Reformar la Ley Federal del Trabajo para dignificar el trabajo doméstico: de la Peña Gómez


Ciudad de México, a 07 de noviembre de 2017

 

Reformar la Ley Federal del Trabajo para dignificar el trabajo doméstico: de la Peña Gómez

Intervención de la senadora Angélica de la Peña Gómez, del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley Federal de Trabajo en materia de reconocimiento de los derechos laborales de las y los trabajadores domésticos.

 

Angélica de la Peña Gómez (ADLPG):

Con su venia, señor presidente.

Señoras senadoras, señores senadores.

La presente iniciativa que voy a tener el honor de leer, está signada por las senadoras Diva Hadamira Gastélum, Martha Elena García, Marcela Torres Peimbert y Pilar Ortega Martínez.

Es una iniciativa que está diseñada, discutida, y tiene también la pluma de CONAPRED, particularmente tengo que reconocer y agradecer siempre el apoyo, la dinámica que la caracteriza a la presidenta del Consejo de CONAPRED, Alexandra Hass, que ha destacada con una gran relevancia entre otras iniciativas relevantes e importantes que están en CONAPRED, particularmente esta iniciativa; igual, agradezco la presencia de Marcelina Bautista, que dirige el Sindicato de Trabajadoras del Hogar.

Como se sabe, el trabajo doméstico no es la primera ocasión que los tratamos en el Senado de la República, hemos insistido en diversas ocasiones que se tiene que reformar la Ley Federal del Trabajo para que se reconozca este trabajo remunerado porque es, además, una de las principales de trabajo a nivel internacional.

Hemos insistido también solicitándole al titular del Ejecutivo federal que envíe a este Senado para su revisión y aprobación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo.

Nos parece importante destacar que este trabajo es un trabajo feminizado que se caracteriza, además de su precariedad, por tener condiciones discriminatorias que normalizan la exclusión de este importante sector de mujeres principalmente, el 97 por ciento son trabajadoras del hogar y se les excluye de sus derechos laborales más elementales; no existe por ejemplo obligación de un contrato; se excluye de prestaciones, entre otras, las del seguro social; no hay una regulación de la jornada laboral ni del salario, entre otras situaciones que es importante cambiar.

El principal reto que tiene México es el reconocimiento de los derechos de las trabajadoras y de los trabajadores domésticos, que están inscritos en la ratificación necesaria e imprescindible que tenemos que impulsar del Convenio 189; pero además también de la recomendación 201 de la Organización Internacional del Trabajo sobre el trabajo decente para las trabajadoras y trabajadores domésticos.

La Organización Internacional del Trabajo adoptó en 2011 el Convenio sobre las trabajadoras y trabajadores domésticos, y además la recomendación que lo acompaña, que se conoce como la recomendación 201, estos dos documentos contienen una serie de normas y directrices, que de ser puestas en operación por los países que se adhieren contribuirán a restituir derechos y a mejorar las condiciones laborales y de vida de las y de los trabajadores domésticos.

En el país, de acuerdo con cifras de INEGI, existen más de dos millones de empleadas domésticas, quienes sufren discriminación múltiple por sus condiciones, ya he dicho que el 97 por ciento son mujeres.

Y es que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Discriminación, la de 2010, este sector es uno de los más frecuentes vulnerados de sus derechos y, específicamente, tengo que destacar, el de los derechos laborales.

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) ha señalado recientemente que 14% del total de mujeres que están empleadas se desempeñan como trabajadoras del hogar, una quinta parte de las mujeres que ejercen esta profesión, tiene menos de 20 años de edad y alrededor de 30% de las personas que trabajan en este sector sólo cuenta con estudios de primaria.

Hasta 2015, 22 países habían ratificado el Convenio; más de la mitad son países latinoamericanos. La ratificación implica que el país se compromete a aplicar el Convenio en su territorio y a ser susceptible de supervisión por la OIT.

México, como sabemos, no lo ratifica, aunque ha manifestado su intención de sumarse a él, pero aún no se toman acciones contundentes para eliminar los elementos de discriminación que obstaculizan que las trabajadoras del hogar puedan inscribirse dentro de la seguridad social y contar por ejemplo, con una base salarial estándar mínima o prestaciones de ley.

La Ley Federal del Trabajo y la Ley del Seguro Social deben modificarse para armonizarse con los estándares de la OIT. En esto, algunos países nos llevan ventaja; por ejemplo, Brasil reformó su Constitución para igualar los derechos laborales de las trabajadoras domésticas y Filipinas promulgó una ley especial: la Ley de Trabajadores domésticos; o lo que está haciendo Uruguay, o Argentina, donde ya se reconocen los derechos laborales y están teniendo mucho éxito, nos parece que en México son experiencias importantes que nosotros deberíamos aprender de ellas.

Su aprobación obligaría a una armonización legislativa, además de la modificación de las leyes Federal del Trabajo y la General del IMSS, para hacer valer derechos, como lo hemos estado reiterando, como el acceso a seguridad social, salarios justos, contratos y otros. Permitiría establecer la obligación para inspeccionar a las instituciones públicas en la regulación de las relaciones obrero-patronales que no se hace respecto a este trabajo y daría la pauta para que se homologuen los derechos de este tipo de empleo.

Voy a mencionar rápido la Encuesta Nacional de Uso de Tiempo que establece que casi 2 millones de hogares declaran que contratan trabajo del hogar.  En estos hogares viven 4 millones 854 mil personas que se benefician de las labores remuneradas del hogar.

Por su parte, una estimación con base únicamente en la proporción de número de hijos, hijas y el estado civil de la trabajadora del hogar, que se levantaron en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del año pasado, nos acerca a una cantidad de 9 millones 400 mil personas que se beneficiarían de los ingresos percibidos por las trabajadoras del hogar, cuando sean reconocidas como tales y, por supuesto, tengan acceso a un empleo digno, decente y bien remunerado.

A raíz de la conmemoración del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, el pasado 30 de marzo, se renovaron votos y voluntades por los derechos laborales de las trabajadoras y se instaló la Mesa Interinstitucional para la ratificación del Convenio 189 de la OIT.

Dicha Mesa está conformada por senadoras y senadores de diferentes partidos políticos, como yo decía al principio, esta iniciativa la estamos signando la senadora Diva Hadamira Gastélum la senadora Martha Elena García, la senadora Marcela Torres Peimbert, y la senadora Pilar Ortega, aquí está acompañando en esta presentación, ojalá que le den uso de la palabra, señor presidente, para que apoye a esta iniciativa, que le puedan dar la voz a la senadora Diva Hadamira Gastélum, porque miren, este es un ejercicio de parlamento abierto, esta mesa además contó con la presencia de la Unidad de Género del Senado, la STPS, INMUJERES, CONAPRED, SRE, IMSS, SHCP, SEGOB, CNDH, el Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar (SINACTRAHO), la organización Hogar Justo Hogar, el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB), ONU Mujeres y OIT como observadores.

De esta Mesa se derivó un grupo conformado por los equipos técnicos de las y los senadores participantes, el CONAPRED y el ILSB, cuya finalidad es elaborar esta Iniciativa que hoy estoy poniendo a su consideración a nombre de todas nosotras y de todas estas organizaciones, que además de reformar algunos artículos de la Ley Federal del Trabajo, también adiciona otros y eventualmente deroga otro.

¿Qué caracteriza esta iniciativa?

Define a la trabajadora del hogar, como toda persona que de manera remunerada realice actividades de aseo, asistencia y demás propios o inherentes al hogar en el marco de una relación laboral y no lucrativa que no importe para el patrón beneficio económico directo, conforme a las horas diarias o jornadas semanales establecidas en la ley.

Se establecen tres modalidades: las personas que trabajan para un patrón y residen en el domicilio, o lo que comúnmente se le ha denominado de planta; las personas que trabajan para un patrón y no residen en el domicilio (de entrada por salida), y de las personas trabajadoras del hogar que trabajan para diferentes patrones y no residen en el domicilio de ninguno de ellas.

Prohibir la contratación de personas menores de 15 años, tenemos que recordar que el trabajo doméstico infantil es una forma de trata y esta forma de trata, por desgracia, está ahí, oculta, invisible, la Ley tiene que prohibir que se contraten a personas menores de 15 años y a quienes son mayores de 15 años y menores de 18 siempre que sigan estudiando y dependiendo siempre el trabajo que deban realizar.

Se establece que el trabajo del hogar deberá fijarse mediante un contrato escrito.

Se dota a las personas trabajadoras migrantes de protección y seguridad a no ser discriminados, es algo que también estamos observando mucho; mujeres que vienen de Centroamérica que están buscando trabajo y cuando no es en Estados Unidos, se quedan acá y buscan trabajo, ¿dónde? El trabajo doméstico y sufren una gran discriminación precisamente por la situación en la que se encuentran.

Para las personas trabajadoras del hogar que residan en el domicilio, las jornadas de trabajo no podrán exceder de 8 horas.

En caso de ser aprobada la presente Iniciativa, las personas trabajadoras del hogar contarán con las prestaciones establecidas en esta ley  tales como: vacaciones, prima vacacional, pago de días de descanso, acceso a seguridad social, aguinaldo.

Las distintas propuestas de reforma, por obviedad del tiempo, señor presidenta, señoras senadoras, señores senadores, no las voy a leer, las conocen ustedes porque la tienen en el Diario de los Debates, entonces, lo que llamamos la atención todas nosotras y todas estas organizaciones, es que realmente nos sentemos a reformar esta de Ley; nos parece que lo que está aquí inscrito en estas reformas no tiene desperdicio, tienen un gran proceso atrás de involucramiento de distintas instituciones y, por supuesto, también tienen el visor, tienen la clara determinación que se está de acuerdo por parte las trabajadoras del hogar que hoy están constituyendo sus propias de organización sindical.

Es cuanto.

Gracias a todas ustedes y a todos ustedes por su atención.

 

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