sola una medida”.

 

Por ejemplo, Exxon tiene pendiente firmar con México una licitación que ganó. “¿Si la suspendemos? Podemos hacerlo”, acotó.

 

Sánchez Jiménez indicó que tenemos de hacer valer en México, la fuerza que tenemos como país productor de petróleo, pero mostró sus dudas: “no se hace, ni creo que se haga”.

 

En su exposición, el senador recordó: tenemos la amenaza de Trump de la construcción de un muro y de aumentar impuestos.

 

Dice el republicano que el muro lo paguen los narcos, “¿qué, les van a poner impuestos?”, cuestionó Luis Sánchez.

 

En otra parte de su exposición Sánchez Jiménez planteó los siguientes cuestionamientos:

 

“¿Podemos seguir dependiendo de las importaciones de gasolinas, diésel, gas natural y LP sin poner en riesgo la seguridad energética de México?, ¿qué debe hacer México?, ¿depender de las importaciones de gasolinas sin poder controlar precios internacionales ni la paridad del peso con el dólar, o invertir en las refinerías y crear otras más?”.

 

El senador mexiquense explicó que países no productores de petróleo como India, Corea del Sur y Japón decidieron hace varios años convertirse en procesadores y refinadores de petróleo y ahora son verdaderas potencias exportadoras de derivados refinados, garantizando su abasto nacional.  Ellos no son productores. Aquellos no hicieron nada de eso.

 

Subrayó: sí hay alternativas y sí es posible hacer las cosas de otro modo.

 

Luis Sánchez indicó que en el nuevo escenario de precios fijados por el libre mercado y ante el acoso del nuevo gobierno estadounidense, cobra mayor interés construir nuevas refinerías en nuestro país. “De hecho, el terreno en Tula, Hidalgo, sigue ahí, con su barda perimetral y listo para comenzar a construir”.

 

En 2014 el gobierno de Peña Nieto canceló definitivamente la creación de la nueva refinería en Tula, derivada de los acuerdos de la Reforma Energética de 2008, generando un daño patrimonial por más de 6 mil 200 millones de pesos. No se consideró ningún proyecto alternativo y en su lugar se continúo con la importación de gasolinas, expuso.

 

Indicó que “vender petróleo y comprar gasolinas, en efecto, es como vender limones y comprar jugo de limón. No es una buena estrategia”.

 

Recordó que antes de la Reforma Energética, los privados no podían importar gasolinas, ni almacenar, ni transportar y tampoco comercializar estos combustibles.

 

Todo esto es posible por la Reforma Energética. La llamada “apertura de las gasolinas” está contenida en la Ley de Hidrocarburos y originalmente tenía contemplado que esto ocurriera en el 2018, pero se adelantó un año, para enero de 2017, como también se adelantó la entrega de permisos para que privados puedan importar gasolinas y diésel, que se otorgaron desde 2016, explicó Sánchez Jiménez.

 

“Esto es oportuno, porque nos insisten que no es producto de la reforma, y claro que sí lo es”, acotó.

Sin embargo, una a una, las decisiones del Gobierno Federal respecto a la dependencia energética ponen en riesgo la seguridad nacional, denunció Luis Sánchez.

 

Dijo que “la demanda de gasolina en México es de las más altas en el mundo y crece a un ritmo de 6 por ciento anual. Ya sea con relación al parque vehicular nacional o bien, medido en forma per cápita, en nuestro país se realiza un consumo mucho mayor que en otros países como Alemania, Chile o Brasil”.

 

En sus exposición, detalló la falacia del aumento en los combustibles: “en diciembre de 2012 el precio era de 10.81 pesos a paso 16.33 pesos por litro, actualmente en la Ciudad de México”.

 

“En cambio, los precios de la gasolina regular en la costa del Golfo en los Estados Unidos han variado en proporciones muy reducidas. La gasolina regular se cotizó, en octubre pasado, en un promedio de 2.02 dólares el galón, en noviembre bajó a 1.95 y en diciembre se volvió a colocar en 2.02 dólares, lo que representa una fluctuación de 2 a 3 %. Estos precios equivalen a 10.8 pesos por litro al público, y son de los más bajos en los últimos cinco años, pues como sabemos estamos viviendo una fase de precios bajos en el mercado internacional del petróleo”.

 

Entonces, no hay razón para argumentar que los precios de las gasolinas se tienen que aumentar porque hay un incremento internacional de los precios del petróleo, indicó Luis Sánchez.

 

Subrayó: “es mentira que el alza de precios a las gasolinas no tenga que ver con la Reforma Energética. Los beneficiarios no serán los consumidores nacionales sino un puñado de inversionistas a los que se les protege desplazando a Pemex de este mercado, limitando su producción de gasolinas y generando condiciones artificiales de mercado para garantizar las ganancias privadas”.

 

Pero existe otra mentira enorme: la del subsidio de las gasolinas, criticó Luis Sánchez.

 

En primer lugar, el decreto de presupuesto federal para el ejercicio 2016, no contiene ninguna partida para el subsidio a las gasolinas de consumo general. La ley de presupuesto, en sus artículos 74 y 75, ordena que los subsidios deben estar contenidos explícitamente en el presupuesto. De tal modo que si no existe registro del subsidio a las gasolinas en el mencionado decreto, legalmente no existe subsidio alguno.

 

Por eso, cuando el presidente pregunta “¿qué hubieran hecho? Pues la primera respuesta es que los precios de las gasolinas deben regresar al nivel que tuvieron en diciembre de 2016, porque no hay subsidio y no se justifica el aumento según sus argumentos”, dijo. Tampoco existe en el 2017. “¿A que 200 mil millones de pesos se refiere?”

 

“No se ha muerto la otra gallina, por más que hayan apretado el pescuezo”, finalizó.

 

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