Para la senadora Angélica de la Peña la historia de la humanidad ha evidenciado lo terrible que puede ser alguien que detente el poder y crea en la superioridad de su raza o sienta animadversión hacia lo diferente y con base en el poder que ejerce ordene acciones que excluyan o aniquilen sin ningún recato moral o ético.
En el marco de la Conmemoración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto y en Recuerdo de don Gilberto Bosques Saldívar, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos apuntó que en estos tiempos tan álgidos, más que nunca antes, es necesario repasar la historia para no olvidarla y para no repetirla, obligándonos a denunciar los fundamentalismos en sus más tempranas etapas.
Recordó que Alemania transitó hacia el racismo y el autoritarismo de la mano de un carismático demagogo que supo aprovechar la crisis económica y social que tenía deprimda a la sociedad alemana, “pregonó y pregonó un discurso de cambio hacia los desempleados y personas de clase media, hasta encumbrarse como Canciller”, añadió.
Dijo que Hitler encontró en los judíos a los culpables de las desgracias de los alemanes, pues eran los que se quedaban con los empleos, seducían a las mujeres, eran despiadados usureros y responsables de impulsar una conspiración internacional para mantener a Alemania sometida.
Pero no sólo eso, continuó la legisladora del PRD, obsesionado por alcanzar la pureza racial y la supremacía aria, también arremetió contra los discapacitados, los homosexuales, gitanos, comunistas y socialistas.
De la Peña Gómez enfatizó que el líder nazi persiguió y abolió las libertades individuales, inagurando una época de terror en la que muchos optaron por el silencio y simplemente observaron cómo el odio se convertía en la ideología del gobierno.
“Millones de personas, infantes, niñas, niños, jóvenes, ancianos, mujeres embarazadas, enfermos y personas adultas, fueron asesinados en cámaras de gas, fusilados o enviados a los campos de exterminio, frente a lo que siempre surge la inexorable pregunta: ¿por qué el resto del mundo permitió estos crímenes?”
La legisladora lamentó que en los albores de un nuevo siglo la irracionalidad y la intolerancia estén de regreso, “pero no nos quedaremos callados, como no nos quedamos callados aquí en México frente a las agresiones contra nuestro pueblo por parte de quien hoy ocupa la Casa Blanca”, acotó.
Manifestó que perseguir a las personas por su color de piel, idioma o su cultura es inadmisible y debe unir a todas y a todos para frenar su proliferación, porque no debe haber duda que la humanidad busca consolidar la libertad, la justicia y la paz en el mundo.
Finalmente, la senadora Angélica de la Peña señaló que la mejor manera de honrar a las víctimas inocentes del Holocausto y a la ejemplar vida de don Gilberto Bosques Saldivar, es esforzarnos más en la construcción del respeto de la dignidad humana y en remover las diversas discriminaciones que impiden su pleno reconocimiento mediante la enseñanza y la educación, “porque recordar es una obligación”,
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