Con los últimos informes de los Pre Criterios Generales de Política Económica entregados por la Secretaría de Hacienda al Congreso, podemos pronosticar que el sexenio de Enrique Peña Nieto registrará el más bajo crecimiento de la economía en los últimos 30 años.
El incremento del Producto Interno Bruto esperado para este 2017 se ubicó, de nuevo, a la baja: entre 1.3 y 1.8 por ciento, cuando se esperaba a mediados del año pasado un crecimiento por arriba del 2 por ciento.
Peña Nieto mantuvo el crecimiento de la economía en un promedio anual del 2.1 por ciento, cifra que sería la más baja desde el sexenio de Miguel de la Madrid, cuando tomaron el poder la actual generación de tecnócratas que “sí sabían cómo hacerla”.
Lo peor de esta situación es que existe también una disminución porcentual de la inversión pública, al nivel más bajo en los últimos 20 años, pero se da un mayor gasto público que se ha incrementado a un ritmo superior al crecimiento económico. Este es un fenómeno muy similar al ocurrido con la deuda pública que ya alcanzó niveles históricos equivalentes al 50.5 por ciento del Producto Interno Bruto, al cierre del 2016.
La promesa de una baja inflación también se ha roto. Para este año, el Banco de México pronosticó una inflación promedio de 5 por ciento , por arriba de la estimación inicial de 3 por ciento, como resultado del incremento del precio de los combustibles.
Como vemos, el gasolinazo, el error de las reformas estructurales y el nivel de endeudamiento público acelerado no está “en nuestras mentes” como quisiera ver el presidente Enrique Peña Nieto sino en sus malas cuentas macro económicas.
Sen. Dolores Padierna Luna
Coordinadora del Grupo Parlamentario
