Cuestiona Rabindranath Salazar participación de fuerzas armadas mexicanas en el extranjero cuando son más necesarias en México


Rabindranath Salazar

Intervención en tribuna del senador Rabindranath Salazar Solorio, del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar posicionamiento en el marco de la comparecencia del Secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade Kuribreña, como parte de la glosa del Segundo Informe de Gobierno.

 

Rabindranath Salazar Solorio, (RSS): Muy buenas tardes, señor Secretario bienvenido al Senado de la República, con el permiso del presidente, de la Mesa Directiva.

Corresponde a este Senado de la República, el ejercicio del mandato otorgado por el Constituyente Permanente, de analizar la política exterior de nuestro país; la cual es de vital y absoluta importancia en virtud de que ese fue el esquema de contrapesos y en el que se materializa la división de poderes.

 

Es así que esta comparecencia se lleva a cabo con estricto cumplimiento con lo que establece el segundo párrafo del Artículo 69 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

 

Señor Secretario, las y los senadores celebramos que exista la republicana posibilidad de llevar a cabo este intercambio y esperamos que en las coincidencias sigamos avanzando, sobre todo en la consolidación del papel de México en el exterior y en la divergencia, escuchemos e intercambiemos en un marco de respeto e institucionalidad, las distintas visiones de lo que debe contener una activa y decidida política exterior para los próximos años.

 

Es preciso reconocer que este ejercicio todavía dista mucho de ser el de rendición de cuentas y diálogo republicano que contempló el constituyente en su diseño, sobre todo porque a lo largo de los casi dos años de este gobierno, la conducción de la política exterior ha sufrido una excesiva y evidente presidencialización, dejando de lado a este Senado en asuntos de su incumbencia, al tiempo que la agenda de nuestro país en la materia ha ido abandonando el posicionamiento de los principios rectores de política exterior que tanto prestigio le dieron a México, para transitar a una agenda en su mayoría de relaciones e intercambio comercial.

 

Y afirmo lo anterior porque de las 50 páginas que abordan los contenidos de política exterior en el Informe, 34 de ellas dan cuenta de acciones de intercambio y cooperación únicamente en lo económico y comercial; el fortalecimiento de los lazos comerciales y de relación meramente pragmática y pecuniaria ha subordinado a toda una tradición plasmada en los principios rectores de nuestra política exterior; es el cálculo económico por encima de la labor política.

 

Esa subordinación de la política exterior a lo meramente económico tuvo como consecuencia el abandono de temas con alto sentido social y político como el de la protección y defensa de los derechos humanos de las y los mexicanos en el exterior.

 

Resulta lamentable que al gobierno Federal le haya preocupado más el diseñar y consolidar toda una estrategia de petróleo-diplomacia para contar con el palomeo de los intereses extranjeros a su reforma energética, que el construir políticas públicas cuya consecuencia fuese la de la protección a los casi doce millones de mexicanos que se encuentran dispersos en el mundo y mayoritariamente en los Estados Unidos de Norteamérica.

 

Ese desprecio es evidente desde el momento en que se realiza una consulta vía internet al sitio del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, que por cierto depende de la Secretaría de Relaciones Exteriores y uno encuentra solamente cifras del año 2012; es decir, con información de casi tres años de atraso, lo que nos lleva a pensar que desde que este gobierno inició, no se ha movido un solo dedo para saber o simplemente no les interesa el número exacto de mexicanas y mexicanos que se encuentran en otros países.

 

Al inicio de este gobierno, el Presidente anunció con bombo y platillo todo un relanzamiento de la política migratoria, particularmente cito lo que en su momento se mencionó:

 

“Se relanzará y articulará, como estrategia de Estado, el proyecto de Institutos de México en el mundo, aumentando su número, sus programas y alcances, para difundir nuestra cultura en el exterior.” Compromiso 20 del Pacto por México.

 

Asimismo, mencionó que:

 

 “Se ejecutará una política migratoria que defienda la decisión de migrar como un derecho humano. Por lo tanto, se defenderán los derechos de los migrantes mexicanos en el exterior, luchando en contra de su criminalización, y se implementará la misma política para los migrantes extranjeros en nuestro país”. Compromiso 30 del Pacto por México

 

Sin embargo, no vislumbramos un interés por establecer una agenda desde lo nacional a fin de perfeccionar acciones en materia de protección y asistencia a los mexicanos en el exterior, por ello, aunque reconocemos el nivel de eficacia de la política consular de los últimos años, el apoyo que los mismos brindan a los connacionales no debe agotarse únicamente en programas anuales o en estadísticas con cierto triunfalismo, no olvidemos que aunque se atienden y resuelven la mayoría de los casos, aún hay una gran cantidad de mexicanas y mexicanos quienes por diversas situaciones no encontraron respuesta por parte del gobierno Mexicano.

 

No vemos, ni en las cifras ni en los hechos, lo que tan optimistamente anunciaba el Gobierno Mexicano como el “empoderamiento del mexicano en el exterior”.

 

Esa razón fue por la que el de la voz presentó en su momento, una Iniciativa de Ley de Atención y Protección de las y los mexicanos en el Exterior a fin de que la eficacia de la política consular y el apoyo que los mismos brindan a los connacionales no se agote únicamente en programas anuales cuya permanencia dependa de la visión individual de quien o quienes tengan a su cargo la decisión de su implementación, por el contrario, datos como los que se mencionan en el Informe motivo de esta glosa, justifican plena y contundentemente la necesidad de elevarlos a rango normativo y consolidando su existencia y naturaleza jurídica.

 

Además se debe, fortalecer el diálogo bilateral entre México y Estados Unidos para la protección de los connacionales en la frontera norte y demostrarle al pueblo de México mediante hechos la protección a sus derechos fundamentales como la vida, la integridad y la dignidad humana.

 

Sin embargo, se es omiso en el tema, ya que durante la reunión del ejecutivo con el presidente Obama, en mayo de 2013, los gobiernos de ambos países anunciaron el establecimiento de nuevos mecanismos de diálogo y coordinación: el dialogo económico de alto nivel y el foro bilateral sobre educación superior, innovación e investigación, mecanismos en los que quedó totalmente ausente el tema migratorio de la posible regularización de la instancia migratoria de 5.9 millones de mexicanos.

 

Nos preocupa también, señor Secretario, la falta de una política exterior diversificada con énfasis en el reposicionamiento de nuestro país en la región; ya el año pasado mis compañeros senadores comentaban, precisamente en el marco de su comparecencia, la necesidad de voltear a ver a Latinoamérica como una posibilidad de desarrollo y no concentrar nuestras relaciones únicamente en lo económico con Estados Unidos; fue precisamente ese abandono de la región lo que ha venido generando que el liderazgo que durante décadas ostentó México, hoy lo tengan nuestro hermanos brasileños.

 

Hemos preferido alinear nuestros intereses a los del vecino del norte en lugar de disminuir su injerencia para poder construir coaliciones de desarrollo regional; no es en vano nuestra afirmación de que las acciones de este Gobierno como la entrega del petróleo y de la soberanía energética, fueron palomeadas y sobre todo avaladas en el norte del continente.

 

En este sentido, nos preocupa la presión del exterior para que México realice acciones que no corresponden a su emblemática tradición no intervencionista, como el anuncio, que ya se comentó en esta tribuna, del Presidente Peña Nieto del pasado 24 de septiembre, en el marco del sexagésimo noveno periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU en donde mencionó la participación de México en las Operaciones de Mantenimiento de la Paz que involucran, por la naturaleza de las mismas, el ejercicio del orden coactivo en aquellas regiones en donde se lleve a cabo.

 

Las operaciones que los llamados “cascos azules” desarrollan, están llenas de complejidad y en no pocos casos involucra el mantenimiento del orden a través de la coacción, aunado al hecho de que la mayoría de los mexicanos no coincide con la participación de las fuerzas armadas en este tipo de actividades.

 

Por ello señor Secretario le pregunto: ¿En verdad es indispensable la participación de las fuerzas armadas en las actividades de los “cascos azules” cuando en nuestro país su trabajo se ha vuelto prioritario en labores de cuidado y protección al tejido social, en el mantenimiento del Estado de Derecho y con su participación en la atención de desastres naturales.

 

Sobre todo ahora, con un gobierno totalmente ausente en la prevención, descoordinado y falto de visión de una cultura de la Protección Civil y que en solo dos años ha tenido más defunciones por huracanes que en la última década? ¿Con todo esto, no es claro que el papel de las fuerzas armadas es mucho más necesario en su propio país que en otros?

 

Es necesario que se conozca que en los últimos años los cascos azules han realizado acciones en 16 territorios, de los cuales sólo en dos de ellos existe ayuda humanitaria, Haití y Sahara Occidental, lo cual denota operaciones bélicas en casi la totalidad de sus intervenciones.

 

Por ello, vale la pena mencionar que hace unos días, mi compañero, el Senador Zoe Robledo, presentó una iniciativa que reforma ciertos tramos de la Constitución a fin de regular este tipo de pretensiones y evitar, pretender quedar bien en el exterior con lo que se necesita en el propio país.

 

Nuestro país se ha pronunciado en contra de la intervención y no ha apoyado a las Operaciones de Mantenimiento de la Paz que se realizan sin el consentimiento de las partes en controversia.

 

Este intervencionismo, aunque es legal en términos de las normas internacionales, puede provocar no nada más el control y el mantenimiento de la paz sino que, por el contrario, representa una de las formas más sencillas en que las potencias mundiales logran alcanzar sus propios intereses acrecentando la posibilidad de un conflicto mayor.

 

La función específica del poder legislativo, concretamente del Senado de la Republica, es la de ser un contrapeso de las decisiones tomadas por el del poder ejecutivo.

 

En ese entendido, el titular del Ejecutivo Federal deberá solicitar al Senado la autorización para que personal militar mexicano participe en una Operación para el Mantenimiento de la Paz, con el fin de garantizar que esta participación sea acorde con nuestra política exterior, cuyos preceptos han sido el respeto a la autodeterminación de los pueblos, la resolución pacífica de los conflictos y la no intervención.

 

Sin embargo, esta cooperación que ofrece el ejecutivo, tendrá que acompañarse obligadamente de acciones al interior que sean congruentes con nuestros nacionales en el exterior, y con nuestros visitantes, turistas residentes o viajeros de negocios.

 

La  participación de México en acciones humanitarias y de conservación de paz, implica el respeto a los derechos humanos en nuestro territorio, no podemos ser candil de la calle y obscuridad en la casa, la cancillería debe redoblar los esfuerzos en aquellos casos en que se ponga en riesgo las relaciones diplomáticas de nuestro país,  como es el caso del asesinato en 2010 del activista de derechos humanos, el Sr. Jyri Jaakkola, de origen finlandés, y de la activista mexicana Alberta Cariño,  en San Juan Cópala Oaxaca, cuyo caso, hasta el día de hoy, sigue impune.

 

Por lo anterior, si el Estado mexicano decide participar en Operaciones de Mantenimiento de la Paz en el extranjero, antes de hacerlo deberá demostrar que son capaces de respetar los Derechos Humanos dentro de nuestro país y que es un estado que protege a sus connacionales dentro y fuera de su territorio, a través de políticas, mecanismos y procedimientos legales e institucionales acordes con el mundo global, que garantiza el respeto a los derechos humanos en la frontera sur, y que responde a sus deberes de prevenir, investigar y sancionar las violaciones a derechos humanos tanto de mexicanos como en este caso de extranjeros dentro de su jurisdicción, deuda hasta el momento pendiente.

 

En otro orden de ideas, llama la atención que en el Informe que se nos remite por parte del Ejecutivo, solamente se hace referencia en dos párrafos a las acciones llevadas a cabo a fin de optimizar el Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea.

 

Sin embargo a 14 años de su existencia, los beneficios de la relación económica siguen sin permear en las bases sociales, a pesar de que se ha venido planteando con cada vez más fuerza la necesidad de hacer una revisión a fondo del mismo, ahora sí con la participación del Poder Legislativo y la sociedad civil y no solo a través de un “grupo de negociadores”, lo que nos lleva a pensar que esto seguirá igual por generación.

 

Ahora bien, en lo referente al fortalecimiento del Servicio Exterior Mexicano, desde hace un año se hizo mención de la necesidad de ampliar nuestra red de representaciones diplomáticas en el mundo, sobre todo porque en un simple ejercicio de comparación, mientras Brasil tiene 135 Embajadas o la India tiene 154, nuestro país únicamente tiene 78, sumando ya las recientes aperturas en Ghana, Qatar y Noruega; sin embargo, no vislumbramos en el corto plazo una estrategia por parte del Gobierno Mexicano para ampliar de manera significativa esta red, solo esfuerzos a cuentagotas;  asimismo, aunque tomamos nota de los concursos públicos generales de ingreso al Servicio Exterior Mexicano para que nuestro país cuente con por lo menos otros 30 ciudadanos que formen parte de la rama Diplomático-Consular, vemos que queda aún pendiente la problemática de quienes ya han pasado a formar parte de un esquema de jubilación y que no reciben por ley un apoyo económico digno y suficiente.

 

Por parte de este Senado ya hemos presentado una Iniciativa de reformas a la Ley del Servicio Exterior Mexicano a fin de que se les mejoren por mandato normativo sus condiciones de retiro.

 

No podemos dejar a un lado, algo que ya se ha mencionado también en este Senado, las declaraciones hechas el día de ayer por el Subsecretario para asuntos multilaterales y Derechos Humanos, Juan Manuel Gómez Robledo, sostiene que se deben quitar de la Constitución los principios de la política exterior del país o al menos dejar de concebirlos como una camisa de fuerza que impida al país abrirse más a la cooperación internacional, especial atención debe esta afirmación, esta es la semilla que se pretende dejar para en lo futuro dejar la política exterior en manos del Ejecutivo sin el limite constitucional y los contrapesos que el senado de la república aporta a la democracia en nuestro país, una clara evidencia de evitar en estos casos la autorización de los parlamentarios en asuntos de política exterior, centralizar facultades la intención de esta declaración, asunto por demás preocupante.

 

Señor Secretario:

 

Un segundo informe de gobierno ya abarca un periodo suficiente para vislumbrar el desarrollo de la política exterior de todo lo que resta del sexenio y hasta ahora lo que vemos con preocupación es, precisamente, que la conducción de la misma se ha dado únicamente bajo la lógica de supeditar lo político y lo social a lo económico, con énfasis en la constante búsqueda del palomeo a cambio de la entrega gradual de aspectos que conforman nuestra soberanía e identidad.

 

Las y los senadores del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática queremos que México recupere el liderazgo que nos ha caracterizado y que no solo se hable “del momento de México”, queremos que siempre sea el momento de México y en ello, forzosamente la conducción de la política exterior es fundamental, sin embargo esto solo se dará cuando se haga de ésta, una política de Estado, no necesitamos más de la vergonzante sumisión a cambio de las eternas promesas de apoyo norteamericano que nunca son realidad.

 

Es cuanto