El Estado tiene el deber de ejercer su rol soberano para garantizar la diversidad cultural y el pluralismo comunicacional


Iris Mendoza

Intervención de la Senadora Iris Vianey Mendoza Mendoza, del Grupo Parlamentario del PRD, durante la reunión de trabajo de comisiones unidas de Comunicaciones y Transportes; de Radio, Televisión y Cinematografía; y de Estudios Legislativos.

 

Iris Vianey Mendoza Mendoza (IVMM).  Muchas gracias, buenas noches a todas y a todos.

 

Vengo a razonar mi voto en razón de dos motivaciones específicas. Una tiene que ver con el detalle del dictamen que nos ha llevado ya bastantes horas de estas estudiando y otra tiene que ver con el procedimiento.

 

Es una decisión personalísima con respeto a mi grupo parlamentario y al resto de los legisladores de las diferentes comisiones.

 

Como senadora de la República integrante del Grupo Parlamentario de la Revolución Democrática debo expresar, primero, mi satisfacción por concretar una reforma de las principales en nuestro país y que ha sido un reclamo ya por muchas generaciones y hoy por un vasto sector sin duda de las mayorías de la sociedad mexicana.

 

La reforma constitucional y hoy en su legislación secundaria en materia de telecomunicaciones y radiodifusión urge que se resuelve más no en esta condición.

 

Debo decir también que en el procedimiento en el que ha sido complicado el debate al que me he opuesto incluso en el acuerdo que las mayorías tomaron, tenemos que participar y hacer un posicionamiento en lo general.

 

Debo decir que este acuerdo de algunos integrantes de las mesas directivas va contra el Reglamento del Senado y que sin embargo, como abogada, conozco a detalle también que el pleno subsanará en su momento este vicio de origen en el procedimiento, en lo que es este procedimiento de debate legislativo.

 

Hemos considerado ya varias opciones y también conocemos la posición de la Corte al respecto. Es el pleno quien ha subsanado en otros momentos y subsanará en este detalle de la convocatoria de la falta de oportunidad de debatir en lo particular este dictamen.

 

Afirmo también que lo conocí tarde, el dictamen, más sin embargo no me parece una mala reforma. En la Constitución trasciende parte importante de esta reforma y sabemos que es de gran calado, pues pocas propuestas de legisladores comprometidos de sectores de la sociedad civil, que durante los últimos  años vienen luchando en este tema.

 

De cara a la convergencia tecnológica, el Estado debe garantizar de inmediato y de manera efectiva el derecho a las comunicaciones, entendido como el derecho fundamental que tiene toda persona para acceder igualitariamente a las nuevas tecnologías.

 

El Estado tiene el deber también de ejercer su rol soberano para garantizar la diversidad cultural, el pluralismo comunicacional. Ello implica asegurar también la igualdad de oportunidades para el acceso, la participación de todos los sectores de la sociedad a la titularidad  y a la gestión de otros servicios de difusión.

 

Indudablemente que la iniciativa contiene principios fundamentales que se orientan en este sentido. Sin embargo, afirmamos en su momento durante el procesamiento de la reforma constitucional, que era un piso mínimo para transitar hacia un régimen jurídico para la radiodifusión de las telecomunicaciones que verdaderamente garantice su función como servicio público. Como un servicio público esencial para la sociedad y el fortalecimiento de la democracia

 

Debo mencionar una palabra que un compañero en algún momento dijo, y que considero que las mayorías hemos dejado de lado: la globalización. La globalización en la que estamos inmersos y que ya nos alcanzó, con sus pro y sus contra, y de ellos hablaré al final.

 

Dijimos en aquel entonces: en ningún momento nuestra propuesta es negociable hacia abajo. Eso dijimos el Grupo Parlamentario del PRD. Se trataba de robustecerla y no de retroceder.

 

La Ley Secundaria regula hoy dos sectores: las telecomunicaciones y la radiodifusión.

 

Pero en ambos sectores de servicios, tanto en radio, televisión abierta, en radiodifusión, en televisión restringida o por cable, el Internet, la telefonía fija, telefonía celular, en general las telecomunicaciones, la Constitución se reformó con una clara disposición de enfrentar no sólo a poderes fácticos sino a la actualidad de nuestros tiempos y es a lo que quiero referirme.

 

Más allá de los intereses que quienes estamos aquí representamos, y me refiero al pueblo, a nuestra gente, a los estados, incluso aquellos intereses de origen que algunos legisladores tienen y han sido señalados por ello, hay que privilegiar la condición del tiempo en el que vivimos.

 

La cancha debe ser pareja para todos; no perjudicar pero tampoco beneficiar a nadie, a nadie en lo particular.

 

Más de 10 años llevan ya los pueblos indígenas esperando que se reglamente su derecho para acceder directamente a frecuencias del espectro radioeléctrico y no se concede de facto aunque hemos logrado un avance importante.

 

¿A caso se requeriría un procedimiento en vía de acción afirmativa para que los pueblos originarios, que no deberían ser restringidos a un segmento de banda como hoy se restringen para que tengan acceso a lo que establece nuestra Constitución?

 

En nuestro posicionamiento de origen hablábamos de un tercio que por derecho merecen y celebro, y afirmo, y aprovecho para destacar la participación y agradecer a mi Coordinador del Grupo Parlamentario, que hasta el último momento ha estado insistiendo.

 

Celebro también la modificación que voté a favor del Dictamen en el Artículo 90, donde se da un paso importante a los medios indígenas, comunitarios y públicos, a quienes debe reconocerse su derecho pero además los patrocinios para que puedan comercializar el tiempo para su financiamiento.

 

Como sucede en todo mundo democrático, como lo dispone la Constitución, pero como además lo establecemos en la Reforma, donde además el Gobierno Federal se obligaría a proveerles de los medios necesarios para la realización de sus actividades.

 

Debo entonces agregar, por ser mi convicción, que se avanza en un sentido en esta Iniciativa y mencionar algunos puntos –espero no repetir algunos de los que ya se mencionaron–, algunos puntos importantes:

 

Se avanza en un sentido al menos en los siguientes aspectos:

 

En definir a las telecomunicaciones y a la radiodifusión como servicios públicos de interés general.

 

En la creación de dos órganos constitucionales autónomos con personalidad jurídica, patrimonio propios para regular las telecomunicaciones, la radiodifusión y la competencia económica.

 

Destacar que se le reconoce al Instituto Federal de Telecomunicaciones como autoridad en materia de competencia económica y de dichos sectores.

 

La creación de un organismo público con autonomía técnica, operativa, de decisión, de gestión para operar sistemas de radio y televisión, asignados al Gobierno Federal, expresando que la ley particular deja aún mucho por hacer en ese sentido.

 

Ese es uno de los aspectos frágiles del dictamen y que también nos preocupan. Nos preocupan a quienes sí nos interesa que no se haga apología del delito desde las series televisivas, desde los narcocorridos, la narcocultura y lo que hoy vemos en televisión.

 

Se concreta un marco normativo convergente para regular las telecomunicaciones y la radiodifusión, cosa que en otros momentos no vislumbrábamos y que hoy vemos concretado.

 

Una de las primeras y, sin duda, avanzado acierto de esta reforma, es la convergencia plena y que se establezca la concesión como figura jurídica habilitante única; es decir, concretamente una sola figura de autorización para preestablecer los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones. La concesión, que podrá ser de uso comercial, público, social o privado, terminando con un largo periodo discriminatorio hacia los medios comunitarios, indígenas y de carácter público.

 

Se regulan de forma precisa los servicios conocidos como must carry must offer, de las señales radiodifundidas de manera gratuita en forma íntegra, simultánea y sin modificaciones; así lo establecimos nosotros y seguiremos debatiendo mañana y hoy, ya que no será posible en lo particular.

 

Por último, y voy al razonamiento de mi voto, en razón de que vivimos un tiempo de inmediatez; y con esto también me dirijo a los chicos que hoy trataron de manifestarse y protestan afuera, en las calles, también a quienes los invitaron que, más allá de que estén adentro o estén afuera, ya tienen una posición al respecto, una posición ya sea personalísima o política.

 

Debo decir que estos tiempos de inmediatez nos obligan a ir aprisa, lo que nos ha obligado en este momento a aceptar el debate tal cual nos lo han planteado. Y esto no sólo ocurre en las Cámaras de esta Legislatura tan reformista, ocurre en la vida; hoy lo que se dice en 140 caracteres, depende de quién lo diga y qué tantos retwitts tenga, es una verdad plena, y no debería ser así.

 

Por eso la izquierda exige el debate, el debate amplio y a detalle, porque el simple hecho de leer 150 caracteres, cosa que agradecemos los medios y técnicas de la información de las que hoy tenemos acceso y podemos utilizar, no nos da la oportunidad de leer a fondo y conocer una nota plena. Así también, hoy discutir este dictamen sobre las rodillas y de esta manera, creo que nos mete en esta situación de inmediatez.

 

Sin embargo, sostengo que no es malo, que es más de lo que muchos esperábamos en otro momento; y me gustaría saber –y volviendo al tema de la globalización– si respecto de la gente que está afuera, que nos está viendo, que nos está escuchando y pensando en la globalización, ¿si han hecho un juicio ya del por qué de estas y otras reformas?

 

Lo dije hace un año y todas estas reformas pasan precisamente por el TPP, por el Tratado Transpacífico, nos están en este momento enrutando, como país, a homologar nuestra legislación en prácticamente todo.

 

Y todavía falta, desde lo que fue la Reforma Educativa, que fue más laboral que educativa, desde la Reforma Laboral, lo que vimos en la Energética, lo que estamos viendo hoy, lo que veremos mañana y las reformas que continúan; va nuestro país en una ruta de homologar su legislación totalmente para ser parte del Tratado Transpacífico. Esos son los grandes temas de la nación.

 

Pienso que la juventud debe estar alerta, la izquierda también; y aunque aquí muchos representen intereses de grupos de poder o se manejen recursos en las Cámaras para obtener tal o cual resultado. Quienes están afuera tienen siempre una visión más clara y deberían en este momento –creo yo– detenerla. Nuestro trabajo aquí es venir a representar la posición política de quienes nos pusieron en este lugar.

 

Por último, me gustaría comentar que hoy que estamos sobre la marcha resolviendo temas, pero debemos estar aportando, haciéndonos escuchar, como lo ha hecho nuestro grupo parlamentario, en un dictamen en el que reconozco muchas cosas buenas que no esperábamos y reconozco que le falta mucho. Mi voto debe ser en abstención.

 

Primero, para que quede claro que protesto por la violación al reglamento y la celeridad con la que estamos debatiendo. Segundo, porque reconozco que la autonomía del Pleno puede, en su momento, subsanar los vicios del procedimiento. Y, tercero, porque es momento de que fijemos una posición que vaya más allá de estar a favor de un grupo político, de un grupo monopólico o de un grupo de interés.

 

Una posición real y clara es que efectivamente la globalización nos alcanza y sí, este nuevo gobierno nos empuja en la ruta de las reformas, porque estamos ya sobre un tratado a quien nadie le ha puesto atención.

 

Mi voto, en este sentido, con todo respeto a mi grupo parlamentario y a mis compañeros de la Comisión, bajo este razonamiento, con plena libertad y reconociendo que la felicidad y la dignidad del pueblo tiene que ir de la mano con la justicia social, sobre todo en acceso a la información, es en este momento para abstenerme de votar este dictamen que conocí tarde, que me ha costado demasiadas horas de esfuerzo y de sueño identificar a detalle los cambios y que considero es la mejor posición, en lo personal.

 

Muchas gracias y buenas tardes.