Como pocas entidades del país, el Estado de México no ha sido tocado por la alternancia política. Desde la fundación del Partido Nacional Revolucionario, antecesor del PRI, nunca han perdido una elección de gobernador, de ahí que resulte tan poco creíble que un priista más pueda cambiar la terrible realidad de inseguridad, violencia, corrupción, desigualdad, carencias y falta de oportunidades en el estado.
Alfredo del Mazo es la cara en turno de una poderosa camarilla enquistada en el poder del Estado de México, conocida como Grupo Atlacomulco. Su fundador, don Isidro Fabela, quien fuera gobernador de esta entidad en plena Segunda Guerra Mundial (1942-1945) definió un estilo particular de gobernar que combina el poder político con el poder empresarial. El emblema e impulsor de este grupo fue el profesor Carlos Hank González, quien amaso una fortuna millonaria utilizando los distintos cargos públicos y espacios de poder, combinando negocios empresariales favorecidos desde esos espacios de poder.
Alfredo del Mazo Maza pertenece a este Grupo Atlacomulco, es hijo de ese grupo. Su abuelo fue el sucesor de Isidro Fabela, llegando a la gubernatura en 1945; su padre Alfredo del Mazo González gobernó el Estado de México de 1981 a 1986, impulsado directamente por el profesor Hank González. El heredero de esta influyente familia es Alfredo que, además de todo lo anterior, es primo de Enrique Peña Nieto, primer presidente de México emanado del Grupo Atlacomulco.
El triunfo del PRI con Alfredo del Mazo como candidato está en riesgo, por ello los focos de alerta están prendidos en toda la entidad. El Grupo Atlacomulco, desde sus espacios de poder y ahora desde la Presidencia del país, pretende utilizar todos los recursos a su alcance para obtener la victoria electoral el próximo 4 de junio. Eso incluye sus conexiones empresariales con grupos como HIGA y OHL, este último recientemente implicado en una red de corrupción y transferencia de recursos de México a España, en favor del ex presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, una práctica reiterada utilizada por ese grupo empresarial en favor de los candidatos del PRI en el Estado de México.
Las y los mexiquenses, y en general en todo el país, conocen bien que el principal interés de los sucesivos gobiernos priistas en la entidad, es hacer de toda actividad pública un negocio personal y de grupo. Desde las multas de tránsito hasta el cobro de peaje en el Circuito Exterior Mexiquense, pasando por una amplísima lista de espacios para lucrar con las necesidades populares, privilegiar empresas en licitaciones para obtener dinero a cambio de contratos, pagar demás por materiales y obras a costa del presupuesto público, omitir responsabilidad de funcionarios que saquean las arcas públicas pero son protegidos por ser parte del partido tricolor, y un largo etcétera que durante décadas conocemos y padecemos los que vivimos en el Estado de México, todo esto debe ser suficiente para decir ¡Ya Basta! y sacar de una vez por todas al PRI del gobierno.
Qué mejor contraste para considerar la opción de voto en favor de Juan Zepeda, candidato del PRD, que la experiencia de gobernar bien, eficaz y eficientemente en el municipio de Nezahualcóyotl, un lugar de gente trabajadora y sencilla, donde los niveles de inseguridad fueron abatidos y de ello hay constancia nacional e internacional. Frente a la experiencia de gobierno de Alfredo del Mazo en Huixquilucan, donde ni enfrentó a la delincuencia ni necesitó demostrar su capacidad porque su paso por ese municipio sólo fue para añadir un cargo más a su lista.
El PRI perderá la elección de gobernador el próximo 4 de junio. Lo que la gente en las calles y en los municipios está diciendo es que Juan Zepeda sí puede ser el gobernador que termine, de una vez por todas, con la camarilla de corruptos enquistados en el poder y devuelva la seguridad a las y los mexiquenses.
Senador de la República
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