Combatir una adicción con información y conexión / Excelsior


El debate sobre la regulación de las drogas se ha desatado en México, a partir del amparo promovido por cuatro personas de la asociación SMART, con relación a la mariguana, y que la Suprema Corte les acaba de conceder. En este momento, el tema está en la mesa y, ahora, ha pasado del Poder Judicial al Poder Legislativo.

En el interior del Senado, he promovido un punto de acuerdo para generar mesas con especialistas y sociedad civil para tener un debate amplio e incluyente, rumbo a la elaboración de leyes en esta materia. También suscribí la iniciativa de mi compañero, el senador Mario Delgado, para regular el consumo de la mariguana con fines terapéuticos y lúdicos.

Quiero enfatizar que mi interés en la regulación de las drogas se centra en el debate de fondo, acerca de los que significa una sociedad de derechos. Y, en ese sentido, mi aspiración como político es trabajar por un país donde las y los mexicanos quieran tomar sus propias decisiones, asumiendo las consecuencias. Que el gobierno responda confiando en la inteligencia de la gente, brindando información útil para cada circunstancia y actuando como un regulador fuerte y eficaz. Una política prohibicionista, en este u otro tema, es contraria a dicha aspiración. Por eso la rechazo.

Para dejar atrás la actitud de prohibir, es necesario atender, discutir y superar prejuicios que, las más veces, impiden nuestro avance como sociedad.

Detrás de una prohibición, queda atrapada la posibilidad de debatir sobre el verdadero fondo del asunto.

En cuanto a las drogas, el problema de fondo no son las sustancias en sí mismas, sino el abuso de ellas. Siempre habrá nuevas sustancias que prohibir, mientras no exista una regulación sólida y una inversión sin precedente para informarle al público en materia de prevención de adicciones, especialmente a los jóvenes. De ahí que haya llamado mi atención un video que circula en redes sociales (http://omeleto.com/217830/). Con base en experimentos realizados, el video cuestiona el origen de una adicción y arroja un argumento sugerente y provocador: como seres humanos tenemos una necesidad natural de conectar con otros y tener vínculos con nuestro entorno. Pero cuando no lo logramos, entonces nos conectamos con “algo” que nos dé una sensación de alivio: trabajo obsesivo, pornografía, videojuegos, apuestas o, justamente, ¡drogas!

Me parece clave considerar estos argumentos, mientras debatimos sobre la mejor forma de regular el mercado de las drogas en México y en el mundo. Insisto: más que prohibir, debemos apostar por brindarle a la gente la mejor calidad de información para que, así, pueda tomar las mejores decisiones posibles, mientras que el gobierno garantiza que se cumplan las reglas del juego.

Uno de los ejemplos más elocuentes sobre la prohibición de una sustancia, considerada como nociva para la sociedad, fue la del alcohol en Estados Unidos, a través de la famosa Ley Seca. Entre quienes la promovieron había muchas mujeres. De hecho, la organización Women’s Christian Temperance Union fue central para impulsar una Prohibición Nacional, imaginando que con ello se protegería a las familias de los efectos perversos derivados del abuso del alcohol. Pero la historia nos enseñó que no ocurrió así. Todo lo contrario. Luego de un par de años, se observaron “nuevos” patrones de consumo de alcohol (incluso en las mujeres), generándose un mercado negro cada vez más grande, poderoso y violento.

Si “prohibimos” las drogas, implícitamente, estamos permitiendo mercados negros, donde los precios son altos y las ganancias exorbitantes. Bajo ese formato, ni el consumo ni las adicciones tienen un control eficaz, ni una forma efectiva de ser prevenidos.

Cuando el Estado es incapaz de resolver una crisis, es porque la historia lo está convocando a evolucionar. Por ello, en los próximos debates sobre el tema de las drogas, insistiré en la búsqueda de un modelo que brinde la mejor información a la población para que cada uno pueda decidir y, así, se prevengan las adicciones. Un paradigma que, especialmente, nos arroje luz sobre lo que tenemos que hacer todos para vivir en sociedades cada vez más conectadas humanamente.

Twitter : @RiosPiterJaguar