Costo de gasolina internacional con salario de miseria; pérdida de soberanía e incremento, resultado de la Reforma Energética: LSJ


Para el senador Luis Sánchez Jiménez, la decisión del Gobierno Federal de adelantar la liberación de los precios de las gasolinas, además de su impacto inflacionario injustificado en la economía nacional, acaba con la soberanía energética de la que gozó el país, todo en el contexto de una de las peores crisis económicas que se tenga memoria.

 

Este golpe a la Autodeterminación Nacional comenzó con la Reforma Energética aprobada por el PRI y sus aliados en el PAN y en el Verde, que tienen una gran responsabilidad en los momentos que hoy padece toda la República, afirmó en entrevista Sánchez Jiménez.

 

Lo que vive México es uno de los episodios más oscuros en su historia, estamos presenciando cómo se atan los precios de los combustibles a los designios del mercado de hidrocarburos de Texas, región que toma como indicador para fijar el costo de las gasolinas, más la enorme carga tributaria a la que han sido sometidos, explicó el senador mexiquense.

 

Sánchez Jiménez detalló los criterios para la imposición de precios de las gasolinas por parte del Gobierno Federal a través de sus indicadores aprobados por la Secretaría de Hacienda:

 

«Una referencia internacional que será un promedio del precio spot de la gasolinas menor de 92 octanos (equivalente a la magna), igual o mayor de 92 octanos (Premium) y el diésel que se registre en el sur de Texas (Houston), y que se publica en Plats US MarketScan, en USc$/galón».

 

Además de los costos de la logística de transporte y almacenamiento (CL), del punto de origen al destino y, los costos de distribución (CD), enumeró Sánchez Jiménez.

 

Por si fuese poco, resulta que el incremento a las gasolinas es inconstitucional dada la diferenciación en el cobro del impuesto a cada una de ellas:  no parece justo que al combustible más barato – magna- que consumen los vehículos más baratos, es decir las personas de menores ingresos, se le imponga un impuesto más alto (26.9% al litro), respecto del combustible más caro –Premium- (24.7%) que es consumido por los automovilistas con vehículos más caros; y menos aún que los transportes de carga y pasajeros, que usan diésel, se les imponga la tasa más alta de todas: 31.8%.

 

¿Dónde quedaron los principios de equidad y proporcionalidad en el cobro de impuestos que establece el artículo 31 constitucional?

 

Subrayó el senador perredista que el plan original aprobado por el PRI, el PAN y el Verde era liberar los precios de las gasolinas hasta el 2018, pero en el peor momento de la economía nacional, con un crecimiento del PIB menor al 2 por ciento y una inflación del 4 por ciento, el Gobierno Federal decide abrir al mercados estos hidrocarburos con la clara intención de beneficiar a los privados que vendrán a vender las gasolinas.

 

A todo lo anterior, hay que sumar el cambio de gobierno en los Estados Unidos, por lo que estos hechos descritos por sí mismos, definen los desatinos de la administración de Peña Nieto.

 

Para el mexiquense, ninguno de los argumentos esgrimidos por las autoridades para justificar el alza de un 20 por ciento en el combustible se justifica.

 

Ni el «mal tiempo de Tuxpan» por donde entran los combustibles, ni el robo de combustible, ni las variaciones inflacionarias del Golfo en los Estados Unidos, como dicen la Sener y Pemex, dijo Luis Sánchez.

 

Explicó, que el aumento drástico e injustificado de casi un 20 %, a los precios de las gasolinas es totalmente desproporcionado respecto a los precios de la gasolina regular en la costa del Golfo en los Estados Unidos, que han variado en proporciones muy reducidas. La gasolina regular ahí  se cotizó, en octubre, a 2.24 dólares el galón, en noviembre pasó a 2.18 y en diciembre a 2.25 dólares, lo que representa una fluctuación de 2 a 3 %.

 

Sánchez Jiménez recordó «en diciembre de 2013, antes de la reforma energética, el tanque (50 litros) de un automóvil se llenaba con 606 pesos, porque el litro de gasolina magna costaba 12.13 pesos. En diciembre de 2017, el mismo tanque se llenará con 800 pesos, 32 % más. Por su parte, el salario mínimo en el mismo lapso habrá crecido 19 %. Se presume que la gasolina en México es más barata en comparación con otros países, pero no se considera que tenemos un salario mínimo de los más bajos de la OCDE, de miseria. De modo que la reforma energética será responsable de un mayor deterioro del bienestar de las personas de menores ingresos en el país».

 

Para Luis Sánchez el Gobierno de Peña Nieto «siempre ha mentido cuando se refiere a que la reforma energética traerá beneficios en los precios para los consumidores de gasolinas y diésel. La realidad es que las estimaciones de precios indican que  dependerán en gran medida del nivel que alcance el tipo de cambio, es decir, que la devaluación del peso influirá diariamente al precio de los combustibles; además de que el elevado Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) actualizado año con año con objetivos recaudatorios, no permite una baja del precio al consumidor, además de añadir el Impuesto al Valor Agregado (IVA)».

 

A pesar de la gran infraestructura existente para transportar almacenar combustibles líquidos de Pemex: 17 mil kilómetros de ductos, 89 estaciones de almacenamiento, 520 carros-tanques ferrocarril y, sobre todo, 1,485 autotanques o pipas, resulta insuficiente, porque nunca se le quiso invertir, denunció.

 

Por otro lado, para Luis Sánchez hay una deliberada determinación de dejar de producir gasolinas por parte de PEMEX. Ciertamente la producción de las refinerías mexicanas ha bajado y este año sólo promedian 333 mil barriles, que permiten abastecer al 40 % de la demanda; pero en años pasados, 2004 por ejemplo, lograron producir hasta 466.7 mil  barriles diarios, lo que significaría abastecer al 57 % de la demanda. Todo esto para argumentar la necesidad de importar combustibles y darles el jugoso mercado a empresarios amigos de los Pinos.

 

El senador perredista, abundó en el problema: «de pronto el mercado mexicano de gasolina aparece simplemente como un tomador de precios del mercado del sur de Texas. Esta decisión de la Secretaría de Hacienda es grave porque hará depender al consumidor mexicano de las eventualidades de otro país, que estructuralmente es deficitario en hidrocarburos y lo ha llevado a tener precios altos en sus combustibles».

 

Para Sánchez Jiménez, la Reforma Energética de Peña Nieto ha hecho perder al habitante de México la extraordinaria ventaja de que en su territorio existan grandes cantidades de hidrocarburos que le beneficiaron durante décadas, con menores precios relativos, y que lo deberían seguir beneficiando.

 

Ignorar la infraestructura de refinación con que cuenta el país esconde la decisión de cerrar, desmantelar, privatizar o simplemente continuar la política de no dejar invertir a Pemex para construir nuevas refinerías o dar mantenimiento profundo a los seis establecimientos que posee.

 

Por otro lado, para Luis Sánchez la desregulación del mercado mexicano de gasolinas perdió de vista que somos un país de más de 100 millones de personas, con ingresos per cápita muy reducidos. El incremento abrupto de las gasolinas, que son un insumo básico de todas las cadenas industriales, comerciales y de servicios, va a tener un efecto inmediato de alza sobre el sistema general de precios del país, es decir, será un elemento inflacionario que va a perturbar no sólo el equilibrio económico del país sino que va a vulnerar la economía de las familias, de todas, dijo.

 

Para Luis Sánchez tampoco se puede pasar por alto la inexperiencia de autoridades como las de la Comisión Reguladora de Energía, que con solo unos meses en el puesto, enfrentan un reto como el de la liberación de precios en gasolinas.

 

Por último, Luis Sánchez dijo qué sí en materia de extracción de petróleo, la reforma energética ha significado el regalo de la gran riqueza de nuestros yacimientos a manos extranjeras; en combustibles refinados, al igual que ocurrió en petroquímica, la reforma significará el regalo del mercado mexicano a unas cuantas empresas privadas, en su mayoría extranjeras, que se encargarán de su explotación rapaz porque no volveremos a ver gasolinas baratas.

 

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